Critican que los Objetivos del Milenio carezcan de un indicador sobre el tema
El asesinato, forma extrema de violencia de género: legisladoras y funcionarias
La contribución femenina al PIB es de 30%, informa la Secretaría de Desarrollo Social
Ampliar la imagen Diputadas y senadoras insistieron en que la discriminaci�e g�ro sigue siendo una constante en M�co. En la imagen, mujeres reciben clases de primaria en una escuela de Veracruz FOTO La Jornada Foto: La Jornada
Legisladoras, defensoras de derechos humanos y funcionarias coincidieron ayer en afirmar que persisten aún en el país desigualdades de género, discriminación y violencia contra las mujeres, sobre todo en el caso de quienes habitan en áreas rurales y comunidades indígenas.
Durante la cuarta reunión Hacia un mecanismo de seguimiento y evaluación de los avances de los Objetivos del Desarrollo del Milenio propuestos por la ONU, la diputada del PRD, Marcela Lagarde, resaltó que debe considerarse a los feminicidios como la forma extrema de violencia contra mujeres.
Presidenta de la comisión especial de la Cámara de Diputados que sigue las investigaciones sobre los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, recalcó en la reunión que entre las metas del milenio hace falta un indicador que haga referencia a la violencia de género.
En tanto, el subsecretario de Desarrollo Social, Miguel Szekely, aludió al "gran desafío" que implica tomar en serio la equidad de género, toda vez que hay prácticas culturales que se reproducen, inclusive dentro de la misma familia, e impiden valorar el trabajo femenino.
Resaltó que en México no se ha hecho un desglose de la aportación femenina al producto interno bruto (PIB) y presentó los resultados preliminares de un análisis que realiza sobre el tema, en el que se indica que la contribución de las mujeres que reciben un salario es de por lo menos 30 por ciento del PIB.
"Lo más importante de estos datos es que tal aportación se da en condiciones poco favorables, ya que las mujeres participan, más que los hombres, en actividades informales, menos remuneradas y con menos prestaciones. En general, hay mucha evidencia que habla de condiciones de trabajo mucho más desfavorables para las mujeres."
De todas formas, insistió, se trata de una contribución visible, que nunca se ha asumido como tal y que es de 30 por ciento. Szekely destacó, además, que hay otra "contribución invisible" que realizan las mujeres -"que muchos no han querido aceptar"-, que son las tareas domésticas y el cuidado de los hijos y la familia.
Si se tomara el valor de las actividades domésticas y se cuantificara con base en lo que se paga en el mercado por las labores del hogar, "resulta que la contribución de este trabajo invisible de las mujeres podría llegar, en un cálculo conservador, a más de 17 por ciento del PIB".
Resulta entonces que aportan "muchísimo más de lo que generalmente se acepta como actividad económica nacional".
El funcionario indicó que mientras en las metas del milenio se señala que la brecha educativa entre hombres y mujeres se ha ido cerrando, hay grandes disparidades entre el trabajo remunerado y las labores del hogar. Una mujer de 40 años, dijo, dedica casi ocho horas diarias al trabajo doméstico y un hombre sólo una.
En contraparte, una mujer de 40 años llega a trabajar tres horas diarias y un hombre de la misma edad, ocho, en un trabajo remunerado. "Hay una disparidad, porque generalmente se dice que el hombre es el que más contribuye al hogar, pero la otra actividad de la mujer, la que ha sido invisible y pocas veces se reconoce, implica inclusive más tiempo del que los varones dedican a las labores que les reportan un salario.
Además, sostuvo, el problema con las mujeres que viven en pobreza es que las actividades del hogar las realizan en condiciones especialmente adversas.
Mayores oportunidades de desarrollo para hombres
Szekely expuso que la Encuesta Nacional de Discriminación, que hace unos meses presentó la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), revela de manera nítida cómo persisten -pese al cierre de brechas en materia de educación- las prácticas abusivas contra las mujeres.
Por ejemplo, dijo que 40 por ciento de los entrevistados admitió que se había dado mayores oportunidades de desarrollo a sus hermanos por ser hombres.
Asimismo, añadió, una de cuatro mujeres expresó que "el mayor sufrimiento de su vida lo padecieron precisamente dentro del hogar, por la violencia familiar".
Durante el acto organizado por las comisiones de Desarrollo Social y Equidad y Género, del Senado de la República, la diputada Marcela Lagarde insistió en que las metas del milenio deben incorporar un indicador referido a todas las formas de violencia contra las mujeres.
Manifestó sus diferencias con lo expresado ahí mismo por la representante del Instituto Nacional de las Mujeres, Elia González, en el sentido de que entre 54 indicadores con perspectiva de género, incluidos en las metas del milenio, hay uno que tiene que ver con la violencia.
Se trata, explicó, únicamente de violencia contra mujeres que viven en pareja, pero falta incorporar análisis sobre violencia sexual, física y la forma extrema, que son los feminicidios.
Adelantó que la Comisión de Seguimiento a los Asesinato de Mujeres en Ciudad Juárez presentará en breve una propuesta con indicadores, que incluye muerte violenta por homicidio doloso o culposo, por accidentes, suicidio y exclusión social.
En tanto, la organizadora de la reunión, la senadora perredista Leticia Burgos, expuso que desde el Congreso de la Unión se ha estado luchando para acabar con prácticas discriminatorias que afectan a las mujeres y las denigran, entre ellas aquellas que las muestran ante la sociedad como meros objetos sexuales.
Es este caso, aseguró la legisladora, se encuentra la campaña publicitaria del gobierno perredista de Guerrero -que ya fue suspendida-, en la que se utiliza precisamente a una modelo como símbolo sexual en un espot para evitar la venta de huevos de tortuga.