Moda y política mundial compitieron en NY
Los reflectores se posaron en la alta costura y en la cumbre, a todo lujo, de la ONU
Ampliar la imagen Naomi Campbell models a chain lace onesy during Gwen Stefani's L.A.M.B. spring/summer 2006 fashion show in New York, Friday, Sept 16, 2005. (AP Photo/Stuart Ramson) Foto: STUART RAMSON
Ampliar la imagen La top model Naomi Campbell fue una de las participantes en las pasarelas que atrajeron la atenci�n Nueva York FOTO Ap Foto: Ap
Nueva York, 20 de septiembre. La ciudad se inundó de elocuencia y elegancia ante la atención del mundo entero. Durante una semana, fotógrafos, periodistas, analistas, críticos y otros observaron y escucharon, enviaron información que podría afectar a millones, y trasmitieron imágenes alrededor del mundo. En interminables sesiones se habló del sida, de fondos de asistencia para los pobres, de desastres naturales, y hubo aplausos, hasta ovaciones, mientras se ofrecían suntuosas cenas donde, entre bebidas y viandas, se hablaba del futuro.
Y todo eso sucedió sólo en la Semana de la Moda (Fa-shion Week), uno de varios grandiosos encuentros que se celebraron aquí a lo largo de estos últimos días.
A unas cuadras de esta reunión se celebraba otra donde personajes de todo el mundo se presentaron en ropas finas diseñadas por los nombres más famosos de la alta moda, como Ferragamo, Calvin Klein, Prada, Donna Karan, Ralph Lauren y más, en la Cumbre Mundial de la Organización de Naciones Unidas. Ahí los jefes de Estado subían al podio para hablar ante el mundo luciendo trajes, corbatas o vestidos con etiquetas de los más famosos diseñadores, muchos de los cuales en ese preciso momento ofrecían sus líneas de primavera 2006 ante los ojos del planeta a seis largas cuadras de la sede de la ONU, en Bryant Park, durante el gran evento bienal Fa-shion Week.
Los periodistas objetivos fueron obligados a concluir que el evento más "atractivo" fue el desfile de modas protagonizado por cientos de modelos perfectas, mientras en la ONU era difícil caracterizar como "perfecto" a cualquiera de los participantes. Pero es cierto que en ambos eventos todos estaban muy bien vestidos.
En un lado de Manhattan se realizaron 180 exhibiciones de moda, mientras del otro más de 150 jefes de Estado ofrecieron discursos. De un lado se ofreció un vistazo de cómo se vestirán los ricos en la primavera, del otro los bien vestidos jefes de Estado ofrecieron palabras, pero poco más, para los pobres del mundo.
Hubo escenas extraordinarias, como la presentación del rey de Swazilandia -quien hace unas semanas presidió una ceremonia donde miles de mujeres (vírgenes, dicen) medio desnudas bailaron frente a él para que seleccionara a su próxima esposa- ante un foro mundial entre cuyos temas centrales están la igualdad de género, la "democracia" y la redistribución de riqueza. Del otro lado, por Bryant Park, muchos llegaban a la entrada de la gran carpa para ver si lograban echar un vistazo a alguna estrella y supermodelo (¿posible futura esposa de un rey?). De un lado uno escuchaba discurso tras discurso de gente enamorada de hablar, mientras del otro se observaba lo que ha sido proclamado como "belleza" para los que están enamorados de cómo se ven.
No se sabe si estos dos mundos tuvieron oportunidad de interrelacionarse en este planeta tan interconectado por la globalización, pero sí lograron volver un caos el tráfico y las vidas de los neoyorquinos que padecieron ambos espectáculos al intentar navegar por extensos aparatos de seguridad. Se sospecha que algunos jefes de Estado o sus familiares lograron obtener los boletos tan cotizados para entrar a ver las modas. También se sospecha que pocas modelos buscaron un intercambio para tener el privilegio de escuchar los interminables discursos sobre lo mal que está el mundo y si no es hora de pasar de las palabras a los hechos.
Algo de esos hechos hubo en el mundo de la moda: se hicieron colectas para las víctimas de Katrina, y las etiquetas Halston y Haspel donaron mil 400 pantalones y mil trajes a víctimas del huracán. "La moda para ellas no significa nada en este momento, pero queríamos intentar darles algo decente más allá de jeans y camisetas para que recuperaran la confianza en sí mismas y salieran a buscar empleo y reconstruir su vida", comentó al New York Times Marcia Ammeen, directora de mercadeo de estas prendas.
Hubo estrellas en ambos eventos. En los desfiles de la moda estaban Uma Thurman, Claire Danes, Gwen Stefani y hasta Miss Universo (la cual, por definición, debería haberse presentado en la Cumbre Mundial). En la sede de la ONU estaban los jefes de Estado tan conocidos y admirados por sus pueblos.
A finales de semana otras estrellas también celebraron su evento, una minicumbre mundial encabezada por el ex presidente Bill Clinton, donde asistieron multimillonarios como George Soros y Bill Gates, ex integrantes del equipo presidencial, y una variedad de estrellas del espectáculo, los negocios y la política que se proclaman preocupados y comprometidos por resolver los grandes problemas del planeta.
Además de estos desfiles del mundo de la moda y la política hubo otros festejos. El pasado lunes se realizó el desfile conmemorativo de la independencia de México por la avenida Madison, con grupos de mariachis y carros alegóricos.
El alcalde Michael Bloomberg participó junto con varias figuras de los medios latinos. La noche del 16 de septiembre, el rascacielos Empire State Building vistió su torre con los colores patrios de México, mientras la noche anterior el consulado mexicano encabezó la ceremonia del grito en el famoso teatro Town Hall.
Pero también se celebró el desfile de los afroestadunidenses en Harlem, donde participaron el alcalde y varias figuras del movimiento de derechos civiles y políticos de esa comunidad.
O sea, fueron días y días de celebraciones oficiales, grandes discursos y, por supuesto, alta moda.
Dicen que ahora todo ya regresó a la normalidad. Pero no hay que desesperarse: en esta ciudad todos los días desfilan todo el mundo y toda la moda. Y en unos cuantos meses se presentarán las líneas políticas y de moda para el otoño de 2006.