Usted está aquí: jueves 15 de septiembre de 2005 Opinión MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

Slim y Silva Herzog coinciden con la realidad, no con el discurso

Insiste el gobierno en privatización energética

Las rebanadas del pastel:

DE ACUERDO CON la versión oficial, la participación directa del capital privado en el sector energético que la Constitución reserva al Estado estaría plenamente justificada ante la carencia de recursos públicos para atender las necesidades en materia de inversión. "No hay de otra", aseguran los jilgueros.

DESDE QUE MIGUEL de la Madrid inauguró la venta de garage de los bienes propiedad de la nación -que involucra a cuatro gobiernos federales- los distintos encargados de la tienda han dicho que amén de liberar recursos para "atender urgencias sociales" -como empleo y bienestar-, el producto de la privatización de empresas y sectores públicos se destinarían al crecimiento y desarrollo del país.

CUATRO PRESIDENTES DE la República y casi 23 años después, las "urgencias sociales" son más urgentes que nunca y el crecimiento y desarrollo del país se encuentran estancados. Sin embargo, la participación del Estado en la economía es, a estas alturas, prácticamente inexistente, de tal suerte que "no hay de otra" que privatizar lo único que queda vivo, y no precisamente gracias a ellos.

A LO LARGO de su cómoda estadía en Los Pinos, alrededor de 90 mil millones de dólares han ingresado a las arcas nacionales sólo por exportaciones petroleras, y se estima que la cierre de su sexenio ese monto fácilmente rebasaría los 100 mil millones de billetes verdes, algo así como 15 por ciento del producto interno bruto a precios actuales, pero "no hay de otra".

DURANTE EL "CAMBIO", por exportaciones petroleras México habría captado el doble de recursos que en el sexenio lopezportillista (con el precio de la mezcla mexicana en 32-34 dólares por barril), periodo en el que la economía mexicana reportó una tasa anual promedio de crecimiento cercana a 7 por ciento. En el mejor de los casos, con Fox dicha tasa no será mayor a 2.2 por ciento.

EN DECLARACIONES A La Jornada, Jesús Silva Herzog (último secretario de Hacienda de López Portillo y primero de Miguel de la Madrid, es decir, acostumbrado a las convulsiones económico-financieras) señaló que el gobierno foxista perdió la oportunidad de impulsar una política económica activa, que permita aprovechar el inusual ingreso de divisas por la exportación de petróleo crudo, que ha remontado a precios históricamente elevados.

EN LOS PASADOS tres años, dijo, en México se ha desperdiciado, por la falta de visión del gobierno, el beneficio de los precios elevados del petróleo, lo que constituye un desperdicio de recursos no recurrentes y que permiten comparar lo que ha ocurrido en estos últimos años con el fallido auge petrolero de inicio de la década de los 80.

SILVA HERZOG MENCIONO que entre 1978 y 1981 el gobierno de JLP captó de manera extraordinaria recursos por unos 50 mil millones de dólares, derivados del disparo en el precio del petróleo. Este ingreso abrió la puerta al crédito externo para el país. Los países industriales colocaron aquí préstamos por otros 50 mil millones de dólares, dijo. "En tres o cuatro años, el país tenía recursos inesperados por 100 mil millones de dólares, que permitieron incrementar el ritmo de crecimiento de la economía", aunque al final precipitaron la crisis por todos conocida.

CARLOS SLIM ACUSA a la administración foxista porque los miles de millones de dólares provenientes de la exportación petrolera se han destinado al gasto corriente y pago de importaciones, y no para infraestructura ni para generar empleos. Desde Los Pinos se trata de convencer que "de ninguna manera el gobierno aceptaría que se están despilfarrando los recursos de Pemex", pero lo cierto es que los enfoques del empresario y del ex secretario Silva Herzog coinciden con la realidad y no con el discurso, como lo hace el vocero presidencial.

EL GOBIERNO MEXICANO -en sus últimas cuatro presentaciones, que, por los resultados, parecen una sola- prácticamente ha vendido todo lo que algún día fue propiedad del Estado: desde centros nocturnos y fábricas de calzones, hasta bancos, satélites, ferrocarriles y demás sectores estratégicos, y los recursos "liberados" que idílicamente atenderían las urgencias sociales y promoverían el crecimiento y el desarrollo no se ven por ninguna parte, amén que a la privatización siguió el "rescate" con dinero público y la extranjerización, cuyo producto de venta terminó en bolsillos privados.

PRODUCTO DE LA exportación petrolera, en los seis años de gobierno foxista -como él aferradamente le llama- México habrá captado el equivalente a casi 50 por ciento de los recursos que el país obtuvo, por el mismo concepto, en las dos décadas que precedieron el advenimiento del "cambio".

DE ACUERDO CON cifras oficiales, de enero de 1980 a noviembre de 2000, a las arcas nacionales ingresaron poco más de 223 mil millones de dólares por exportación petrolera; de diciembre de 2000 a agosto de 2005, el ingreso de divisas por la misma actividad se aproxima a 90 mil millones y se estima que al cierre del sexenio foxista el monto supere los 100 mil millones.

EN ESOS 20 años, no menos de cuatro sacudidas financieras devastaron la economía mexicana, limitando a 3.6 por ciento la tasa promedio sexenal de crecimiento económico.

EN LA ADMINISTRACION Fox, con 100 mil millones de dólares por exportación petrolera, 60 mil millones en reservas internacionales, la mayor inversión extranjera directa, sin devaluación, sin crisis financiera, con estabilidad macroeconómica y demás artículos de lujo, el crecimiento promedio anual (siempre en el mejor de los casos) será de 2.2 por ciento.

ENTONCES, SI NO es derroche (Slim), ni pérdida de oportunidades (Silva Herzog), otro tiene que ser el calificativo apropiado para describir los alcances del gobierno del "cambio", el cual no ve otra salida para el sector energético que su privatización.

DICEN QUE EL gobierno de Fox se ha dedicado a patear a la gallina de los huevos de oro negro, pero todo indica que ha ido más allá: la cachetea, la pellizca, le tira dos que tres discursos mareadores y pretende ahorcarla para hacer caldo y venderlo, porque "no hay de otra"... Mientras, el inquilino de Los Pinos exige en la ONU "acciones concretas para el desarrollo".

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