Plácido Domingo hace un balance a 20 años del terremoto en México
''Aterrador, seguir sin estar preparados contra la ira de la naturaleza'', dice el tenor
Fue uno de los emblemas de la solidaridad que emergió a raíz de esa catástrofe
Espero que se haya corregido la planeación arquitectónica del DF, expresa a La Jornada
Para la memoria colectiva resultan aún muy frescas las imágenes de Plácido Domingo entre los escombros del edificio Nuevo León, en Tlatelolco. Sin que le importara ser gran figura del arte lírico internacional, el tenor estaba allí, a mano limpia, como uno más de los rescatistas voluntarios que luchaban en búsqueda de sobrevivientes entre las ruinas.
El cantante de origen español fue uno de los emblemas de la solidaridad ciudadana que emergió a raíz de los sismos de 1985, el nombre y el rostro en el que se condensaron los nombres e imágenes de miles de seres anónimos que, inclusive a costa de la propia integridad, lucharon durante largas jornadas para tratar de salvar a más personas, ante la ineficacia del gobierno y sus instituciones.
Ese rasgo de humanismo del artista quedó refrendado cuando, en una entrevista realizada en plena zona del desastre, se le preguntó si no temía que se le dañara la voz con tanto polvo, y contestó que su único interés era que los cuerpos fueran rescatados con dignidad.
Transcurridos 20 años de la tragedia, hace un balance en entrevista con La Jornada, además de concluir que ''resulta aterrador" que los seres humanos continuemos ''sin estar preparados para protegernos de la ira de la naturaleza", se dice indignado porque esa ''falta de preparación no siempre se debe a una limitación de recursos económicos, tecnológicos o humanos".
-A 20 años de los sismos de 1985, ¿cuáles son los principales aspectos que le vienen a la memoria y qué es lo que más valoraría de esa situación?
-Antes que nada, es difícil olvidar que se perdieron muchas vidas durante y después del terremoto, al igual que yo perdí cuatro familiares en el edificio Nuevo León.
''Quizá lo más valioso de ese momento fue palpar y contar con la solidaridad y la unión del pueblo mexicano ante la adversidad. Es, desgraciadamente, cuando surgen el calor y la verdadera hermandad."
-¿De qué manera cambió el rumbo de su vida personal y artística ese siniestro?
-La pérdida prematura de seres queridos, quiera uno que no, siempre cambia la vida de manera muy nostálgica. Deja un vacío.
''Aunque mis compromisos profesionales me hayan mantenido y me siguen manteniendo alejado de México por más tiempo del que yo quisiese, siempre hemos sido una familia muy unida y se echa de menos a aquellos que ya no están con nosotros.
''En el plano artístico, mi vida cambió radicalmente durante la secuela inmediata al terremoto. Dediqué un año a realizar conciertos benéficos para apoyar a cientos de damnificados que quedaron desamparados y sin viviendas.
''Un compromiso, que si bien he dejado de hacer conciertos benéficos en México, nunca ha cesado y he continuado a nivel personal y destinando apoyos que llegan de las múltiples sociedades Amigos de Plácido Domingo que hay por el mundo, sobre todo cuando de un desastre natural se refiere."
Lección de la sociedad mexicana
-¿Cuáles considera que son las principales lecciones que esa tragedia dejó a la sociedad mexicana y a los gobernantes?
-La mayor lección que recibió la sociedad mexicana se la enseñó ella misma al reaccionar de una manera tan solidaria, a pesar de los limitados recursos e iniciativa de rescate con los que se contaban en un principio.
''Asimismo, espero que se haya avanzado y corregido la planeación arquitectónica de la ciudad para poder soportar ese tipo de temblores en el futuro, así como las medidas de prevención, evacuación y rescate necesarias con la suficiente antelación."
-¿Qué aspectos le indignaron o le indignan en relación con esa catástrofe?
-Creo que a juzgar por las fallas de prevención, evacuación y rescate demostradas por Estados Unidos en la secuela del huracán Katrina en la costa del Golfo, en Asia después del devastador tsunami y recordando lo que nosotros vivimos hace 20 años en México, quizá lo que más me aterra es que seguimos sin estar preparados para protegernos de la ira de la naturaleza.
-Por último, en sentido figurado, ¿observa que a la fecha aún existan ruinas y/o heridas abiertas de esos sismos?
-Ciertamente que las hay. Aunque quisiera pensar que todos los damnificados del terremoto emprendieron y llevan ya una vida nueva, y hasta quizá, mejor, gracias a los esfuerzos de tantos que se unieron a la reconstrucción de la ciudad de México. Los que perecieron nunca se olvidan y siempre nos faltarán.