Destaca que exploran la provincia desde ópticas muy diversas y sin parecerse entre sí
Palou: esta generación se nutrió del desencanto de otros autores
Las palabras desilusión, desamor, memoria, dolor y humor, ejes de la obra del poblano
Ampliar la imagen El su nuevo libro, Quien dice sombra, Palou cuenta una historia en clave FOTO La Jornada Foto: La Jornada
El escritor Pedro Angel Palou (Puebla, 1966) asegura que pertenece a una generación de autores que se nutrió "del desencanto de nuestros 'hermanos mayores' (escritores de la generación de los 50). Por eso, se nos han puesto muchos apelativos.
"Ricardo Chávez nos decía la generación fría, luego nos llamó los enterradores. Ambos nombres son muy reductores. No somos una generación fría, sin compromisos. Ni se nos ha ocurrido enterrar a nadie.
"Al contrario. Si hemos perdido el miedo a escribir es porque fuimos lectores apasionados de los autores que nos precedieron, de nuestros padres literarios. Sin el grupo de Sergio Pitol, Sergio Galindo, Juan Vicente Melo o Juan García Ponce, difícilmente nuestra generación hubiera hecho lo que está haciendo ahorita: en particular recontar la provincia."
Víctimas del milagro petrolero
Con su reciente novela bajo el brazo, Quien dice sombra (Joaquín Mortiz), Palou asegura en entrevista con La Jornada que "México está siendo explorado por los escritores de mi generación desde ópticas muy diversas, con técnicas narrativas novedosas, muchas veces tomadas del cine, con un dejo de modernidad y experimentación. Estamos extrapolando muchos recursos, inclusive de la televisión.
"Si a la generación anterior les tocó el compromiso social, nosotros somos hijos y víctimas del milagro petrolero lopezportillista. Nuestra característica es que ningún autor se parece a otro. Cada uno tiene una búsqueda estética muy particular, en algunos casos ya muy madura."
El autor de Con la muerte en los puños (premio Xavier Villaurrutia 2003) se desempeña, desde hace dos meses, como rector de la Universidad de la Américas. No obstante su absorbente labor académica, dice estar acostumbrado a dormir poco, pues precisamente dedica las noches y las madrugadas a sus novelas, cuentos y ensayos.
En Quien dice sombra Palou escribe: "estamos hechos sólo de palabras, burdas, toscas, insuficientes". El narrador elige cinco de éstas para definir su quehacer literario:
"La primera es Desilusión, porque siento que toda mi obra forma parte de un único libro, conformado por capítulos diversos, sobre la desilusión.
"Otra palabra es Desamor, porque en buena medida es un tema sobre el cual he estado especulando literariamente: el peso del desamor en la construcción de la vida.
"La tercera: Memoria. En varios títulos de mis novelas está esa palabra, a manera de referencia temporal que tiene que ver con el recuerdo. Estamos hechos de palabras porque somos sólo nuestra memoria. Si desapareciera ese pedazo de nuestro cerebro perderíamos la identidad, desapareceríamos como seres humanos.
"La cuarta palabra es Dolor. Escribo una literatura dolorosa, una literatura del dolor, de la melancolía.
"Y, sin embargo, la quinta es Humor. Nunca he estado desapegado de esto. El escritor inglés Gilbert Chesterton decía que el humor en literatura es una risa que se congela en mueca. Es decir, el verdadero humor literario es reflexivo, lo mismo si es tan desparpajado como el de Alfredo Bryce Echenique, hasta el humor ácido o negro, como el de Ibargüengoitia, a quien tanto le molestaba que le dijeran humorista.
"Por el filtro del humor pasa la realidad y, literariamente hablando, se trata de una de las energías más difíciles de manejar."
Palou detalla que en su libro Quien dice sombra "la idea fue contar una novela en clave, ubicada en cualquier provincia mexicana, alrededor de una figura enigmática importantísima para la literatura mexicana, que incluso es el único personaje del relato que aparece con su nombre completo: Miguel Donoso Pareja.
"El fue maestro, director de literatura del INBA, fundador de la revista Punto de Partida, un gran promotor cultural. Tuvo muchos discípulos en el país. Fue creador de los famosos talleres literarios de Aguascalientes, San Luis Potosí y Puebla.
"Es una figura muy interesante. Fue guerrillero urbano, marinero y formó a mucha gente que debía responderle no sólo en materia literaria, sino con la vida. Se trataba de una época de compromiso social.
"Desde otra óptica, intento contar a la provincia y al hombre que cambió durante una época la vida de sus alumnos, aunque no puede cambiar la realidad. Veinte años después el maestro se encuentra en una fiesta con sus talleristas y cada uno, a su manera, le miente sobre lo que es de sus vidas. Todos le quieren demostrar que no se han perdido."
Vidas fuera de foco
Lo que resulta es "una novela sobre la pérdida de la vocación, la pérdida de la esperanza y de la vida. Todos los personajes son como sombras (de ahí el título del libro), sus verdades son a medias, sombreadas, fuera de foco.
"Fue una novela muy difícil para mí, porque no quería que fuera un retrato de mi ciudad ni de las personas con las que compartí un tiempo de mi vida. Pero a la vez intenté la verosimilitud literaria, con precisión casi maniática por el detalle, sin que quedara un retrato hablado de mi grupo."