El problema del país no es de disponibilidad, sino de distribución, aseguran expertos
Real, la posibilidad de un estallido social en México por escasez de agua
La predicción catastrófica de que las grandes urbes como la ciudad de México serán los principales escenarios de las "guerras del futuro" por la posesión del agua, genera discrepancias entre investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los teóricos de la geopolítica mundial auguran que las conflictos se desarrollarán en torno líquido, indispensable para la supervivencia de toda especie, que podría agotarse o ser insuficiente para cubrir la necesidades humanas.
Pese a que tres cuartas partes del planeta están cubiertas por agua, sólo 2.8 por ciento es dulce, pero el volumen disponible para las actividades humanas es de únicamente 0.63 por ciento, según un estudio del Instituto de Ciencias de la Atmósfera (ICA), de la UNAM.
Para Miguel García Reyes, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS) de la máxima casa de estudios del país, el estallido de una crisis generada por la escasez de agua en México es "una posibilidad real" que no debe desdeñarse.
"Podemos prescindir del petróleo, pues no hay problema para producir energía primaria, pero no se puede encontrar un sustituto al agua", dijo, y advirtió sobre la necesidad de evitar que una crisis del agua llegue a convertirse en catástrofe.
En su opinión, la falta del líquido en México generaría un problema de paz social, situación inadmisible, pues en este momento se dispone del recurso y se tiene una gran capacidad de almacenamiento.
La problemática del agua en el país, añade en entrevista, no reside en su abundancia, sino en su distribución, pero sobre todo en el desperdicio generado por las fugas y la inconsciencia respecto del enorme valor de este recurso natural por parte de los usuarios.
Desperdicio del recurso
Para ilustrar la cantidad de agua que a diario se consume en la ciudad de México, el estudio del ICA refiere que cada segundo se extraen en promedio 74 metros cúbicos, lo que equivale a llenar seis veces el estadio Azteca cada 24 horas.
El promedio de consumo diario por persona es de 364 litros, que contrasta con los 120 que ocupa un ciudadano en los países europeos, añade el estudio, y subraya que la distribución es profundamente desproporcionada, pues un habitante de zona residencial utiliza hasta 600 litros, en tanto, en barrios pobres puede ser menor a 20 litros.
La visión de un México sumido en la ingobernabilidad por la carencia del líquido no es compartida por otro experto en la materia, Ramiro Rodríguez, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.
Por el momento, explica Ramírez, no existen estudios suficientes y confiables para conocer la capacidad de los mantos acuíferos del país, por tanto, se desconoce el periodo durante el cual pueden explotarse y qué volumen de agua tienen.
"Nadie tiene un cálculo que garantice que mañana se acabará; no hay forma de saberlo, porque con todo y que el manto acuífero más importante del país abastece a la quinta parte de la población y casi la mitad de la industria, no lo conocemos con exactitud", comentó.
Esto, matizó, no significa que México esté exento de problemas relacionados con los recursos hidráulicos: "para mí es mayor el riesgo por el hundimiento del terreno debido a la extracción de agua", explicó.
Cultura del uso racional
De acuerdo con el estudio del ICA, en la ciudad de México se extraen del subsuelo 45 metros cúbicos de agua por segundo y sólo se reponen 25 por lluvias, lo que provoca un hundimiento promedio de 10 centímetros cada año, aunque en zonas como Xochimilco, Ecatepec, Nezahualcóyotl y Chalco es de 40 centímetros.
Sobre los retos que enfrentará el país en las próximas décadas para conservar el recurso, ambos investigadores coinciden que la base es fomentar una cultura del uso racional entre los ciudadanos.
El investigador de la FCPS resaltó que el Estado debe diseñar un mejor plan para el manejo del líquido, lo que -aclaró- no debe traducirse en una carga económica para los usuarios.
"No estamos hablando de privatizar o cobrar más a la gente por llevar el agua hasta sus hogares. Si se lleva cabo una buena concientización sobre su valor entre los mexicanos para no desperdiciarla, es suficiente", subrayó.
Costo real del agua
En contraste, Ramiro Rodríguez considera que en México, además de la falta de una cultura del uso racional, no se paga el costo real del agua, de ahí que no exista conciencia alguna cuando se utiliza.
"Lo que cuesta se cuida, y eso llevaría a preservar el recurso. Además, teniendo (el Estado) más recursos se podría mejorar y ampliar la infraestructura, tener mayor capacidad, por ejemplo, para el tratamiento de aguas residuales", indicó.
Ambos especialistas confiaron en que durante el cuarto Foro Mundial del Agua, programado del 16 al 22 de marzo de 2006 en la ciudad de México, las naciones participantes puedan presentar un diagnóstico del problema y juntas sean capaces de encontrar mecanismos para paliar este reto internacional.