El músico de origen chicano se presentará hoy en el tianguis del Chopo y en Ruta 61
Maxx Cabello Jr. y su guitarra protagonizan un diálogo sensual
Con sólo 23 años, el californiano ha tocado con B.B. King, John Lee Hooker, entre otros
Reconoce que su principal influencia es Hendrix; Los Tigres del Norte también lo inspiran
Ampliar la imagen Malena, Maxx Cabello Jr. y Mauro Bonamico, durante el palomazo FOTO Fabrizio Le�� Foto: Fabrizio Le��
La noche del jueves, el guitarrista chicano Maxx Cabello Jr. hizo el amor con los afortunados asistentes al único espacio de blues en esta gran metrópoli, Ruta 61, Hoochie Coochie Bar.
No hay otra manera de describir lo que hizo este californiano de 23 años, acompañado de integrantes de la banda La última estación, músicos que son como de casa en este bar.
En su primera presentación en México, ante unas 30 afortunadas personas, Maxx Cabello Jr. acaricia, frota, abraza, acurruca, aprieta contra su pecho, monta sobre su espalda la guitarra, y la hace gemir, aullar, con composiciones propias y algunas de Jimmy Hendrix (una impresionante interpretación de Angel -"hay unos hijos de puta que no le permiten morir", dice alguien del público) y Santana.
Sentado, lentes oscuros, rasgos felinos, con la guitarra/mujer sobre su regazo, la puntea, la palmea, desliza su mano por los cuerdas, se encoge sobre ella, la trae hacia sí... presenta el arte del amor.
Impresiona la maestría con la que tocan juntos los integrantes de Vieja Estación (Ignacio Espósito en la batería; Mauro Bonamico, bajo; José Luis Sánchez, teclado) con el californiano. Nadie creería que montaron las canciones un día antes.
También se suben a dar un palomazo la deliciosa Malena, cantante de casa; Hernan Cilic, La Pelusa, quien toca la armónica, y el cantante Jorge García.
Familia de músicos
De familia mexicana y nacido en San Francisco, Maxx mamó la música desde la cuna. Su madre canta y su padre toca la guitarra, y en casa, dice, siempre sonaban acordes mexicanos. Sus tres hermanas se dedicarán también a la música y su hermano va a estudiar ingeniería de sonido.
A los 16 años, gracias a su vecino, el guitarrista Jerry Ruvalcaba, descubrió el blues, lenguaje de su corazón. Desde entonces trae a Hendrix tatuado en el brazo derecho.
Maxx, quien nunca tuvo una formación musical formal, parece un joven viejito ("estoy viejo del corazón"), un hombre que recorrió el mundo y está de vuelta para contarlo.
Reconocido como uno de los guitarristas que más promete en la bahía de San Francisco, ha tocado con B. B. King, y abierto conciertos de John Lee Hooker, Roy Rogers, Guitar Shorty y Third Eye Blind. Además de tocar con bandas de salsa y afrocuban jazz.
Dos momentos culminantes de la noche: cuando tocó Ain't no sunshine (composición propia), un blues lleno de desconsuelo ("el sol no alumbra cuando ella se va"), en el cual la guitarra se lamenta desde lo más profundo del alma.
Y la interpretación de "(If loving you is wrong) I don't wanna be right", en la que hace aullar su instrumento, primero suavemente, hasta llenar el bar con su lamento.
Cuesta creer que tiene 23 años, aunque su juventud se delata en que aún le falta moldear un estilo propio. Son sus grandes maestros quienes se escuchan a través de él. Quizá le falte dar unas vueltas a la olla en la que, dice, se mezclan sus influencias, desde Vicente Fernández ("él sabe escribir desde el corazón") y Los Tigres del Norte, hasta Bob Dylan, John Lee Hooker, B. B. King, Santana y, sobre todo, Hendrix.
Fuego en el escenario
Por fortuna, no se la cree. Al bajarse del escenario pregunta, con rostro preocupado, "¿Les gustó?", lo cual provoca más de una risa. La ovación final era muestra de lo que sintió el público. Raúl de la Rosa, gran conocedor y promotor del blues, estaba muy gratamente sorprendido: "Tiene una digitación endemoniada".
Este guitarrista, que sobre el escenario es fuego puro, se baja y es un educado caballero que toma poco y lleva un estilo de vida alejado del desenfreno hendrixiano.
"Mis padres me dan mucho support", dice, en su pocho español. La primera vez que tocó fuera de San Francisco manejaron tres días para llevarle su equipo a Minnesota. Ambos fueron jornaleros agrícolas y ahora ella es cartera y él custodio en una escuela.
Ahora, asegura, "estoy regresando" a México, y quiere escribir canciones en español.
El concierto de Maxx Cabello Jr. es la primera ocasión en la cual Ruta 61 trae a un músico del extranjero. La intención, dice Eduardo Serrano, responsable de este imprescindible espacio para todo blusero, es "tanto apoyar a bandas mexicanas como traer a gente de Estados Unidos" para abrir un diálogo musical entre ambos lados de la frontera.
(El primer disco, Living on the edge, grabado cuando Maxx Cabello Jr. tenía 16 años, ya no se consigue. El segundo, Heartbreaker, se consigue en Internet: www.maxxcabello.com. El distribuye su producción -una vez intentó firmar con una gran disquera, pero las condiciones eran leoninas. Hoy se presenta a las 11 horas en el tianguis del Chopo, y a las 22 horas en Ruta 61, Baja California 281, colonia Condesa. De preferencia reserve al 3096-3021 al 23.)