Usted está aquí: sábado 3 de septiembre de 2005 Sociedad y Justicia Alertan expertos sobre efectos colaterales de antinflamatorios

Naproxen, Diclofenaco, Ibuprofeno, Piroxicam e Indometacina, entre ellos

Alertan expertos sobre efectos colaterales de antinflamatorios

ANGELES CRUZ MARTINEZ ENVIADA

Ampliar la imagen La mayor�de medicamentos antinflamatorios que reciben los pacientes de instituciones p�as de salud mitiga el dolor, pero al mismo tiempo perjudica otras funciones vitales del organismo FOTO Carlos Ramos Mamahua Foto: Carlos Ramos Mamahua

Los Cabos, BCS, 2 de septiembre. Durante siglos los seres humanos han buscado alternativas para aliviar el dolor, y desde siempre han sabido de los daños que el uso de algunas sustancias ocasiona en el tracto digestivo y la función re-nal; algunos son tan graves que pueden propiciar la muerte. No obstante, aun cuando existen fórmulas eficaces para evitar estas complicaciones, los pacientes de instituciones públicas de salud en México reciben, en su mayoría, medicamentos que mitigan el dolor, pero perjudican otras funciones vitales del organismo.

Así lo advirtió Rafael Shuchleib Chaba, presidente electo de la Fundación Interamericana del Corazón, quien señaló que no existen estadísticas en el país sobre complicaciones y muertes ocasionadas por el uso descontrolado de antinflamatorios no esteroideos (Aine). Sin embargo, en Estados Unidos se ha documentado que 30 mil de 2 millones de personas con artritis reumatoide, a quienes se prescribió un Aine durante un año, ingresaron a un hospital en ese periodo y 4 mil 400 perdieron la vida por causas relacionadas con el consumo del fármaco.

Los Aine se desarrollaron entre las décadas de los 60 y 80, y se anunciaban como la mejor alternativa para aminorar el dolor crónico generado por padecimientos reumáticos y crónico-degenerativos, cuyas terapias ocupaban un largo periodo de tiempo. Entre estos medicamentos están el Naproxen, Di-clofenaco, Ibuprofeno, Piroxicam e Indometacina.

Entonces no se conocía de la incidencia de sangrados intestinales como daño colateral, explica Shuchleib. Con los estudios de laboratorio disponibles, el médico sólo podía observar lo que pasaba en el esófago y estómago. Sin embargo, la tecnología actual permite a los especialistas revisar los intestinos, zona en la cual un tercio de pacientes comienza a sangrar tres semanas después de iniciado el tratamiento con un Aine, mientras otro 20 por ciento reporta lesiones en el estómago tras seis días de ingerir el medicamento, comentó Javier Coindreau, reumatólogo y director del Instituto Científico Pfizer.

Lo peor es que pese al riesgo, 81 por ciento de personas con sangrado en el tubo digestivo no se dan cuenta del problema hasta que éste se convierte en una emergencia hospitalaria, fatal en la mayoría de casos.

Coindreau afirmó que aunque se carece de información estadística sobre la frecuencia de estas complicaciones, "los médicos hemos visto cómo llegan los pacientes a las áreas de urgencias, en condiciones graves e irreversibles".

Resaltó que los antinflamatorios no esteroideos son una alternativa para controlar el dolor, pero tienen un alto impacto que debe ser tomado en cuenta por las autoridades de Salud. Afirma que los médicos que prescriben Aine deberían incluir en sus recetas otros fármacos para contrarrestar los efectos adversos de esas fórmulas, lo que no ocurre.

Las alternativas

El tema formó parte de las conferencias dictadas en el seminario sobre enfermedades reumáticas, organizado por el laboratorio Pfizer, en el que los especialistas participantes señalaron que otra alternativa contra el dolor e inflamación son los medicamentos conocidos como inhibidores de la ciclooxigenasa, del tipo 2 (Cox 2), a la venta desde 1998.

La Cox 2 es la enzima causante del dolor y la inflamación, contra la cual actúan los fármacos señalados, que al mismo tiempo protegen a la ciclooxigenasa tipo 1 (Cox 1), protectora de la mucosa gástrica, riñón, sistema plaquetario y endotelio vascular (capa interna de los vasos sanguíneos).

Sin embargo, el mecanismo de acción de los AINES no hace ninguna diferenciación, de ahí el efecto secundario y perjudicial sobre la salud, explicó Coindreau.

De acuerdo con estadísticas de Estados Unidos, donde se receta algún AINE en forma regular a 17 millones de personas, el riesgo de muerte por el consumo de estos fármacos en pacientes con artritis reumatoide ocupa el tercer lugar nacional después de los padecimientos cardiovasculares y el cáncer.

Algunas investigaciones científicas en este país han revelado que 15 por ciento de pacientes con artritis reumatoide reportaron efectos gastrointestinales adversos en los 2.5 años posteriores al consumo del fármaco, por lo que 12 por ciento suspendió o cambió de terapia y 40 por ciento añadió medicamentos para atender daños secundarios.

Otro riesgo de los Aine -tampoco documentado en México- es su relación con la incidencia de infartos al miocardio. Las investigaciones han descubierto que estos fármacos inhiben la acción de los medicamentos que buscan controlar la hipertensión arterial, por lo que existe posibilidad de complicaciones cardiovasculares, principalmente en los pa-cientes mayores de 60 años, indicó Coindreau.

El cardiólogo, ex presidente de la Asociación Mexicana para la Prevención de la Arteroesclerosis y Complicaciones, comentó que más de 36 por ciento de individuos con hipertensión arterial en Estados Unidos (18 millones) padecen de osteoartritis (desgaste del cartílago y hueso con inflamación), de los cuales 12 millones toman Aine y se someten a un tratamiento antihipertensivo.

El caso de Rofecoxib

Si bien los medicamentos Cox 2 son más caros que los Aine, indica Coindreau, habría que ponderar el costo-beneficio de ambos a partir de las complicaciones explicadas.

Llamó la atención sobre el debate alrededor de los Cox 2 luego de la salida del mercado de Rofecoxib, de laboratorios Mer-ck Sharp and Dohme (MSD), en septiembre de 2004.

Recordó que MSD decidió retirar su producto luego de que algunas investigaciones revelaron que el uso prolongado del medicamento incrementaba la posibilidad de enfermedades del corazón en uno de cada 3 mil 800 pacientes.

"El escándalo arrastró a otros medicamentos que tienen un mecanismo de acción similar", los cuales no conllevan este riesgo, señala el especialista.

Algunos estudios refieren que la posibilidad de desarrollar algún padecimiento del corazón (infartos) es similar entre quienes no toman medicamentos para el dolor y los usuarios de algunos COX 2.

Incluso, en ocasiones la posibilidad de infarto en estos últimos es ligeramente menor. En cambio, con el Rofecoxib el riesgo era considerable.

"Esto es real -apuntó Coindreau-, pero habría que ponderar qué tiene mayor perjuicio para la salud de los pacientes: ese riesgo mínimo de afecciones cardiacas o la evidencia sobre los sangrados del tracto digestivo y muertes causadas por los antinflamatorios no esteroideos, que se utilizan sin una adecuada vigilancia y supervisión médica".

 
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