Enrique González Torres exhortó a revivir las auténticas agrupaciones vecinales
ONG: intereses políticos mataron la organización civil surgida de los sismos
Respecto a los donativos, el creador de la Fundación de Apoyo a la Comunidad advierte que quien tenga una institución de caridad privada sabe que la pureza de intención es sólo de santos
Ampliar la imagen Enrique Gonz�z Torres, ex rector de la Universidad Iberoamericana, afirm�e el clientelismo ha fomentado la degradaci�e los grupos vecinales FOTO Francisco Olvera Foto: Francisco Olvera
Enrique González Torres, creador de la Fundación de Apoyo a la Comunidad (FAC), aseveró que la organización civil que surgió de manera espontánea tras los sismos de 1985 se acabó, feneció fracturada por los intereses políticos que la transformaron en clintelismo y por los organismos empresariales que promueven las instituciones de servicio, porque "cualquiera que tenga una institución de caridad privada sabe que la pureza de intención, aunque sea limpia totalmente, es sólo de los santos".
Si bien el sacerdote jesuita criticó a quienes pervirtieron la organización civil surgida tras los terremotos, justificó a los organismos empresariales al afirmar que en este caso el dinero es de ellos, mientras que el que utilizan los partidos políticos es del gobierno.
Algunos líderes auténticos afirman hoy que la organización vecinal se acabó, "la fracturaron la perversidad y los intereses políticos, el clientelismo que en 1988 condicionó las viviendas a la asistencia a manifestaciones".
Las instituciones de servicio, por su parte, se fueron especializando en nichos concretos para atender problemáticas como las de niños de la calle, discapacitados, ancianos o jóvenes drogadictos, pero ya no están relacionadas con la organización civil.
El edad dorada de la sociedad civil
De 1985 a 1987 hubo respeto a la sociedad civil, inclusive se pudieron dar acuerdos para favorecer la transferencia de recursos internacionales para que la sociedad creciera, pero en los años que siguieron la organización ciudadana causó temor. "Durante su sexenio Ernesto Zedillo tuvo expresiones de desautorización muy fuertes contra las organizaciones no gubernamentales. En 2000 resurgió la sociedad civil, pero de ese año para acá ha sido coptada de manera brutal".
-¿Dónde se nota más esa coptación?
-Pues yo creo que en el gobierno federal, por ejemplo, Sedeso concentra todo y son favores que dan. Lo mismo ocurre en el gobierno local, se trata de sistemas en los que impera "el Estado benefactor y bueno, los conocemos con nombre y apellidos: los herederos de la Nueva Tenochtitlán".
Consideró que las autoridades deberían ser más flexibles para que instituciones como el Monte Pío puedan crear asociaciones civiles y que si se preocupan por los problemas de los jóvenes de Tepito puedan establecer estrategias de apoyo.
El reto de revivir la organización
El también ex rector de la Universidad Iberoamericana dijo que a 20 años de la traumática experiencia de 1985 los capitalinos enfrentan el reto de regresar a la organización de la sociedad para que sea ésta la que determine los programas que requiere para vivir y resolver los problemas sociales de sus barrios, como es la atención de ancianos, niños, madres trabajadoras y falta de empleo.
Preocupaciones de los líderes sociales que no abandonaron la organización ni la vendieron a cambio de posiciones políticas, dirigentes, agregó, que "viven más angustiados que después del sismo porque las vigas no han dejado de caer sobre su comunidad, sólo que no son las de sus viviendas, si no las de la drogadicción y la violencia de muchos jóvenes en colonias como Morelos, Guerrero y Tepito, vigas que provocan tragedias familiares y que representan una muerte mucho más lenta y angustiosa".
Reprueba que el gobierno concentre los recursos
González Torres aseguró que el gobierno debiera favorecer la autonomía de la organización social y no concentrar los recursos para luego dar limosnas a cambio de votos, recordó que tras 1985 la movilización ciudadana dio origen a una red de agrupaciones sociales que se manejaron de manera autónoma, en ella participaron instituciones de caridad y grupos de inquilinos que se defendían para que no los corrieran de sus viviendas.
Con el tiempo los grupos de inquilinos fueron disminuyendo porque la mayoría se politizó, "los líderes fueron tomando posiciones políticas y se dedicaron a utilizar a sus grupos para incrementar su fuerza, más tarde emplearon recursos del Estado para comprar la simpatía; los líderes se convirtieron en gestores y la gente los aceptó a cambio de que les dieran alimentación y vivienda, entre otros beneficios".