Usted está aquí: martes 27 de septiembre de 2005 Cultura Luego de 30 años, segunda muestra de Matthai en la galería Pecanins

El artista dedica la obra Záas! a su maestro y amigo Mathias Goeritz

Luego de 30 años, segunda muestra de Matthai en la galería Pecanins

Inaugura exposición de fotos y esculturas en el recinto de Durango 186, colonia Roma

''Muchos jóvenes crean cosas positivas en arquitectura y diseño industrial'', señala

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen Cajitas de Diego Matthai alusivas al trabajo de Donald Judd, incluidas en la muestra del arquitecto y dise�r que se abrir�n el espacio cultural de las hermanas Ana Mar�y Teresa Pecanins FOTO Cortes�Galer�Pecanins Foto: Cortes�Galer�Pecanins

Han pasado tres décadas desde que Diego Matthai tuvo su primera exposición, el 11 de febrero de 1975, en la galería Pecanins, entonces ubicada en Hamburgo 103, Zona Rosa.

Ahora el arquitecto y diseñador se ha animado a hacer la segunda en el feudo de Ana María y Teresa titulada Fotos + esculturas, que hoy será inaugurada a las 19:30 horas en su actual sede en Durango186, colonia Roma.

Hay elementos que recuerdan su trabajo de los años 70, lo que hace a Matthai reflexionar: ''A lo mejor estoy en mi propio retro". Hay, además, un nombre que uno siempre asocia con Diego, que es el de su maestro -aunque nunca le dio clases- y amigo Mathias Goeritz.

Juego entre el oro y la plata

Para la primera muestra, Goeritz escribió la siguiente Advertencia a los artistas de México: ''El éxito de Diego Matthai empieza a inquietarme. ¿Quién se atreve a dudar de mi superioridad? Le llevo por lo menos 3 milímetros de estatura -estoy también considerablemente mayor de edad-; en la universidad donde trabajamos los dos recibo un sueldo más alto -hago cuadros de oro, mientras él los hace de plata (y es sabido que el oro es mucho más caro)-, tomo cerveza Superior y él se conforma con otras marcas, etcétera. Además Pedro Friedeberg me mandó a mí una tarjeta de Navidad y a él no.

''Sin embargo, tengo que reconocer que este amigo está entrando en una fase favorable, va para arriba, empieza a estar en su salsa.

''¡Cuídense mis estimados amigos!"

Ahora Matthai le dedica la pieza: Záss! (Homenaje a Ma-thias Goeritz), plata patinada sobre madera que consta de un ''tachón", un sol y tres estrellas.

Relata: ''Nuestra relación era de una amistad bastante profunda, entonces me contaba sus cuitas. De repente agarraba un lápiz, hacía un garabatito y lo firmaba porque era muy 'importante', era una obra de (h)arte, como decía.

''Cuando hice este tachoncito me recordó a Mathias. Luego le puse las estrellitas de la Osa Mayor, el sol que es mío, y lo hice en hoja de plata porque él usaba de oro. Le decía que lo cromado y lo de acero era lo nuevo, a lo que él me contestaba sí, pero el oro es mucho más costoso, bonito... Era un poco el juego que teníamos entre el oro y la plata.

''Lo más curioso del caso es que ahorita está en reparación el sol, también una de las estrellas, porque le salió algo atrás, una cosa amarillenta, como si Ma-thias desde el cielo o el infierno habría dicho, aquí tiene que ir oro. Záss! es una alegoría muy leve, pero me inspira como que él hubiera gozado verla como una interpretación de lo que hacía."

Una de las salas de la galería Pecanins, en efecto, comprende piezas cuyo origen está en los años 70 y el arte pop. Las cajas de Las cuatro virtudes (Autohomenaje), 2005, hechas con acero, vidrio, madera y leds, que juegan con colores, retoman la pieza Cracks, que consiste en ''vidrios rotos entre dos vidrios sanos. Todo el mundo dijo, qué locura, entonces se lo regalé a Mathias porque sabía que los entendería como el chiste que eran".

Están los ''recortados" y las cajitas que son alusivas al trabajo de Donald Judd. La pieza Love 2005, de madera laqueada, es un homenaje a Peter Max. Luego están las fotografías.

Efectos de las olas sobre la arena

A Matthai siempre le ha gustado tomar fotos, pero ésta es la primera vez que las muestra sin pretensión alguna. Estas, a colores, fueron realizadas en la playa de Zicatela, Puerto Escondido, Oaxaca, adonde acostumbra ir.

Durante sus caminatas matutinas se ha inspirado en los efectos de las olas sobre la arena. La presente serie tiene que ver con la belleza de la naturaleza y aquellos artistas que juegan con la imitación de las formas de la naturaleza hechas de piedra, como hacía Henry Moore.

Durante la inauguración de la muestra, su hijo Cécil Matthai, que es cineasta, proyectará un video que hizo del mar en Puerto Escondido.

Sobre la ''salud" del diseño hoy día en México, Diego Matthai expresa: ''Somos un pueblo aferrado a muchas de nuestra raíces, lo que es bueno pero algún día se irá perdiendo". Reconoce que la globalización ''nos ha dado ciertos elementos de diseño internacionales que ahora se retoman, algunos de manera no tan positiva, pero en general sí''.

Considera que ''esa parte mexicana de la artesanía, del barro, de que tienes un artesano que te pueda hacer algo, la aprovechamos bien. Hay mucha gente joven que hace cosas positivas, en arquitectura y en diseño industrial. Hay otros, como en todos lados del mundo, que tratan de sorprender a alguien que no vale la pena sorprender, aunque a lo mejor lo hacen sin querer.

''Pero no hay que engañar, sino hacer cosas bonitas, agradables, con amor, con la esperanza de que lleguen al corazón, al alma de la gente. Para esto hay que hacerlo con ciertos lineamientos de estética pura, bien entendida."

 
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