Carlos Monsiváis habla de su nuevo libro publicado por Ediciones Era

''Sin la idea de sociedad civil, la vida mexicana sería infinitamente más pobre''

El llamado gobierno del cambio terminó como el gobierno de la desolación, señala

''No sin nosotros''. Los días del terremoto 1985-2005 será presentado el lunes 12

ANGEL VARGAS

Sin la idea de la sociedad civil, México sería infinitamente más pobre, sostiene Carlos Monsiváis en entrevista a propósito de la aparición de su más reciente libro, ''No sin nosotros". Los días del terremoto 1985-2005.

En este volumen, publicado por Ediciones Era, que será presentado el próximo 12 de septiembre en el Foro Cultural Coyoacanense a las 19 horas, el escritor y periodista hace un recuento de algunos de los principales momentos y logros en torno de la sociedad civil desde su irrupción a partir de aquella tragedia hasta nuestros días.

-¿Hasta qué punto la sociedad civil es la hidra del cuento?

-Si la sociedad civil hubiera podido evitar convertirse en la hidra sería un milagro. Si fuese nada más la hidra del cuento sería un despropósito y no es tal; mezcla la capacidad de invocar monstruos de los cuentos de hadas, incluso algunos de ellos benévolos, con realidades de luchas en ocasiones muy exitosas, o si se quiere fracasadas, pero que de alguna manera modifican la vida de los que en ellas participan y les dan una orientación que acaba siendo definitiva.

''La sociedad civil en gran parte es una alucinación, eso es la hidra; pero gran parte también es una realidad poderosa que (por ejemplo) logra salvar vidas e imprimirle un orden a la ciudad de México en 1985.

''La creencia disparatada en los poderes de la sociedad civil multiplican las frustraciones -para continuar con la metáfora de la hidra- como los dientes del dragón. Sin la idea de la sociedad civil la vida mexicana sería infinitamente más pobre, y también la vida latinoamericana."

El centralismo, indemne

-¿Qué se derrumbó y qué no con el terremoto de 1985?

-Lo que se derrumbó fue la idea de que el presidente de la República sabía lo que pasaba en México; que era la primera sabiduría omnisciente. El presidente resultó ser, en casos de emergencia, un ciudadano más, lleno de escalofrío por su ignorancia.

''Se derrumbó además la noción de que la sociedad, en tanto conjunto de personas, es impotente para resolver los asuntos que le conciernen de manera muy directa. Pudo enfrentar con éxito y grado enorme de heroísmo, solidaridad y generosidad los problemas a que daba lugar la naturaleza, escasamente solidaria en el caso de los terremotos del 85.

''Se derrumbó la idea de que uno podía con rapidez manipular a un voluntariado tan grande. También se derrumbó la idea de que el egoísmo es el único factor que permite a los gobiernos manipular a la sociedad.

''¿Qué no se derrumbó? En primer lugar el centralismo. Por desgracia lo que ocurrió en la ciudad de México le imprimió sentido a todo lo que ocurrió en el resto del país. Espero que esta demostración positiva del centralismo no favorezca a lo que es una de nuestras pesadillas: la noción de que todo depende de lo que pasa en la ciudad de México.

''No se derrumbó la certidumbre de que uno puede pasar del gran momento de entusiasmo y de nobleza a controlar o manejar un movimiento. No se derrumbó tampoco el hecho de que si no hay organizaciones, los impulsos tienden a volatizarse. No se derrumbó todo lo que se había construido de manejo clientelar, abusivo y opresivo en los años de gobierno del PRI."

-¿Considera que en ocasiones la sociedad civil es peligrosa para sí misma? Pongamos el ejemplo de lo que ésta hizo para derrocar al régimen priísta e impulsar el llamado gobierno del cambio.

-La gente que votó por el presidente Fox hizo muy bien en votar por quien le dio la gana y por creer que era necesario el cambio. No fue toda la gente. El único problema que le veo a esa gente es que no procuró antes habilitarse de un don profético, porque eso hubiera sido esencial para saber lo que nos esperaba.

''No me parece que la sociedad civil se haya hecho harakiri. Quienes votaron por Fox hicieron uso de lo que estaba a su alcance, ejercieron su voluntad, y estuvo bien. Estuvo mal que después no hayan reconsiderado crítica y organizativamente ese voto y se hayan conformado con la queja.

''No es cierto que se arrepientan. Uno se arrepiente en la medida en que participa en otros movimientos rectificadores. Arrepentirse no es decir qué mal hice, es decir esto no debe suceder otra vez.

''Que el presidente Fox insista en autoelogiarse es una decisión suya. Que haya quienes digan en las encuestas que siguen confiando en él es una muestra de que no se informan ni por equivocación.

''Fox ha llegado a decir que México es el país con menos desempleo. Eso simplemente ya no es un fracaso de la sociedad civil: es un fracaso del lenguaje, que le permite decir eso como si el lenguaje mismo no tuviera posibilidades críticas y autocríticas.

''Estoy disparatando, pero es que todas las cosas que está diciendo respecto a su gobierno me parecen a tal punto atroces que creo que lo que empezó con el gobierno del cambio acabó siendo el gobierno de la desolación ante los actos publicitarios."

Incapacidad social ante la impunidad

-¿Los medios de comunicación han sido conscientes y responsables con la función que les corresponde en relación con la sociedad civil?

-Esta me parece una pregunta falsamente ingenua para que me precipite y diga que los medios no han cumplido con su deber, pero no voy a precipitarme.

''Simplemente digo que los medios han entendido por lo común, y aquí sí generalizo, muy erróneamente cuál es su deber; y ni han sistematizado el conocimiento ni se han propuesto como guías informativas y formativas del lector, que es lo que todo medio debe proponerse. Tampoco han dejado de caer en errores tan aparatosos como el de confundirse con partidos políticos.''

-¿Cuáles son los principales escombros o ruinas que han permanecido a 20 años del temblor?

-¡Ruinas, ruinas!, todos los atributos de que aún goza el presidencialismo, no la Presidencia, el presidencialismo en tanto ideología despótica y arbitraria de los presidentes; el dinero que se da a los partidos políticos para que éstos se lo devuelvan a la televisión; la confianza de que basta la justicia de las causas para que éstas se pongan inmediatamente el resultado deseable; la incapacidad social de castigar la impunidad con algo más que comentarios esporádicos respecto a su existencia. Todas éstas me parecen ruinas.