Primera de cuatro funciones de la Compañía Nacional de Danza
Giselle hizo suspirar en coro al público de Bellas Artes
La trouppe mexicana ha representado esta historia de Gautier y Vernoy de Saint-Georges desde 1976
Se trata de una versión coreográfica heredada del Ballet Nacional de Cuba
Ampliar la imagen El vuelo de la reina de las wilis, durante el ballet rom�ico Giselle, que forma parte del repertorio de la Compa�Nacional de Danza FOTO Mar�Mel�rez Parada Foto: Mar�Mel�rez Parada
La protagonista muere. Para la medicina moderna el diagnóstico sería: paro cardiorrespiratorio fulminante. Para los románticos del siglo XIX, en cambio, ella murió de amor luego de saber el engaño de su amado Albrecht, duque disfrazado de campesino, comprometido ya con una mujer de la realeza.
Así finaliza el primer acto del ballet Giselle, que comenzó temporada el pasado jueves en el Palacio de Bellas Artes, en los pies de la Compañía Nacional de Danza (CND), con otras tres funciones por venir mañana, el martes y el jueves.
En la primera de las cuatro representaciones, el público fue menos del esperado, quizá por ser fin de quincena o entre semana; así, quienes se encontraban en el segundo y primer pisos fueron reubicados en la zona de luneta para que no hubiera tantos espacios vacíos justo frente al escenario.
Vendimia y fiesta en la aldea
Giselle es una de las principales obras del ballet romántico y forma parte del repertorio de todas, o casi todas, las grandes compañías de ballet en el mundo.
El argumento es obra del crítico de ballet Theóphile Gautier, quien vivió su propia historia trágica de amor: enamoróse de la bailarina Carlota Grisi y pensó en una narración en la que ella pudiera lucir sus dotes.
Trabajó al lado del libretista Vernoy de Saint-Georges, con música de Adolphe Adam y co-reografía de Jules Perrot y Jean Coralli.
La Grisi se enamoró de Perrot, y Gautier se casó con la hermana de la bailarina.
El ballet Giselle se estrenó el 28 de junio de 1841, en la Opera de París, y en México la CND la incorporó a su repertorio en 1976, en una versión heredada del Ballet Nacional de Cuba -donde hizo historia la interpretación de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso- que a su vez es casi la misma que la original.
Esto ha provocado opiniones opuestas dentro de la CND en cuanto a la necesidad de actualizar los aspectos artísticos y coreográficos, como informó La Jornada en su edición del miércoles pasado.
Con todo y las diferencias, este jueves el telón subió (en el Palacio de Bellas Artes no se abre) para dar paso a decenas de bailarines en su papel de campesinos. Hay fiesta en la aldea, es la vendimia, y Giselle, joven dama con salud precaria, acepta las demandas amorosas de Albrecht, aun cuando al deshojar una margarita los pétalos se terminan en el ''no me quiere".
Giselle es feliz, no le importan los consejos de su madre para que no se emocione de más. Hilarión, el guardabosques, no puede permitir ese romance porque está enamorado de la protagonista, así que descubre en una choza la espada que revela la identidad de Albrecht.
En plena fiesta llegan personajes de la realeza que andaban de cacería y entre ellos se encuentra Bathilde, la prometida del duque-campesino.
Hilarión aprovecha para dar a conocer el engaño de Albrecht. Enamorada como está, Giselle enloquece. El público aguanta la respiración: el rictus de dolor de la bailarina anticipa el desenlace. Muere en los brazos de Albrecht sin alcanzar a perdonarlo.
Bosque fantasmagórico
En el segundo acto la acción transcurre más rápido en un bosque fantasmagórico cerca de un lago. Ahí se encuentra la tumba de Giselle, hasta donde llega Hilarión con sus remordimientos. Del bosque se materializan las wilis, personajes de una leyenda eslava que habla de las novias que murieron antes de su boda y ahora regresan para bailar bajo la luz de la luna enfundadas en vestidos blanquísimos al igual que sus rostros juveniles. ¡Pobre del hombre que ose acercarse en ese momento! Deberá bailar con todas ellas hasta caer muerto.
Hilarión es empujado por las wilis al lago. Instantes después aparece, también acongojado, Albrecht, sabiéndose responsable de la muerte de la doncella. La reina de las wilis condena a muerte a Albrecht, pero Giselle lo salva. Su espíritu se desvanece con los primeros rayos de sol. Ya lo ha perdonado. El amor superó a la muerte y el público, en las butacas, suspira en coro.
(Giselle se presenta este domingo a las 20 horas; el martes a las 20 horas y el jueves a las 20 horas en el Palacio de Bellas Artes, ubicado en avenida Juárez y Eje Central, Centro Histórico.)