Falleció a los 96 años; ayudó a llevar ante la justicia a más de mil 100 criminales
Pesar mundial por la muerte del cazador de nazis Simon Wiesenthal
Perdió durante la Segunda Guerra Mundial a 89 miembros de su familia a manos del III Reich
La captura de Adolf Eichmann, su mayor logro; no haber hallado a Josef Mengele, la decepción
Ampliar la imagen Fotograf�de archivo del "cazador de nazis" proporcionada por el Centro Simon Wiesenthal, de Los Angeles FOTO Ap Foto: Ap
Viena, 20 de septiembre. Simon Wiesenthal, el célebre "cazador de nazis" austriaco, falleció mientras dormía hoy a los 96 años en Viena, anunció en su sitio de Internet el centro que lleva su nombre en Los Angeles. Llevaba enfermo varios años, casi sin salir de su domicilio.
Wiesenthal, quien perdió a 89 familiares en el Holocausto judío, ayudó a llevar más de mil 100 criminales nazis ante la justicia, "a pesar de la apatía y la indiferencia del mundo", según el centro.
Su misión comenzó con una tarjeta postal que recibió en 1954 y que le escribió un amigo que se había ido a vivir a Argentina: "Vi a ese sucio cerdo de Eichmann. Vive cerca de Buenos Aires y trabaja para una compañía de agua".
Adolf Eichmann fue encargado de logística de la "solución final" del gobierno de Adolfo Hitler, y encargado de enviar a campos de exterminio a los considerados "indeseables" por el Tercer Reich.
Millones de judíos, comunistas, gitanos, negros, homosexuales e incapacitados fueron enviados a morir a Polonia, y Eichmann era el encargado de los trenes que los transportaron.
Cuando el régimen nazi estaba perdiendo la guerra, Eichmann abandonó su cargo y huyó del país. Años más tarde, su esposa inició los trámites para declararlo legalmente muerto, y Wiesenthal lo consideró sospechoso.
Tiempo más tarde, recibió la postal de su amigo en Argentina, y el "cazador de nazis" se puso de inmediato en contacto con los servicios secretos israelíes, Mossad, y el Congreso Internacional Judío.
En 1959, Eichmann, quien vivía en Argentina con el alias de Ricardo Clement, fue apresado en una operación secreta del Mossad y llevado a Israel, donde fue juzgado por 15 cargos criminales.
Durante todo el proceso, Eichmann sólo dijo en su defensa que él "cumplía órdenes". Fue ahorcado cerca de Tel Aviv, en 1962.
Este no fue el primer nazi al que Wiesenthal contribuyó a apresar, pero sí el que le dio celebridad, luego de hacer un recuento del caso en el libro Yo cacé a Eichmann. Sus críticos afirmaban que, sobre todo en ese libro, Wiesenthal se daba más crédito del que realmente merecía.
En 1991, el Jerusalem Post publicó un documento desclasificado en que Isser Harel, antiguo jefe del Mossad, afirmaba que no sólo Wiesenthal no "contribuyó" a la captura de Eichmann, sino que puso en peligro la operación.
Lo cierto es que estuvo tras la pista de al menos 6 mil criminales nazis, de los cuales fue detenido una quinta parte.
Wiesenthal contribuyó a la captura de Klaus Barbie, conocido como el "carnicero de Lyon", quien en su momento fue buscado por autoridades alemanas y francesas por sus actos en la Gestapo.
También ayudó a capturar a Franz Stangl, comandante de los campos de concentración de Treblinka y Sobibor, y a Aribert Heim, médico del campo de Mauthausen.
Siempre lamentó no haber atrapado a Josef Mengele, el Angel de la Muerte, quien fue médico del campo de exterminio de Auschwitz. "Seleccionaba" a los detenidos no aptos para el trabajo y hacía crueles experimentos utilizandolos como conejillos de indias.
Mengele huyó a Brasil, donde murió ahogado y con el nombre de Wolfgang Gerhard. Wiesenthal lo rastreó hasta lograr la exhumación de sus restos, con los que se comprobó su identidad.
No haber encontrado vivo a Mengele era para Wiesenthal "el fracaso más grave de mi vida".
A pesar de lo que digan sus críticos, hay consenso en que, más admirable que haber ayudado, como decía él, a la captura de mil 100 nazis, su misión más importante fue luchar contra el olvido del Holocausto y convertirse en representante de las víctimas.
Representantes de sobrevivientes del genocidio judío lamentaron la "enorme pérdida" que implica la muerte de Wiesenthal. Todavía viven cerca de mil sobrevivientes del Holocausto en Berlín.
El rabino Marvin Hier, decano y fundador del Centro Simon Wiesenthal de Los Angeles, describió al perseguidor de nazis como "la conciencia del Holocausto".
Cuando el genocidio nazi terminó, en 1945, "todo el mundo volvió a su casa para olvidar. Pero él no (...) tenía una tarea que nadie más quería, cuando los aliados se interesaban sobre todo en la guerra fría", agregó el rabino Hier.
La Fundación Ana Frank, de Amsterdam, saludó este martes la "fuerza viva" de la caza de los nazis que era Wiesenthal.
"Con Simon Wiesenthal, nos deja un combatiente infatigable de la justicia y el derecho", declaró el jefe del Estado francés, Jacques Chirac, en un comunicado.
El ex presidente polaco Lech Walesa dijo que Wiesenthal contribuyó a que fueran "reparados los crímenes de guerra. Aunque haya muerto a linda edad (96 años), es una gran pérdida que debilita a la comunidad", agregó el también premio Nobel de la Paz 1983.
Conciencia de la humanidad
Una de las más emotivas condolencias fue la del primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsany, quien saludó a un "justo", término reservado para quienes no siendo judíos, a riesgo de su propia vida, escondieron, ayudaron y salvaron a niños o adultos judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
"Era infatigable y dedicó una vida entera al servicio de la comunidad judía de Gran Bretaña y el mundo entero, y las generaciones futuras le estarán eternamente agradecidas", dijo por su parte el ministro británico de Relaciones Exteriores, Jack Straw.
"Se comprometió cuando los otros permanecían mudos", afirmó el canciller federal alemán, Gerhard Schroeder.
"Fue el mayor combatiente de nuestra generación. Era la conciencia de la humanidad, representaba al mundo libre y democrático", sostuvo el presidente de Israel, Moshé Katzav.
"El legado de Wiesenthal es su lucha por que no haya impunidad para los crímenes de lesa humanidad, llevando a los estrados de la justicia a quienes merecen estar allí", señaló Jorge Kirszenbaum, presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas, que agrupa a las entidades de la comunidad judía de ese país.
Por su parte, la comunidad judía italiana manifestó su tristeza por la muerte de quien "se dedicó completamente a la búsqueda de criminales de guerra nazis, sin espíritu de venganza pero inspirado en los principios de la justicia".