Usted está aquí: martes 27 de septiembre de 2005 Espectáculos En El mago, las vivencias de cuando desahuciaron a mi padre: Aparicio

La cinta, ya en cartelera, también se basa en un "personaje que encontré en el Metro"

En El mago, las vivencias de cuando desahuciaron a mi padre: Aparicio

Tenía que lograr que Erando González fuera un auténtico representante de ese arte y Julissa una ex fichera, expresa

"Mi ojo y mi oído le dieron congruencia a la película"

GUILLERMO HERRERA ESPECIAL

Ampliar la imagen Erando Gonz�z, El Mago, en un fotograma del largometraje

Con base en situaciones vividas por el cinerrealizador Jaime Aparicio, El mago, película mexicana que se estrenó el pasado viernes y que marca el debut del cineasta, cuenta la historia de un mago callejero y ex fotógrafo de cabaret, quien al saberse con una enfermedad terminal emprende el camino de redención de la mano de un vagabundo ciego y una joven madre soltera.

"Mi padre fue desahuciado en 2000 y esta es la manera en que le hago un homenaje y donde expreso lo que viví en esa situación", revela Aparicio cuándo se le pregunta sobre el origen de su proyecto.

Aparicio (ciudad de México, 1964) hace su debut en este largometraje gracias al apoyo del programa de operas primas del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), donde actualmente es docente.

Y aunque la magia remite a la ilusión, al truco y la apariencia, es de agradecer que esta cinta presente diversos escenarios callejeros, azoteas, barriadas y congales, con una verosimilitud extraordinaria, sin excesos ni folclorismo.

Fanático "poco sutil" del Atlante

Jaime Aparicio forma parte de esa realidad popular: se confiesa fanático "poco sutil" del equipo Atlante y trabajó durante cuatro años de mesero en un cabaret. "Es lo que me ha tocado vivir; es la gente y los lugares en los que he crecido. Si bien es cierto que meterse a rodar en ciertas colonias no es fácil, también me daba bastante güeva que por comodidad nos fuéramos a filmar a otros lados."

-¿Cómo logró ese realismo en sus personajes?

-Creo que una de las funciones como director es ser un filtro. Ensayas, ves y finalmente decides si les crees o no. Tuve la suerte de trabajar con casi todos mis actores antes de hacer la película y pude afinar muchos detalles.

Aparicio ostenta poseer un cúmulo de imágenes en su cabeza para contrastar: "Los que están aquí son personas que yo conozco, que conocía, o que tienen parte de mí, por eso era muy fácil decidir si algo quedaba fuera de lugar".

Y para explicar la ausencia de "grandes nombres" en la parte actoral el director añade: "Eso me valió madres, antes que nada quería actores y los que están aquí lo son. Tenía que verlos como los personajes que había imaginado: que Erando (González) fuera realmente un mago y que Julissa fuera una ex fichera. Supongo que sólo basarme en el ojo y el oído le dio congruencia a la película."

Otro rasgo realista se puede advertir en las formalidades del filme, específicamente en el uso de cámara en mano cuyo objetivo, según el realizador, era lograr que tuviera tenga un "look tipo documental.

"Me gustó la idea de plantear coreografías entre la cámara y los actores. Muchos piensan que una película tiene buen ritmo si tiene cortes muy rápidos, pero más bien es el manejo que haces entre los cuadros y lo que está sucediendo. Quise que la atención estuviera centrada más en ellos que apostar por una edición que mantuviera pegada a la gente en la pantalla", explica.

Ilusionismo

Asimismo, en cierto momento de la historia, el público será testigo de un deslumbrante acto de ilusionismo que Aparicio aclara por anticipado: "No es edición ni efectos especiales, es el acto de un mago verdadero. A nosotros nos asesoró en todos los actos Kotkil, 'el mago de la media barba': desde aparecer moneditas, hasta el truco con Maya Zapata".

-¿Guarda una afición particular por la magia, o por qué decidir que el protagonista fuera un mago y no un cantante o un músico?

-En realidad no. Mi obsesión por ella más bien está en que los sueños se hagan realidad, como fue haber ingresado al CUEC y recibir apoyo económico. En un sentido dramático un mago encaja perfectamente en un cuento y no necesita justificación. También me basé en un personaje popular que encontré en alguna ocasión haciendo trucos en el Metro; realmente era muy simpático y puso a todo el vagón de muy buen humor.

La opera prima de Jaime Aparicio, por otro lado, ha logrado el reconocimiento en reuniones cinematográficas como la de Montreal, Guadalajara, Malasia y la Muestra Internacional de Cine de la Cineteca.

Al preguntarle sobre el momento que vive, el director responde: "Creo que esto es parte de la magia. Todos tenemos sueños guajiros, pero ahora que todo esto me está sucede ya lo esperaba, porque desde el comienzo este proyecto ha estado lleno de coincidencias y amor por parte de todo el equipo".

El cineasta dice tener dos temas de los cuáles siempre le gustaría hablar: "uno es la calle, la banda, el barrio como en este caso, y el otro es lo prehispánico, este último creo que es un bagaje muy desaprovechado en nuestro país".

Cual quimera, El mago podría sorprender al espectador de varias maneras, aunque Aparicio se concreta a decir que es una película "abierta a la interpretación, pero no tramposa".

 
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