Sin entrega, afición ni oficio, Carlos López, Isaac Chacón y José Antonio Benítez

Desconocidos alternantes desaprovechan encierro de Jorge Hernández Andrés

Insultos, reacciones y dos tipos de cuidado

Se obtiene nuevo récord de inasistencia

LEONARDO PAEZ

A reserva de informar al paciente lector líneas más adelante de la desalmada tarde ofrecida por la empresa de la Plaza México en la novillada 16 de la temporada, vale la pena aprovechar este espacio para dilucidar asuntos taurinos de mayor relevancia.

Entre otros, la sarta de insultos y descalificaciones que Rafael Herrerías dedicó la semana pasada al maestro de Guadalupe, Nuevo León, Eloy Cavazos.

¿El motivo de esta nueva embestida tan visceral como censurable? El hecho de que Eloy haya manifestado su total apoyo al Consejo Directivo de la Asociación Nacional de Matadores, al representante de ésta, matador Paco González, y a las decisiones que tomen con motivo de la revisión del Convenio Taurino hispano-mexicano, firmado hace 15 años y tradicionalmente inequitativo para los coletas nacionales.

Algunas lindezas vertidas por el promotor de Mixcoac a Cavazos y a González fueron: "Están haciendo una grilla contra la empresa... Idiotas... Todo lo que tiene es gracias a sus raterías como torero... Apoya una cosa que a él le importa madre... Gracias a las artimañas de Cavazos y González no se darán viernes taurinos... Que se vayan de la mano al carajo... Estamos hablando de formar otra asociación de matadores... Cavazos es un torero obsoleto que debería estar cuidando a sus nietos... Nos vamos a defender a nuestra manera..."

Con un impresionante historial taurino de casi 2 mil corridas y con una experiencia y una trayectoria que rebasan por mucho las del empresario de la México, Eloy Cavazos se concretó a responder: "Se busca que en un cartel siempre haya la misma cantidad de toreros mexicanos que extranjeros. Es lo único que se está peleando y defendiendo, pues así está en nuestros estatutos".

Esto se debe a que en anteriores temporadas, Herrerías ha recurrido a la estratagema de anunciar a un rejoneador y a un torero de a pie mexicanos para que alternen con dos matadores españoles de a pie, siendo que el Convenio Taurino hispano-mexicano vigente señala claramente en su cláusula 11 que los toreros de a pie "no harán número". Esto, que hoy los matadores mexicanos parecen dispuestos a hacer valer, es lo que tanto exaspera al promotor de Mixcoac.

Tan fresca como las declaraciones de Herrerías fue la opinión de Roberto Domínguez, apoderado de El Juli, al considerar una eventual ruptura del dichoso convenio taurino hispano-mexicano: "Nos quedamos en casa y no pasa nada". Pequeña gran ventaja de quienes con profesionalismo y competitividad han sabido preservar la autonomía de su fiesta de toros.

Por su belicosa que no independentista parte, el viernes 16, al concluir el mano a mano entre El Zotoluco y Rafael Ortega en Zacatecas, ambos diestros protagonizaron un sainete de órdago en el salón comedor del suntuoso hotel Quinta Real, antigua y digna plaza de San Pedro, al liarse a golpes enfrente de los comensales.

-¿Son narcos? -preguntó una impresionada señora.

-No, son nuestras primeras figuras del toreo -le aclaró un mesero, mientras recogía sillas y platos.

¿Serán capaces estos aguerridos cuanto exhibicionistas rivales de adherirse a la defensa de la Asociación Nacional de Matadores, o ellos sólo están a las órdenes del empresario de la México? Muy pronto lo sabremos.

En la decimosexta novillada el colonizado promotor batió dos récords: uno, el de la peor combinación de toreros en toda la temporada y, consecuencia de ésta, el de la entrada más pobre, en esa nefasta tradición de ofrecer carteles redondos -sólo con diestros que figuran- o carteles cuadrados -sólo con modestos o de plano desconocidos-, de los que el público está harto, excepto en la mitotera corrida de aniversario cada 5 de febrero, histórica aportación de la empresa de la México a la mercadotecnia taurina de punta.

Hicieron el paseíllo el meridense Carlos López, de apenas 29 años; el moreliano Isaac Chacón, ya de 30, y el ecuatoriano José Antonio Benítez, de 23, para enfrentar un encierro discretamente presentado del hierro potosino de Jorge Hernández Andrés, que medio fue a los caballos y en general acusó sosería, a excepción del cuarto y el quinto.

Pero hay edades y vocaciones para todo y ninguno de los alternantes fue capaz de remontar las condiciones de su lote o de aprovechar las cualidades de los bureles citados. Eso sí, los tres traían muchas ganas de salir al tercio y hasta de darse la vuelta al ruedo, pero el escaso público se los impidió con sonoras rechiflas.