SE BUSCAN INVERSIONISTAS | 29 de agosto de 2005 |
El denominado granero de México
ofrece buena imagen de
lo que ocurre en el país violencia incluida y de la
complejidad de
entrelazar acciones de política sectorial y regional para
generar
mayores oportunidades de crecimiento económico. Con abundantes
recursos
naturales y una posición geográfica estratégica,
la entidad mantiene
anclada su actividad en la producción primaria, con escasa
generación
de valor agregado. Aunque las cosas están cambiando con la
presencia
del principal grupo empresarial del país en una serie de
iniciativas
que pueden potenciar el desarrollo.
Juliana Fregoso Bonilla El 17 de junio pasado, el empresario Carlos Slim Domit inauguró una tienda de la cadena Sanborns en Mazatlán, Sinaloa. Para muchos, el acto sólo representa una apertura más, sin embargo para el gobierno local es una misión cumplida en una larga lista de tareas para atraer inversiones. Durante el acto hubo grandes elogios para este empresario. No es para menos, los 30 millones de pesos que desembolsó el Grupo Carso en esta tienda son el primer eslabón de una cadena de 100 millones de dólares que invertirá, junto con la Fundación Telmex, en infraestructura carretera y telecomunicaciones. Los apapachos a Slim no fueron pocos, y es que si hay algo que Sinaloa necesita son señales de que es un mercado seguro y que es redituable invertir en la entidad. Con la finalidad de impulsar el desarrollo económico de la entidad y aprovechar su potencial económico, desde hace años se promueven sectores clave en los que Sinaloa puede destacar: industrias de alimentos, textiles, otras manufacturas, cinematográfica, turismo, tecnologías de la información y el comercio. Así lo señala el Análisis de la iniciativa empresarial local de Sinaloa, elaborado el año pasado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Pese a este impulso y ser cuna de grandes empresas nacionales como Homex, uno de los desarrolladores de vivienda con más rápido crecimiento en la Bolsa Mexicana de Valores; Coppel, el grupo de tiendas departamentales de mayor crecimiento en ventas durante 2004, y de Casa Ley, grupo dedicado a tiendas de autoservicio a lo largo de la zona del Pacífico norte algo pasa en Sinaloa, porque la inyección de capitales sencillamente se estancó. El error parece estar en contar con una tierra extraordinaria en producción, pero que por la falta de atención al mercado no ha sabido aprovechar sus ventajas competitivas y la posición estratégica que representan sus dos puertos: Topolobampo y Mazatlán. La alta dependencia del sector primario, la falta de transformación y generación de valor agregado en sus productos, una errónea política federal de subsidios y la publicidad negativa, cortesía del narcotráfico, tienen a la entidad esperando un impulso industrial, lo que llevó a sus autoridades a buscar la manera de multiplicar la llegada de capitales. Otra limitante ha sido la falta de políticas públicas para capitalizar las remesas de los sinaloenses en Estados Unidos, las cuales ascienden a 320 millones de dólares anuales. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), desde 1999 el estado no ha superado 1.5 por ciento de crecimiento anual. Para los próximos cinco años buscará atraer inversiones por 4 mil 500 millones de dólares, un desafío, si se toma en cuenta que en todo el sexenio pasado sólo recibió mil 500 millones. Nosotros los pobres Agroempresas importantes, como La Costeña, Del Fuerte y Zucarmex, tienen más de 30 años operando con éxito en la entidad. Aunque ha habido muchos proyectos de agroindustria, hasta ahora no se ha concretado ninguno de esa importancia, apunta Bernardino Rosas, secretario de la Asociación de Agricultores de Río Fuerte Sur, una de las agrupaciones de productores más importantes de la entidad. Tres factores han jugado contra la agroindustria local. Primero, un pobre enfoque empresarial, ya que la visión de los socios de los grupos agrícolas es obtener beneficios a corto plazo. Son agricultores, en su mayoría, acostumbrados