Comenzó temporada de la compañía Quiatora Monorriel en el CNA
Retrospectiva dancística para mostrar la desesperanza y la vulnerabilidad humanas
''No hacemos diseños coreográficos, sino de movimientos'', definen sus fundadores
Ampliar la imagen Escena de Nico, una las cinco coreograf� que se presentan en el teatro Ra�ores Canelo FOTO Jorge Angulo Foto: Jorge Angulo
La danza contemporánea que ejecuta el grupo Quiatora Monorriel explora la soledad, la desesperanza y la vulnerabilidad del ser humano.
En esa búsqueda, el movimiento corporal rompe con los estilos establecidos y los bailarines presentan un lenguaje autónomo capaz de reflejar el discurso compositivo.
Fundada en 1992 por Evoé Sotelo y Benito González, la compañía dancística en cada una de sus coreografías indaga en el movimiento y en el lenguaje personal para entender a la danza como un lenguaje de diseños corporales.
''No hacemos diseños coreográficos, sino diseños de movimientos y eso es gran parte de nuestra propuesta.
''Nos gusta la danza pero queríamos hacer algo diferente, porque no nos identificábamos con ningún lenguaje de ningún autor del momento", explica Evoé Sotelo.
Universo poético asociativo
Quiatora Monorriel presenta un lenguaje visual con diseños corporales en movimiento como si fuese una pintura en la que el espectador podrá analizar la composición sobre el tema de la muerte y los estados de ánimo.
Al respecto, la coreógrafa e intérprete agrega:
''En ocasiones, simplementente la necesidad de componer es en relación con una música que te motiva y detona una idea de composición: existe una comunión entre la danza y la música."
Con el propósito de encontrar la esencia misma de la danza, desde hace 13 años Sotelo y González han creado obras con un ''universo poético asociativo y una lógica de lo abstracto y lo absurdo, para que en cierta forma el espectador pueda involucrarse y dialogar con el arte escénico en otros términos".
Benito González explica que su danza es una contrapropuesta, ''no como una negación, sino porque se trata de una danza rigurosa en cuanto al fundamento y concepto que la sostiene".
De alguna manera -añade Evoé-, no queremos tener un estilo en cuanto a la forma de composición, pues aunque tenemos 13 años como grupo, hemos estado en contra de generar lenguajes cerrados. Para nosotros un estilo es cerrar tus posibilidades de encuentro.
Quiatora Monorriel se presenta en el teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes (CNA), con una retrospectiva denominada Cinco picos, integrada por una serie de obras que han presentado en diferentes escenarios de la República.
''Nos dimos cuenta que teníamos obras que se habían presentado en pocas ocasiones, así que decidimos conformar un programa con propuestas relacionadas entre sí; en este caso se trata de danzas muy oscuras", detalla González.
Danzas oscuras
En las danzas oscuras, explica Evoé Sotelo, se muestra la vulnerabilidad del ser humano, la soledad, la desesperanza; es oscura porque se relaciona esa parte en conflicto del ser, no con la parte de cierta armonía.
Aunque el trabajo de Quiatora ha sido vinculado con el aspecto lúdico, divertido y hasta cómico, en Cinco picos aborda un terreno de inestabilidad, ironía y desolación que se expresa desde la construcción poética del movimiento.
Los cinco montajes que se incluyen en el programa son Doble dosis (2004), Los huéspedes (2000), Nico (2003), Jugo caliente (2004) y Sombrero de cinco picos (2002).
Las funciones de la compañía Quiatora Monorriel se realizan los jueves y los viernes a las 20 horas, sábados a las 19 horas y domingos a las 18 horas, del 1º al 25 de septiembre, en el teatro Raúl Flores Canelo del CNA (avenida Río Churubusco, esquina calzada de Tlalpan, colonia Country Club, estación General Anaya del Metro).