Usted está aquí: viernes 26 de agosto de 2005 Sociedad y Justicia Según censo, habrá 65 años más de desnutrición en niños indígenas

Persiste la "asimetría" pese a que la disponibilidad alimentaria es similar a la europea

Según censo, habrá 65 años más de desnutrición en niños indígenas

Esta deficiencia disminuyó casi a la mitad en el país, pero aumentó la obesidad y el riesgo de enfermedades graves, advierte especialista

Programas sociales, sin efectividad suficiente

ANGELES CRUZ MARTINEZ

Ampliar la imagen La buena alimentaci�s fundamental para el desarrollo de los infantes FOTO La Jornada/Archivo Foto: La Jornada/Archivo

Las comunidades indígenas tendrán que esperar 65 años más para que mejoren las condiciones nutricionales de sus niños, un tercio de los cuales presentan ahora deficiencias que los condicionan a tener baja estatura y retraso en su desarrollo intelectual, revelan resultados preliminares del Censo Nacional de Talla 2004.

A pesar de los cuantiosos recursos económicos que el gobierno federal ha invertido en programas asistenciales, la desnutrición todavía está presente en zonas de alta y muy alta marginación, según da cuenta el estudio, particularmente en Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Yucatán.

Si bien durante la década pasada en esas entidades se redujo 30 por ciento el número de niños que tenían talla baja, también debe recordarse que en 1994 la mitad de los infantes que vivían en zonas de muy alta marginación estaban desnutridos. De continuar la tendencia actual, las localidades catalogadas de alta marginación deberán esperar 45 años para erradicar el problema, mientra en zonas de muy alta marginación, generalmente indígenas, la mala nutrición dejará de existir hasta 2070.

Con base en datos aportados por los estudios realizados en 1994, 1999 y los informes iniciales del aplicado en 2004, los investigadores concluyen que, en promedio, a escala nacional un poco menos de 10 por ciento de los 2.5 millones de niños que en 2004 ingresaron a primer grado de primaria tenían estatura baja. La mayoría de los menores tenían 6.5 años de edad, grupo para el que la medida óptima, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, es de 122 a 123 centímetros. La talla baja es por debajo de 112 centímetros.

En una década la desnutrición se redujo casi 50 por ciento

En 1994 la proporción de menores que no habían alcanzado una talla de acuerdo con su edad fue de 17.9 por ciento, en 1999 se ubicó en 13.3 y para 2004 era de alrededor de 9 por ciento, lo cual significa que en una década la desnutrición en el país se redujo casi a la mitad.

Esto podría ser muy bueno si no fuera porque al mismo tiempo que la talla de los niños mejoró, el índice de obesidad y el riesgo de que ese sector desarrolle enfermedades graves como la diabetes, hipertensión arterial, cardiopatías o tumores aumentó, y porque persisten las asimetrías, explicó Abelardo Avila Curiel, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMN).

La medición de la estatura de los niños que ingresan a la primaria es uno de los mejores indicadores de las condiciones en que vivieron durante sus primeros años de vida; por tanto también refleja en qué condiciones nutrimentales se encuentran los que tienen menos de cinco años de edad, los cuales conforman la población más vulnerable al daño por esta causa.

La relevancia estriba en que durante los primeros dos años de vida se definen las condiciones físicas, de salud y desarrollo intelectual que los niños tendrán al ingresar a la escuela, así como en la edad adulta.

Al desglosar los datos obtenidos en el censo, según el grado de marginación de los municipios donde habitan los menores, resulta que en las localidades de alta y muy alta marginación la disminución de la desnutrición fue de 30 por ciento entre 1994 y 2004; es decir, 20 puntos porcentuales menos respecto del promedio nacional.

La mitad de los niños que en 1994 habitaban en localidades de muy alta marginación estaban desnutridos y 33.3 por ciento de quienes se encontraban en zonas de alta marginación. Para 1999 las cifras se redujeron a 44 y 25 por ciento, respectivamente; en 2004 se situaron alrededor de 35 por ciento para las zonas de muy alta marginación, y entre 18 y 20 por ciento para las de alta marginación. Ambos son el foco de atención de los programas sociales del gobierno federal.

La investigación que coordina el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia y que se procesa en el INCMN también indica que algunas entidades de la República han eliminado las deficiencias de la nutrición en la infancia. Es el caso de Sonora, donde sólo 2.5 por ciento de los niños de primer grado de primaria reportaron talla baja. Muy cerca se ubicaron Coahuila, Nuevo León y Baja California.

Resalta el caso de Baja California Sur, que según Avila Curiel había tenido un comportamiento favorable, pero debido a la migración procedente de Oaxaca sus indicadores repuntaron hacia la talla baja.

Señaló que la persistencia de las carencias nutrimentales en la niñez mexicana resulta paradójica porque existen evidencias de que una vez que las naciones logran tener disponibilidad de alimentos equivalente a 2 mil 600 kilocalorías diarias por persona -como ya lo logró México- y programas sociales efectivos el problema se elimina.

Ese ha sido el caso de Chile y Costa Rica, países políticamente comparables con México, que erradicaron la desnutrición en una década, durante los años 80, justo cuando lograron poner al alcance de su población una ingesta diaria de 2 mil 600 kilocalorías y sus programas sociales empezaron a rendir frutos.

La primera condición fue alcanzada por México hace casi 40 años. Según el especialista, ha faltado decisión y voluntad política para atender de manera efectiva el problema. Comentó que la disponibilidad alimentaria ha seguido creciendo y actualmente es de 3 mil 200 kilocalorías diarias per cápita, equivalente a la de países europeos.

Otro requisito indispensable a escala internacional para abatir la mala nutrición infantil son los programas asistenciales, que en México no funcionan adecuadamente. Mencionó, por ejemplo, el caso de la papilla que se distribuye en zonas marginadas del país, pero sólo llega a 40 por ciento de los niños menores de dos años que la requieren.

Avila mencionó que se trata de un excelente recurso que en ocasiones se queda en los almacenes, o que por falta de información a las madres ese alimento se reparte entre todos sus hijos e inclusive a los adultos.

Otro ejemplo de los desaciertos de los programas asistenciales está en los desayunos escolares. Si bien han sido benéficos, tienen impacto hasta que los niños inician la educación prescolar, la cual tampoco está muy extendida en áreas marginadas.

Experiencias positivas

No obstante, hay experiencias con las que se demuestra que es posible eliminar la desnutrición. El INCMN llevó a cabo entre junio de 2004 y julio de 2005 un programa piloto para abatir esta deficiencia en 20 localidades de Tabasco en pobreza extrema.

Alrededor de 10 por ciento de los mil 400 niños de esas comunidades reportaban desnutrición de alto riesgo y un tercio tenía algún nivel de carencia. Con el apoyo de las autoridades estatales y organizaciones civiles ese problema dejó de existir y no se requirió de grandes esfuerzos presupuestales, sino mejorar la eficiencia de los que ya estaban disponibles.

El investigador advirtió que el reconocimiento de la importancia estratégica que tiene para el país que su población esté bien alimentada permitiría erradicar el problema de la desnutrición en un lapso de 10 años. Las comunidades indígenas no tendrían que esperar otros 70 años como indican las predicciones que arroja el censo de 2004.

Dijo que la población rezagada está dispersa en 400 municipios, en los cuales existe ya presencia institucional (con Oportunidades, las tiendas Diconsa y brigadas de salud). Además, se cuenta con capacidad financiera y material para hacer llegar las acciones que permitan la recuperación. Lo que falta, agregó, es actitud.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.