Crece la influencia de discursos alternativos, señala
Gradual liberalización en el ejercicio de la sexualidad, reporta especialista
En México, pese al discurso conservador de la moral católica, el ejercicio de la sexualidad se vincula gradualmente hacia la apropiación de discursos alternativos, como la equidad de género y la diversidad sexual, pues a pesar de que aún subsisten estereotipos de género tradicionales frente a la libre autodeterminación, factores como la migración, la experiencia urbana y la educación formal alientan la transformación de valores tradicionales en el campo de la sexualidad, afirmó Ana Amuchástegui, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Especialista en estudios de género y autora del libro Virginidad e iniciación sexual en México, destacó que el tema de la virginidad tiene significados radicalmente distintos tanto para hombres como para mujeres. Sin embargo, aseguró, en ambos casos "está marcado por nociones de género tradicionales".
La virginidad femenina, afirmó, si bien sigue siendo una norma aceptada, sobre todo en los espacios rurales, es frecuentemente transgredida, ya que la existencia de este control sobre la sexualidad de las mujeres no tiene como objetivo obstaculizar las relaciones sexuales antes del matrimonio, sino "producir subjetivamente sentimientos de culpa, arrepentimiento y temor a quedarse sola, lo que facilita el ejercicio del poder entre hombres y mujeres".
En cuanto a la virginidad masculina, destacó que a la mayoría de los hombres les resulta "aberrante" ante la imposición de un discurso tradicional que los obliga a "probar su masculinidad con múltiples relaciones sexuales a temprana edad".
Esta visión de la masculinidad, destacó la investigadora de la UAM-Xochimilco, "pocas veces tiene que ver con el deseo sexual, sino con presiones sociales de padres o amigos, ya que a pesar de que muchos optarían por la monogamia o preferirían tener su primera experiencia sexual hasta establecer una relación sentimental, no hay un contexto social que legitime este deseo".
Agregó que pese a los avances alcanzados por la sociedad civil para establecer un verdadero ejercicio de los derechos sexuales, los esfuerzos aún son insuficientes para garantizar un acceso universal a la anticoncepción y a servicios de planificación familiar de calidad, "condición indispensable para que las mujeres puedan ejercer libremente el placer, ya que uno de los primeros requisitos es garantizar la prevención de embarazos no deseados".
No obstante, reconoció que el problema de la búsqueda del placer no sólo está vinculada a una concepción tradicional de la sexualidad, sino a las condiciones de vida de los individuos, pues tanto la pobreza como el desempleo y la falta de acceso a servicios de salud afectan la calidad de vida, y con ello "se complica el acceso al placer, tanto para hombres como para mujeres".