Peligra la democracia; en su nombre se montan jugosos negocios privados, señala
La dictadura del espot desplaza a las ideas políticas, critica Javier Corral
Se refleja un desgaste importante de los partidos, dice Jorge Islas, abogado de la UNAM
Si el IFE asume en forma plena sus funciones se abatirán costos, afirma Jaime Cárdenas
La preminencia cobrada por la publicidad política en los medios electrónicos es ya una seria amenaza para la democracia mexicana, pues la dictadura del espot ha sustituido a las ideas, en tanto que los millonarios gastos que genera tienden a deslegitimar el sistema electoral, consideró el senador Javier Corral.
En nombre de la democracia, añadió, se ha montado uno de los más rentables negocios privados, aprovechando un bien público, el espacio radioeléctrico, pues hoy una veintena de empresarios se embolsan los millonarios presupuestos que para los partidos salen de las arcas públicas.
Durante el seminario Propaganda y Publicidad en Campañas Electorales, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el ex consejero electoral Jaime Cárdenas sostuvo que frente a los excesos en la publicidad y el dispendio en los gastos durante este periodo de precampañas, el Instituto Federal Electoral (IFE) no ha asumido plenamente sus facultades, pues podría incidir en este proceso.
Subrayó que el IFE puede hacer valer la legislación electoral que circunscribe la contratación de propaganda electoral a los partidos políticos, y no a las personas, lo cual permitiría reducir el gasto.
A su vez, Jorge Islas, abogado de la UNAM, advirtió que la frágil democracia mexicana comienza a reflejar un desgaste importante de los partidos, que se expresa en su acelerado desprestigio social, así como en su distanciamiento de las demandas ciudadanas, que se refleja en que los institutos políticos construyen su propia agenda.
En el tercer día de trabajos, Corral destacó que si bien en la contienda política la propaganda es esencial, encaminarnos hacia el modelo estadunidense ha redundando en que la publicidad se está convirtiendo en elemento deslegimitador de la democracia mexicana. La imagen y el espot sustituyen a las ideas y el discurso con contenidos.
"El exceso publicitario, sobre todo el que se atrapa en 20 segundos, está haciendo una derogación intelectual de la calidad del contenido de la política; el deslumbramiento sustituye a la lucidez."
La dominación del dinero, agregó Corral, está conduciendo a la afirmación falaz de que la democracia es cara, y no, lo que es caro es la falta de ella, por lo que implica en la ausencia ciudadana en las decisiones fundamentales. Por eso se vive la paradoja de que mientras muchos sectores de la sociedad enfrentan la pobreza, la política "camina próspera en medio del despilfarro".
Esa afirmación es falsa, abundó, porque en realidad el Estado no asume plenamente el dominio de un bien público, subutilizando los espacios que por ley están reservados y debieran usarse en la difusión del debate político, abatiendo los costos de las elecciones.
La ausencia de reformas en el ámbito electoral, y sobre todo en la Ley Federal de Radio y Televisión, posibilita este negocio, situación que "no es culpa ni del señor (Emilio) Azcárraga ni del señor (Ricardo) Salinas, sino de los partidos, que han postergado las reformas".
A su vez, Cárdenas habló de omisiones del IFE. No ha asumido plenamente sus facultades, que le permitirían abatir costos; por ejemplo, aprobar un acuerdo para vigilar la plena observancia del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, el cual reserva como exclusividad de los partidos políticos la contratación de toda propaganda electoral.
De igual forma, el IFE podría emitir lineamientos para prohibir las bonificaciones que las firmas televisivas hacen a los partidos en función del monto de compras realizadas, lo cual incide en la equidad de la contienda. Una bonificación es, en los hechos, una donación en especie que en materia electoral está prohibida a las empresas, dijo Cárdenas.
Asimismo, debería exigir a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes actualizar las tarifas mínimas de publicidad electrónica, pues la actual data de los años sesenta. Esta desactualización abre un espacio de discrecionalidad en las negociaciones, pues las empresas sólo reportan las tarifas máximas que cobran, apuntó el ex consejero.
Islas subrayó que entre los efectos nocivos que genera la publicidad electoral está la desinformación, que impacta directamente en el derecho al voto razonado. La desinformación no es la falta de información, sino la manipulación de ésta, lo cual puede ocurrir en la publicidad electoral.
También el especialista Francisco Abundis cuestionó el papel de los publicistas en detrimento de la política mexicana, al convertir la propaganda electoral en la venta de un producto.
Dijo que esa trivialización permite asociar que la compra de una mercancía puede tener garantía "en caso de que el producto salga malo, pero evidentemente la elección de un gobernante no tiene devolución, así salga malo".'