a duplicar su inversión en periodos relativamente cortos; les es difícil pensar en inversiones a largo plazo. A esto se suma, en segundo lugar una planeación ineficaz o inexistente de las actividades empresariales y, finalmente, la sobreoferta de productos y las fluctuaciones de los precios en el mercado nacional. Representantes empresariales, como el líder de Cámara Nacional de la Industria de Transformación, Arturo Tapia, reconocen la necesidad de traer inversiones, sobre todo si se toma en cuenta que existen municipios que tienen en el agro su principal fuente de ingresos, como en Navolato y su dependencia del ingenio azucarero. Cuando se le pide un diagnóstico general sobre Sinaloa, el secretario de Desarrollo Económico de la entidad, Jesús Vizcarra, no tiene empacho en responder: "somos pobrecitos". El estado enfrenta situaciones como ser líder nacional en producción agrícola y penúltimo lugar en desarrollo industrial, lo que muestra la distorsión de su estructura productiva. Ahora, el proyecto económico está orientado a generar más valor agregado, explotar el producto fresco, generar marcas propias y fortalecer las reconocidas. A escala nacional, el valor del producto de Sinaloa es el número 18. Mientras en los últimos 11 años el PIB nacional creció a una tasa media de 2.7 por ciento anual, el del estado creció apenas 1.4 por ciento. Para acelerar el ritmo de expansión hacia 2010 las autoridades dicen estar dispuestas a jugarse todas sus cartas. Entre las ambiciosas metas que se han fijado está aumentar hasta 50 por ciento las exportaciones industriales y 60 por ciento el valor generado por la industria de alimentos. Ser líder en la captura de especies marinas y producción agrícola es relevante, la cuarta parte de la economía estatal depende del sector, pero se necesita una conexión con la industria y crear más valor. El valor del producto de la industria agroalimentaria es cercano a los 900 millones de dólares anuales. Durante años ha sido el estado líder en producción agrícola con más de 10.9 toneladas por acre, dos toneladas por encima del promedio nacional. Una tercera parte de la producción agrícola del país se origina en esta entidad que también destaca por sus exportaciones de jitomate, pepino y chile bell. Pero en agroindustria básica (granos, oleaginosas, arroz) los productores locales han salido de los procesos de transformación, por falta de competitividad y por una mala política de subsidios del gobierno federal en años pasados donde había preferencia por la importación. A finales de los 90 se asociaron grupos agrícolas para vender sus productos, pero muchas de estas comercializadoras no lograron mantenerse en un mercado muy competido. "Hay miles de campesinos a los que el gobierno subsidia, pese a que sus cultivos ya no son rentables, y se han convertido en una carga", lamenta el director ejecutivo de la oficina de Sinaloa en Los Angeles, Víctor Espinoza. Esta instancia busca acercar a productores locales con empresas estadunidenses, a fin de aplicar una reconversión productiva en sus tierras hacia la siembra de hortalizas para abastecer el mercado de comida asiática en aquel país. Del valor total de la exportación, unos mil 300 millones de dólares anuales, la mitad pertenece a los sectores hortofrutícola y pecuario. En carne de bovinos empiezan las exportaciones a Japón, adonde se mandan jitomate, pepino y mango. Ya sea en Coahuila, Nuevo León, Baja California, Aguascalientes, Jalisco, Arizona, California, España o Japón, Sinaloa busca inversionistas que ayuden a la transformación de las actividades productivas hacia la industria. Con el reconocimiento expreso de que la gravedad de la narcoviolencia también frena la atracción de capitales foráneos, el gobierno de Jesús Alberto Aguilar Padilla ha contemplado en su Plan Estatal de Desarrollo el apoyo de hasta medio millón de dólares para el desarrollo de pequeñas empresas. Como uno de los objetivos se ha trazado la apertura de 5 mil microempresas productivas. También considera la desregulación de los