Aborda la guerra de las Malvinas; la cinta "es una apuesta por la paz", afirma su director
Iluminados por el fuego se perfila como favorita de San Sebastián
"Es un desafío... fue hecha con dolor contenido durante 20 años", señala Tristán Bauer
La película se presentó hace un año en Donostia, donde recabó recursos para concluir el rodaje
Ampliar la imagen Fotograma de la cinta Iluminados por el fuego, del argentino Trist�Bauer
San Sebastián, 20 de septiembre. Una historia sobre la guerra de las Malvinas, la cual es en realidad "una apuesta por la paz", ha hecho aplaudir y llorar de emoción al público de diversas nacionalidades que asiste al Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
Iluminados por el fuego, filme del argentino Tristán Bauer (Mar del Plata, 1959), ha calado hondo hasta en los críticos más duros de roer, quienes ya perfilan este largometraje como el gran favorito para recibir la Concha de Oro a la mejor cinta.
Basada en el libro homónimo, editado en 1993, de Edgardo Esteban y Gustavo Romero Berri, ex combatientes en esa "guerra absurda y errónea", la película aborda un tema "complejo, difícil, que permaneció ignorado durante 20 años por presiones, primero, de la dictadura militar, y luego, por la vergüenza que los hechos aún causan en las altas esferas del gobierno democrático argentino", señaló Bauer.
En rueda de prensa, el cineasta explicó que Iluminados por el fuego "no es una autoflagelación; fue filmada con esperanza, para dar a los los jóvenes una referencia visual de lo acontecido, para que sepan que hay posibilidades de cambio en medio de la crisis que vivimos. Pero lo más importante: en un país de desaparecidos, hay que recordar a los muertos de quienes conocemos sus tumbas".
Sorprendentes descubrimientos
Al iniciar la investigación para escribir el guión, el realizador se sorprendió de hallar que a la fecha suman casi 350 los ex combatientes en las Malvinas que se han suicidado. La cifra supera ya el número de bajas que hubo en esa batalla.
"Esto quiere decir que la guerra no terminó aquel 14 de junio de 1982, cuando Argentina entregó las islas a las fuerzas británicas. La guerra siguió y sigue en el alma de aquellos muchachos de 18 años que fueron enviados a luchar en condiciones deplorables: con hambre, en el frío austral.
"Los sobrevivientes fueron obligados a firmar un documento donde se les prohibió hablar del asunto. Por eso esta cinta es un gran desafío, hecha con gran amor, con dolor y la impotencia contenida durante 20 años. Traté de dar la mano a esos chicos desamparados, olvidados por la vergüenza de varios gobiernos, e incluso ignorados por las organizaciones no gubernamentales. Nadie se ocupó de los ex combatientes, nadie les brindó ayuda sicológica a ellos y a sus familiares. Por eso hay que mirar nuestras heridas no cicatrizadas para poder avanzar. Hay que tener memoria para no perder la dignidad."
En las islas Malvinas, ahora territorio británico, existe un cementerio tupido de cruces blancas donde están sepultados muchachos que apenas empezaban a vivir. Nadie acude a visitarlos. Los familiares no pueden, no cuentan con recursos.
"El ejercito nos acusa de mentir"
Tristán Bauer asegura que no pidió permiso a los ingleses para ir a grabar algunas escenas en ese lugar: "es nuestro territorio aunque lo nieguen. Simplemente les dije que iría a filmar, traté de llegar a un punto de acuerdo con ellos y, finalmente, se estableció una relación cordial. En sus archivos encontré mucho material gráfico y documental que no existe en Argentina.
"Por el contrario, en nuestro país hay un sector del ejército que nos ataca, que nos acusa de mentir. Quieren que la gente no se dé cuenta de que los ex combatientes de las Malvinas también son víctimas de la dictadura".
Edgardo Esteban señaló que en su libro sacó "el infierno interior que me dejó la guerra. Es un fantasma, el de la muerte, que me acompañará hasta el último día de mi vida."
Iluminados por el fuego, protagonizada por Gastón Pauls, se presentó el año pasado en la sección Cine en Construcción del festival de Donostia; ahí consiguió los recursos económicos para poder concluir el rodaje.
"Esta cinta habla de nuestra guerra, pero es un canto a la vida que busca lo humano y apuesta por la paz de todos", concluyó Bauer.
La jornada de inicio de semana del festival donostiarra se completó con la proyección de las películas La vida perra de Juanita Narboni, coproducción española-marroquí dirigida por Farida Benlyazid (Marruecos, 1948), la cual retrata la decadencia de Tánger como ciudad cosmopolita; Je ne suis pas là pour être aimé, cinta francesa de Stéphane Brizé (Rennes, 1966), historia de amor y tangos, y el drama coreano de infidelidades (que no gustó a casi nadie) Wae chul (April snow), de Hur Jin-ho (Jeonjiu, 1963).