Empresa gala decidió dejar el negocio del agua potable
Francia pide a Argentina respetar salida de inversionista
París, 13 de septiembre. Francia pidió este martes a las autoridades argentinas que "respeten los intereses" del grupo de distribución de agua Suez, que decidió retirarse del país sudamericano, de lo contrario corren el riesgo de ahuyentar a otros inversionistas extranjeros.
"Lamentamos que la negociación no haya podido llegar a buen término. Deseamos que la salida (de Suez) se lleve a cabo ordenadamente, respetando los intereses de la empresa, con el fin de no desanimar a otros inversionistas extranjeros en el país", declararon portavoces del ministerio francés de Relaciones Exteriores.
El viernes pasado, Suez anunció en un comunicado que después de tres años de negociaciones se retiraba del mercado de distribución de agua en Argentina, en el que ha invertido desde 1993 más de mil 700 millones de dólares.
La firma se había instalado en aquel país en la ola de privatizaciones de los 90, pero su bonanza financiera se vino abajo en 2002, cuando el peso argentino se desplomó.
El grupo, encargado de distribuir -vía su filial Aguas Argentinas- agua potable a la ciudad de Buenos Aires por un periodo total de 30 años, no recibió permiso para subir sus tarifas ni para pagar menos impuestos, pese al impacto de la crisis económica.
"Queremos que todo se lleve a cabo lo más rápidamente posible y de la forma más conveniente", explicaron el martes fuentes diplomáticas francesas que desean guardar el anonimato.
Según ellas, desde que se dio a conocer la decisión de Suez, Argentina dio a entender que las negociaciones no han terminado.
"La puerta no está totalmente cerrada por su parte, pero, ¿Suez querrá reanudar las negociaciones? Es una decisión que corresponde a la empresa", aseguraron estas fuentes.
No es la primera vez que Suez tiene problemas en América Latina. En enero, se rescindió el contrato con su filial boliviana Aguas de Illimani. En junio vendió la totalidad de su participación en la también argentina Aguas de Santa Fe.
Según la prensa de Buenos Aires, el presidente Néstor Kirchner viajó a Nueva York a la Asamblea General de la ONU con la intención de reunirse con el primer ministro francés Dominique de Villepin, quien sustituirá al presidente Jacques Chirac, convaleciente de un problema de salud, para convencerle de la necesidad de "dar marcha atrás" en la decisión de Suez.
El gobierno francés no confirmó por ahora encuentros previstos de Villepin ni del canciller Philippe Douste-Blazy con autoridades argentinas.
"Creo que las negociaciones se han arrastrado durante meses sin conseguir nada", manifestaron las mismas fuentes, escépticas ante un posible cambio de rumbo.
De esta forma y salvo sorpresas, Suez imitará a otras firmas francesas como EDF, France Telecom o el banco Societé Generale, que también hicieron las maletas y abandonaron Argentina.
"Hay muchos inversionistas presentes en Argentina y otros que quieren entrar en el mercado. La situación es difícil (...) Suez es un verdadero mamut. Si el clima no es bueno, seguro que los inversores van a dudar", aseguraron estas fuentes.
No obstante, los responsables diplomáticos franceses insisten desde hace meses en que las relaciones entre Francia y Argentina no se limitan únicamente a la economía y no se verían perjudicadas por este problema.
El pasado enero, durante la visita de Kirchner a París, las autoridades francesas pidieron al mandatario sudamericano reglas claras del juego económico.
Para Kirchner, mantener las tarifas de los servicios privatizados en los 90 es indispensable para conservar el poder adquisitivo de los argentinos más modestos y sacar definitivamente al país de la mayor crisis económica de la historia, que le hizo perder la confianza internacional.
Cualquier aumento de tarifas estaba descartado de forma oficial hasta la celebración de las elecciones legislativas del próximo octubre, aunque de facto las autoridades de Buenos Aires podrían haber consentido un aumento de los precios de Suez, según la prensa argentina.