Con 480 mil pesos crean la fundación Cumbres III para apoyar a los más pobres
Terminó el Vil Brother de políticos en Aguascalientes
Ampliar la imagen Los diputados Abel S�hez y Gabriela Mart� de PRD y PT, respectivamente; el locutor Jos�uis Morales y Alfredo Gonz�z, l�r de la Federaci�e Trabajadores de Aguascalientes FOTO Claudio Ba�os Foto: Claudio Ba�os
Aguascalientes, Ags., 24 de agosto. Esta noche concluyó el llamado Vil Brother de Aguascalientes, en el que desde el domingo pasado cinco políticos y un conductor de radio local se encerraron en un jacal de 18 metros cuadrados, ubicado en el asentamiento irregular Cumbres III, al oriente de esta ciudad, con la finalidad de "saber lo que es ser humilde".
Este ejercicio socioeconómico terminó con un aparente éxito que traerá beneficios a las 90 familias que habitan esta área en condiciones de extrema pobreza.
Al salir de la vivienda, los seis viles hermanos, en voz del locutor José Luis Morales, anunciaron la creación de la fundación de lucha contra la pobreza Cumbres III, a la que aportarán distintas cantidades de dinero Carlos Lozano (300 mil pesos), el comunicador (100 mil), Maurilio Elizondo (35 mil), Abel Sánchez (30 mil) y Gabriela Martín (15 mil), mientras Alfredo González anunció que después diría cuánto va a aportar.
Durante el día, el conductor de radio se adjudicó el rol de madre. Empezó sus labores antes de la 8 de la mañana con la preparación del desayuno; ahí empezaron los problemas, porque cocinó unos huevos rancheros que nadie se comió, ni él mismo, porque se le quemaron.
Antes, Alfredo González, líder de la Federación de Trabajadores de Aguascalientes (FTA), hizo el papel del padre, y salió a pedir chamba con muy mala fortuna: "Fui a tres ladrilleras y en dos me dijeron que ya estaban completos; en la última me informaron que no había trabajo para mí porque ya estaba viejito".
En este último día, los habitantes de la llamada "casa más pobre del estado" tuvieron algo de relajación, toda vez que el hijo mayor, Maurilio Elizondo Ruiz, el diputado panista que fue el malo del espectáculo, hizo otra vez de las suyas y no concluyó su labor de apoyar a una familia del lugar que estaba taponando un canal por donde entra agua a su vivienda.
"Nomás duró como una hora y se fue, bajó poquita arena del camión y se fue", lo acusó Yesenia López, niña de nueve años que observó al legislador local panista incumplir con su tarea.
Gabriela Martín Morones, legisladora petista, cumplió su papel (la visita) al pie de la letra, ya que sólo acudió en la mañana para reportarse y regresar a la ciudad con el argumento de que tenía que estar en sesión permanente, y luego llegó a la hora de la comida para despedirse nuevamente sin dar explicaciones.
Morales Peña lo único que hizo bien fue el aseo de la vivienda y, como ya se había gastado en refrescos el presupuesto de 150 pesos, un vecino le regaló carnitas, chicharrón y chiles güeros.
Oficina de gestión social
Los inquilinos no habían terminado de comer cuando alguien apareció atrás de las dos cobijas colgadas del techo de lámina -que hacían de puerta- buscando ayuda. Era Herminio González, habitante de la colonia Palomino Dena, quien llegó al jacal para solicitar apoyo en una emergencia. "A ver quién me puede ayudar, porque no tengo para sacar a mi hijo Eulogio del hospital, se me accidentó". Sánchez Garibay, quien llegó antes de la escuela porque lo corrieron por corregir al profesor, salió y lo envió con su personal para que lo apoyara. Así como Herminio, decenas de personas de distintos puntos de la ciudad llegaron hasta el lugar para solicitar ayuda a los legisladores locales, lo que prácticamente convirtió el jacal en oficina de gestión social.
Morales Peña dio sus conclusiones de este ejercicio: "Fue una gran oportunidad de hacer un proyecto vanguardista que, si se repite en otros lugares, va a ayudar mucho a la gente pobre". Por su parte, Sánchez Garibay indicó: "Creo que si seguimos ayudando a la gente mínimo me toca una senaduría; le voy a poner La Pluri y voy a vender tacos dorados, flautas, sopes y enchiladas", con lo cual se aclara que hablaba de cenaduría
Para Alfredo González fue algo inolvidable, y "la verdad creo que si alguien perdió fueron los que no vinieron". Lozano de la Torre. Prometió regresar al lugar y seguir gestionando apoyos para los que lo buscaron, al igual que Martín Morones.
Al salir del jacal, trajeron 600 tamales y 40 litros de atole y otros tantos de champurrado, que degustaron con cientos de los habitantes de Cumbres III.