Especialista mexicana analiza con tres métodos el aprendizaje del idioma en infantes
Investigación con bebés sobre su primera aproximación al lenguaje
Al año de edad un niño comprende cien palabras, pero pronuncia 10, destaca Natalia Arias
Ampliar la imagen La Universidad de Oxford desarrolla estudios sobre el aprendizaje del lenguaje de los beb� La imagen de archivo corresponde a una casa cuna FOTO Francisco Olvera Foto: Francisco Olvera
A partir de los 12 meses de edad un niño con desarrollo normal comprende en promedio cien palabras y puede pronunciar cerca de 10, pero, ¿cómo las aprende? Natalia Arias Trejo, investigadora mexicana egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, que trabaja en el Departamento de Sicología Experimental de la Universidad de Oxford, explica que los seres humanos aprenden a ex-traer información lingüística de los patrones acústicos de la lengua a la que están expuestos.
En sus trabajos ha podido concluir que los niños poseen una habilidad significativa para aprender palabras antes de poder pronunciarlas. Hay estudios que han encontrado que bebés de cuatro meses pueden formar categorías de diferentes animales (perros y gatos) basados en siluetas o caras. La investigadora mexicana afirma que el desarrollo de métodos experimentales como el paradigma de succión artificial, el método de habituación y el paradigma de mirada preferencial permiten hoy explorar las habilidades lingüísticas durante la infancia.
Además, se han desarrollado instrumentos que permiten observar la actividad cerebral cuando el participante ejecuta una tarea lingüística. Es el caso de los llamados potenciales evocados que registran las respuestas cerebrales provocadas por estímulos sensitivos visuales o auditivos. Diversos patrones en la actividad cerebral de infantes han podido constatar que el cerebro se especializa de acuerdo con el aprendizaje que va ejecutando.
El paradigma de succión artificial consiste en medir el patrón de succión de los bebés cuando son expuestos a estímulos generalmente lingüísticos. Gracias a esta metodología se ha observado que bebés de tan sólo algunos días de nacidos muestran un patrón de succión diferente cuando son expuestos a la lengua materna en contraste con una nueva lengua que no posee patrones acústicos similares.
Estudios de "habituación" -agrega- han permitido descubrir que a los 7.5 meses de edad los bebés son capaces de usar patrones de acento para distinguir el inicio y el término de las palabras. El paradigma de atención preferencial ha permitido explorar a qué edad se comprenden determinadas palabras. Este paradigma presenta al infante dos imágenes, por ejemplo, pelota y carro, en una pantalla, y al escucharse el nombre de una de las imágenes se espera que el bebé preste mayor atención a la imagen cuyo nombre ha sido revelado. Uno de los usos más convenientes de este paradigma se refiere a la investigación de las capacidades de aprendizaje de nuevas palabras.
Revela que en el Departamento de Sicología Experimental de la Universidad de Oxford se ha concluido que los niños poseen una habilidad significativa para aprender palabras antes de que puedan pronunciarlas. A los 15 meses, los bebés pueden aprender la asociación entre dos palabras nuevas, nunca antes escuchadas, y dos objetos nuevos, no existentes en su entorno, después de un par de minutos de haber visto dichas asociaciones en la pantalla. Es decir, sin haber sido expuestos a enseñanza explícita por parte de un adulto, los infantes son capaces de prestar atención a la información mostrada en una pantalla para aprender palabras.
Por otra parte, los infantes prefieren observar objetos en movimiento que estáticos, lo que lleva a infantes de 14 meses a aprender en un contexto artificial -de laboratorio- con mayor rapidez la asociación entre una palabra y un objeto en movimiento, que con uno estático.
Además, la investigadora dice que estudios experimentales y de observación indican una temprana habilidad para registrar las constantes de los objetos para ser nombrados con el mismo término. Es decir, niños de dos y tres años generalizan una palabra nueva a objetos nuevos que tienen la misma forma.
La habilidad de generalizar palabras conocidas a más de un objeto prototípico parece desarrollarse alrededor de los 18 meses de edad, cuando los bebés aceptan que referentes incompletos -como un perro al que le falta la cola- pueden ser llamados con sus nombres originales. Entre los 18 y 24 meses de edad los bebés asocian a un referente típico -mesa de cuatro patas y base rectangular- o atípico -mesa de tres patas o de base redonda- con la palabra conocida "mesa".
En un estudio reciente, la propia investigadora analizó el tipo de información visual que los infantes emplean para generalizar palabras familiares que designan a animales -perro, gato, pájaro-, y sus hallazgos, dice, indican que a partir de los 18 meses los niños asocian dichas palabras con siluetas completas de los animales. Sin embargo, no es hasta seis meses más tarde que son capaces de asociar correctamente las palabras con imágenes incompletas de siluetas, por ejemplo, sin cabeza o de cabezas sin cuerpo.
¿Qué significa esto? La creciente flexibilidad en la asociación de palabras y representaciones de objetos de diversa índole indica que el niño ha hecho una sumatoria de los ejemplares antes vistos para poder así asociar una palabra con representaciones alternativas que poseen algunas características, pero no todas, respecto de los ejemplares antes vistos. Esta economía representa una ventaja para el aprendizaje de nuevas palabras y la consolidación de palabras conocidas.
Esta misma flexibilidad en la aplicación de palabras, refiere, puede explicar por qué a partir de los 18 meses de edad existe la tendencia a incrementar el número de palabras en el vocabulario.