Usted está aquí: domingo 21 de agosto de 2005 Espectáculos ¿LA FIESTA EN PAZ?

¿LA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Homenajeador homenajeado

EL DOMINGO ANTERIOR en la plaza de toros La Florecita se efectuó un festival-homenaje a Jaime Rojas Palacios, ese franciscano del taurinismo que desde hace seis décadas lleva a cabo una tenaz, discreta y fructífera labor de promoción de la fiesta de los toros y lo que de ella va quedando, con una elegante, inquebrantable fe de carbonero.

SI BIEN JAIME -escritor, periodista, compositor, dramaturgo y viajero curioso- dejó de ir a las plazas hace unos cinco años, "para no seguirle haciendo el juego al fraude sistemático e impune de empresa, ganaderos, toreros y autoridades", siguió trabajando en la organización de convivios, conferencias, videoclubes taurinos "y cuanto se me ocurra".

MARIANO RAMOS, MAESTRO del toreo y figura mexicana de los ruedos hace más de tres décadas, fue el promotor de la insólita iniciativa. "Nunca se me había ocurrido hacerle un homenaje a nadie -comentó el incansable diestro de La Viga-, pero ya va siendo hora de empezar a reconocer a los que de verdad han trabajado en México en favor de la fiesta, no sólo de sus intereses.

"JAIME ROJAS PALACIOS -añadió- ha realizado infinidad de homenajes a muchos toreros y personalidades de la fiesta, pero él nunca había recibido uno solo, luego de 60 años de impulsar la fiesta brava más allá de las plazas. A Rojas Palacios lo conocí por don Guillermo Infante, entonces director de la compañía disquera RCA Víctor. De entrada, don Jaime tuvo la gentileza de hacerme un pasodoble, así como de apoyarme mucho en mis inicios.

"EN UNA ENTREVISTA que él me hizo saqué a relucir cosas de algunos dizque prestigiosos cronistas y, claro, lo vetaron en varios medios. En otra ocasión, en Madrid, en 1993, los empresarios Lozano, de la plaza de Las Ventas, me cambiaron los carteles en que ya estaba anunciado, y Jaime de inmediato organizó una rueda de prensa con los principales periodistas españoles para denunciar la arbitrariedad. Esas cosas no se pueden olvidar. Por cierto -subrayó Mariano Ramos-, quiero agradecer al licenciado Jorge Luna Serna haber donado mi novillo para este festival, en un rasgo de aficionado generoso que mucho lo distingue. Afortunadamente salió extraordinario."

EN EFECTO, EN el festival sobresalió la faena de muy altos vuelos realizada por Mariano, al grado de que el público solicitó el indulto del bravo novillo, así como la finura privilegiada del matador en retiro Teodoro Gómez, que cortó las dos orejas, y la entrega intemporal, arrebatada y macha, de Carlos Serrano, El Voluntario.

POR SU PARTE, Rojas Palacios comentó: "Me confieso ferviente admirador de Mariano desde que era novillero. Es la carrera más increíble que yo he visto. Debutó en la México en agosto de 1971 y en noviembre de ese mismo año recibió la alternativa. De entonces a la fecha, a ese hombre no lo ha afligido ningún toro en ninguna plaza del mundo, al grado de que nunca ha recibido una cornada en su larga, poderosa y mal aprovechada trayectoria".

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