Fue el último de los grandes grupos mundiales en llegar a México y adquirir un banco saneado por el Estado después de la crisis de 1995. El país se ha convertido en la cuarta fuente de beneficios para el consorcio. HSBC considera que la oportunidad de seguir creciendo está, sobre todo, entre la población joven.

María de la Luz González

El 29 de enero de 2004, después de 14 meses de haber sido adquirido por el Hong Kong & Shanghai Bank Corporation, dejó de existir oficialmente el Grupo Financiero Bital (GFB) para convertirse en HSBC México, subsidiaria del conglomerado británico que se ha posicionado como la cuarta institución bancaria del país, con casi 15 por ciento del mercado.

Ese fue el fin de una de las marcas más exitosas creada por empresarios mexicanos, enfocada a un mercado de menudeo y popular; un nombre al que casi cualquier joven o adulto podía fácilmente identificar. Fue un final que de alguna manera simbolizó lo que había pasado con el sistema financiero del país después de la crisis de 1995.

La integración del antiguo Bital a la plataforma de negocios en un plazo tan corto fue un éxito rotundo de HSBC, consideró Roy Caple Hernández, director ejecutivo de Asuntos Públicos de la institución. Con GFB: "Adquirimos un banco que tenía una de las redes de sucursales y de cajeros automáticos más amplias del país, horario de funcionamiento inigualables que, de hecho son una ventaja competitiva; una muy buena banca electrónica, y también, evidentemente, una base de clientes muy grande."

La historia del antiguo GFB se remonta a julio de 1992, cuando se fusionaron Grupo Prime, que operaba varias empresas financieras no bancarias y Banco Internacional (Bital). A mediados de aquella década, el grupo, encabezado por Antonio del Valle, resintió el impacto de la crisis financiera, a la que sobrevivió con serios problemas de liquidez que lo llevaron a vender su Afore y paquetes de acciones para capitalizarse. En la crisis financiera de 1995, la institución transfirió al Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) cartera de mala calidad por siete mil 400 millones de pesos, que fueron parar a la deuda pública.

En noviembre de 2002, HSBC pagó mil 180 millones de dólares por 99.76 por ciento de las acciones de Bital, de las que 49 por ciento pertenecían a los hermanos Luis y Eduardo Berrondo Avalos, del Grupo Prime; 26.6 por ciento al Banco Santander Central Hispano y 19.2 al grupo financiero holandés ING. La transferencia de activos a la firma británica fue el colofón de un proceso de desavenencia entre las tres familias que controlaban la institución: Berrondo, Esteve y Del Valle, que causó la salida de este último del grupo, en abril de 2001.

Tras comprar Bital, HSBC le inyectó capital por casi 800 millones de dólares, invirtió otros 145 en el negocio de seguros y unos 175 en la administradora de fondos de pensiones (Afore) Alianz-Dresdner, que manejaba los fondos de un millón 250 mil trabajadores mexicanos, con más de mil millones de dólares.

La filial mexicana, ocupa el cuarto lugar a escala global, después de EU, Inglaterra y Hong Kong por su contribución al grupo, y generó utilidades desde el primer año de operaciones a HSBC, cuya inversión en el país ronda ya 2 mil 300 millones de dólares.

Apuesta por calidad del servicio

HSBC decidió entrar en México porque lo considera, junto con China, Brasil e India los cuatro mercados emergentes con más potencial de desarrollo en las siguientes dos décadas.

"En México sólo 20 o 25 por ciento de la población usa los servicios bancarios. Por tanto, en los próximos 20 años gran parte de la población joven requerirá servicios financieros: créditos personales, de consumo, hipotecarios, automotrices, tarjetas", señaló Roy Caple.

HSBC enfrenta la creciente competencia en el sector con productos como "Tu Cuenta", tarjeta de servicios financieros personales, con una cuota única mensual; "Estímulo", portafolio integrado de servicios para pequeñas y medianas empresas, con tasa preferencial de interés y acceso a otros servicios, como tarjeta de crédito.

También participa en el negocio de las remesas, donde ha aumentado su participación, de 3 por ciento en diciembre de 2002 a 17.5 por ciento actualmente.

La visión de HSBC es que todos los segmentos y sectores son relevantes y el banco seguirá creciendo en todos, buscando la diversificación y el equilibrio de la rentabilidad del negocio al menudeo, con empresas y corporativos y en las operaciones de inversión, precisa Caple.

Se dice el banco local del mundo

HSBC, segundo mayor banco del mundo por capitalización bursátil después de Citigroup, con presencia en 77 países, fue el último de los consorcios financieros trasnacionales en consolidar su presencia en México, con la compra de GFB.

Fundado como Hong Kong and Shanghai Bank Corporation Limited en 1865, con oficinas en Shangai, Londres, y una agencia en San Francisco, el HSBC fue el primer banco occidental con sede en Hong Kong y pronto se expandió por toda Asia, donde centró su actividad hasta fines de los 70, para luego crecer, creando o adquiriendo subsidiarias en Europa, Estados Unidos y América Latina.

Hoy, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) opera principalmente en cinco regiones o territorios: Europa, Hong Kong, el resto de Asia y el Pacífico, más Africa y Oriente Medio, América del Norte y América Latina. Las dos primeras concentran casi 75 por ciento de sus activos.

En América Latina las utilidades están fuertemente concentradas en la banca corporativa y de inversiones (52 por ciento), seguidas por la banca comercial (33 por ciento) y la personal (11 por ciento).

Hong Kong le aporta 35 por ciento de sus ganancias, que en el primer semestre de este año pasaron a 10 mil 640 millones de dólares, de los 10 mil 120 millones obtenidos en el mismo periodo de 2004. Europa contribuye con casi 40 por ciento, Norteamérica con 12 por ciento y el resto (13 por ciento) se divide entre Latinoamérica y Asia. A nivel global, tiene más de 9 mil 800 oficinas, 253 mil empleados y 110 millones de clientes §