negocios y la búsqueda de mercados para los productos agrícolas sinaloenses, particularmente en California. Parte de la estrategia del gobierno fue instalar una oficina en Los Angeles, donde se habló con unos 150 empresarios con los cuales existe la posibilidad de cerrar tratos comerciales. Incluso a inversionistas estadunidenses, como explica Víctor Espinoza, se les ofrecen incentivos fiscales como la exención del impuesto sobre la nómina. Como atractivo, también se promueve la disponibilidad de mano de obra barata y efectiva. El salario promedio mensual a escala nacional es 5 mil 622 pesos, en Sinaloa la gente gana 4 mil 184 pesos. Sectores, como el de autopartes, producen en la entidad con un alto valor agregado. Delphi, el principal fabricante de componentes y refacciones automotrices en el mundo, aprovechó las condiciones y en 1992 abrió su planta de Los Mochis, en el municipio de Ahome; anualmente produce cerca de 5.5 millones de piezas que abastecen a General Motors en sus ensambladoras de América del Norte. Como el caso de Delphi, en la industria de autopartes se impulsa la inversión de 190 millones de pesos para desarrollar otros proyectos. El aliado que todos quieren Vizcarra, manifestó que Sinaloa quería ser "el principal aliado" de Carlos Slim, pero dejó en claro que atraer inversiones no significa dar a los empresarios todo en bandeja de plata, pues aunque el gobierno está dispuesto a otorgar incentivos, como descuentos en predial y agua potable, "no vamos a regalar naves industriales como en otros estados, no tenemos dinero para hacerlo". A cambio promete el acceso a personal comprometido con el desarrollo de la entidad y pone el ejemplo de empresas importantes como Mazatún, la mayor atunera de América Latina, así como Casa Ley y Coppel, empresas líderes en su ramo en el país. Con estos argumentos, el gobierno busca atraer otras inversiones, además de los 100 millones de dólares ya citados del Grupo Carso, que estarían cercanas a mil 500 millones de dólares en los próximos dos años, para que, mediante su empresa Impulsora del Desarrollo Económico de América Latina, invierta en proyectos que van desde la construcción de carreteras y presas hasta centros de convenciones y plazas comerciales. La promoción de los puertos de Topolobampo y Mazatlán es otra parte de la nueva estrategia de negocios. Después de Los Angeles y San Diego, en Estados Unidos, ambos puertos son los más importantes para el intercambio comercial con Asia. Topolobampo abastece a los estados de Sonora, Baja California Sur y Sinaloa. La entidad está ubicada a 14 horas (por carretera) de la frontera con Estados Unidos, una ventaja para la distribución de productos con destino a Centroamérica y Asia. Con este proyecto de desarrollo económico, el gobierno sinaloense busca también fortalecer el turismo, que en proceso de inversión tiene más de 100 millones de dólares. Se pretende que el producto generado por este sector pase de 8.2 a 11.5 por ciento del total. Al menos en este año ya se aseguró una inversión de 25 millones de dólares para un desarrollo turístico en El Fuerte, que será una asociación entre empresarios locales y estadunidenses. De acuerdo con las conclusiones del análisis de la OCDE, Sinaloa requiere adquirir tecnología y optimizar su utilización, para integrar y retener una fuerza laboral con mayor preparación. Igualmente es necesario mejorar la infraestructura física y los esquemas de comercialización de productos y servicios. La entidad necesita enfocarse en los negocios internacionales mediante la búsqueda de nichos de mercado para los productos regionales, de empresas que hagan alianzas estratégicas de comercialización o producción, y de inversión extranjera. Hablar de Sinaloa y de inversiones siempre
lleva a una
pregunta: ¿qué tanto ha frenado el narcotráfico la
llegada de
capitales? La respuesta del secretario de Desarrollo Económico
es que
prefiere enfocarse en su proyecto para atraer capitales. "Las opiniones
sobre el tema son muy dispersas, pero yo quiero ver sólo lo
bueno"§ |