TUMBANDO CAÑA
Cancelan el Afrocaribeño de Veracruz
Realizan coloquio sobre música y bailes populares en su lugar
Ampliar la imagen Durante uno de los festivales pasados FOTO Carlos Cisneros Foto: Carlos Cisneros
GRAN INCONFORMIDAD Y disgusto ha manifestado amplio sector de la sociedad veracruzana tras confirmar la cancelación de lo que sería la 12 edición del Festival Internacional Afrocaribeño de Veracruz. Aunque la razón expuesta por la profesora María Esther Hernández Palacios, directora general del Instituto Veracruzano de la Cultura (Ivec), instancia responsable de la realización, sea la falta de recursos económicos, muchos son de la idea de que la razón es más una falta de interés y voluntad política que la carencia de dinero.
EL AFROCARIBEÑO, QUE hasta el año pasado se efectuó exitosamente, se suspendió por las razones que se esgrimen y en su lugar se realizó el coloquio Músicas y bailes populares en el marco de la mundialización: hacia nuevos enfoques de estudio, el 22, 23 y 24 de agosto, organizado por la socióloga francesa radicada en el puerto jarocho Kali Argyriadis con los apoyos del Centro de Investigaciones y Estudios de Antropología Social (CIESAS) y del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo-Francia (IRD, por sus siglas en francés).
DEBIDO A UNA programación errática en horario (9, 10 y 12 horas), de fecha (principio de semana y comienza de periodo escolar), y la falta de difusión en los medios locales, el coloquio, en el que participaron 11 investigadores franceses, tres cubanos, dos colombianos, un estadunidense y cinco mexicanos, se tornó en una reunión de eruditos a puerta cerrada desluciendo la participación, en términos de difusión de un trabajo, de grandes investigadores de lo social, étnico y musicológico, como los franceses Paul Schor, historiador de la Universidad de París X; Elisabeth Cunin, socióloga del IRD; Julien Mallet, etnomusicólogo del IRD; Anne Décoret de Lahiha, antropóloga e historiadora de la Universidad Clermont II; Sara Le Menestral, antropóloga del CNRS; el estadunidense Bruce Boyd Raeburn, historiador de la Tulane University, New Orleans; el colombiano Mauricio Pardo, antropólogo del Instituto Colombiano de Antropología e Historia; la mexicana Renée de la Torre, antropóloga del CIESAS-Guadalajara, y los estimados maestros y amigos Antonio García de León (UNAM) y Helio Orovio (UNEAC, Cuba), entre otros ilustres personajes.
EL FESTIVAL AFROCARIBEÑO de Veracruz, que tuvo su origen en los encuentros afromexicanistas y las jornadas de homenaje al etnólogo e historiador Gonzalo Aguirre Beltrán, fue diseñado para que "caminara", por decirlo así, en dos pies: el de la reflexión y el de la fiesta. De tal forma que con el mismo paso se llegara a un punto de interés para la sociedad. Ahora el Afrocaribeño ha quedado cojo, ya que según ha declarado la profesora Hernández Palacios a los medios locales su orientación debe ser "más académica". Sin embargo, la nula participación del público en el coloquio de música y bailes y la cancelación de otras actividades como el ciclo de cine caribeño y la Muestra Gastronómica de los Puertos, que también se programaron para agosto, denotan apatía y falta de pericia para la realización de un acto que los veracruzanos han hecho suyo y ostentan orgullosos.
ES LA SEGUNDA ocasión que María Esther Hernández Palacios se encuentra al frente del Ivec y nuevamente da palos de ciego respecto de esa actividad, que gracias a los esfuerzos de administraciones pasadas ha alcanzado renombre internacional. En su primera oportunidad como gestora cultural durante el gobierno de Miguel Alemán, cargo en el que sólo estuvo dos años (1999-2000), sin explicación razonable le cambió el nombre a Festival del Caribe, haciendo por demás una exposición muy empobrecida del mismo en ambos foros. Al llegar ahora, con el respaldo de Sari Bermúdez, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), al puesto que le confió Fidel Herrera, dijo a los reporteros que revisaría la realización de todos los festivales respecto de otros programas, para lo cual tomaría en cuenta que este tipo de actividades "representan una muestra efímera de uno o dos días, que después no son aprovechadas por la gente, a la que se le olvida en pocas horas", según leemos en el diario Notiver.
BASADA EN ESE criterio hizo a un lado todos los esfuerzos realizados para la consolidación del Festival Internacional Afrocaribeño, ignorando su vocación de promover y difundir las manifestaciones culturales relacionadas con la herencia afromestiza. Está por demás decir que las investigaciones dirigidas a analizar y difundir el papel del elemento africano en el proceso histórico del llamado Nuevo Mundo han adquirido en los recientes años creciente y merecida importancia en el continente tanto en su aspecto etnológico como en los desarrollos culturales, destacándose aquellos de eminente manifestación popular como la música y danza.
EL RETO QUE siempre ha planteado el Festival Internacional Afrocaribeño no ha sido solamente el obtener recursos económicos para su verificativo, sino el presentar foros académicos y artísticos realmente convocantes. Algo posible de llevar a cabo con imaginación, voluntad y conocimiento real del enorme espectro sociocultural de la impronta afro. Para ello, tal como se vino haciendo en los últimos cuatro años, se debe establecer un eje temático de interés social que abarque la circunstancia local, nacional e internacional apoyado por una programación afín que tienda puentes entre la reflexión y la fiesta.
CIERTAMENTE A LO largo de su existencia, el Afrocaribeño de Veracruz ha sufrido altibajos que han puesto en duda su realización, pero con voluntad política, entusiasmo, actitud incluyente y, sobre todo, el apoyo de la sociedad veracruzana, se había logrado hacer de forma ininterrumpida, lo que lo había posicionado en el interés nacional e internacional.
ES UNA VERDADERA lástima que ahora la burocracia imperante cancele esta fiesta, única en el mundo por sus características. Deseamos sinceramente reconsideren su efecto.