Exige a Carrillo Prieto explicar sus declaraciones en favor de las fuerzas armadas
Falso, que el Ejército haya sido víctima de una trampa en el 68, denuncia ex líder estudiantil
El fiscal para la guerra sucia, Ignacio Carrillo Prieto, debe explicar a qué se refiere con su declaración de que el 2 de octubre de 1968 "el Ejército fue víctima, igual que la población, de una trampa que les pusieron autoridades gubernamentales", porque "eso es completamente falso", aseguró Félix Hernández Gamundi, ex líder estudiantil e integrante del Comité 68.
Refirió que "para quienes estuvimos en Tlatelolco durante la matanza de estudiantes no nos queda la menor duda de que esa ocasión estuvimos a dos fuegos: por un lado el Batallón Olimpia, que emanaba de las fuerzas castrenses; y por el otro, la tropa uniformada desde la Plaza de las Tres Culturas, que también es el Ejército. Entonces, ¿dónde está la trampa de la que habla el fiscal?".
Agregó que "el Ejército siempre obedeció las ordenes de sus superiores; la matanza de 1968 fue un acto perfectamente planificado desde lo más alto del poder, y en esa planificación intervino el propio secretario de la Defensa Nacional, Marcelino García Barragán".
Entrevistado horas antes de que un juez federal determinara el futuro jurídico del ex presidente Luis Echeverría Alvarez y siete coacusados, Hernández Gamundi apuntó: "el Poder Judicial Federal tiene una nueva oportunidad para corregir la forma atropellada en la que varios funcionarios de ese órgano han actuado en asuntos como el llamado jueves de Corpus y algunos otros relacionados con delitos cometidos en la guerra sucia".
Refirió que existen todos los elementos de prueba suficientes para que se libren las órdenes de captura, porque desde 1968 "inició una política de represión en contra de quienes nos oponíamos al régimen y esa política de Estado fue continuada, tuvo uno de sus puntos más difíciles el 2 de octubre y luego produjo casos como el de la privación ilegal de la libertad de Héctor Jaramillo", ex estudiante del Instituto Politécnico Nacional, quien desapareció en enero de 1969.
Indicó que "el caso de Jaramillo de ninguna manera se puede desligar de los hechos de Tlatelolco, porque precisamente la desaparición de mi ex compañero del ESIME (del IPN) es lo que configura el delito de genocidio. El 2 de octubre fue lo más crítico dentro del proceso represivo de 1968, pero estamos hablando de la actuación del gobierno en contra del movimiento estudiantil y, en ese sentido, hay un puente claramente establecido entre la matanza en Tlatelolco y la desaparición de Jaramillo tres meses después".
Hernández Gamundi indicó que el acto represivo suscitado en la Plaza de las Tres Culturas fue con el propósito de disminuir las manifestaciones y actos de inconformidad de los estudiantes, "el gobierno pretendía que ese acto represivo del 2 de octubre del 68 tuviera una acción ejemplar, que hubiera metido a todo el mundo debajo de la cama, llenos de miedo".
Finalmente agregó que los ex líderes estudiantiles "siempre hemos dicho que los responsables de los hechos de Tlatelolco y de la desaparición de Jaramillo son el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz (ya fallecido); su secretario de Gobernación, Luis Echeverría; su procurador, Julio Sánchez Vargas, y varios mandos militares.
"Además, consta en el expediente del asunto que desde la noche del 2 de octubre de 1968, toda la gente de Gobernación, los jefes de la Dirección Federal de Seguridad y otros funcionarios prácticamente se acuartelaron en el Campo Militar Número Uno, actuando de manera conjunta con el Estado Mayor de la Sedena y la sección segunda del Ejército, es decir, la inteligencia militar", puntualizó.