Le reprochan haber llamado al Ejército en asamblea pasada
Opositores a La Parota desconocen a comisario, por "actuar en su contra"
Comuneros de Cacahuatepec, municipio de Acapulco, Guerrero, opositores al proyecto hidroeléctrico La Parota, desconocieron ayer a Crescencio Jerónimo Aparicio como comisariado de los bienes comunales de Cacahuatepec, y declararon que al pedir la intervención del Ejército en su contra, "el comisariado merece no sólo la destitución sino la cárcel".
En un comunicado señalaron que defender sus tierras es un acto de dignidad, no un delito. Responsabilizaron al gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca Galindo, "por la represión contra los comuneros el 14 de agosto a manos de más de mil 500 policías", y al presidente de la República, Vicente Fox, y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por el uso de la fuerza pública "en una asamblea pagada por ellos para expropiar las tierras de los campesinos", ya que, afirman, "actuaron de manera ilegal".
Asimismo, reprocharon al presidente municipal de Acapulco, Alberto López Rosas, "por su contribución a la represión con más de 60 patrullas y tres carros antimotines, que se sumaron a 70 patrullas estatales".
Los opositores a La Parota subrayaron que no son 50 "rijosos" como afirmaron Zeferino Torreblanca y el secretario de Gobierno estatal, Armando Chavarría, los que ese día se dirigieron a la asamblea, sino que iban a ella miles de comuneras y comuneros a quienes los policías les impidieron el paso a la asamblea. "Porque somos mayoría, en el poblado Las Minas nos cortaron cartucho", apuntaron.
Reiteraron su aseveración de que "la asamblea fue arreglada de antemano por la CFE, el comisariado de bienes comunales de Cacahuatepec y los corruptos Evencio Romero y Nabor Ojeda".
Denunciaron que los mismos quieren hacer la asamblea, en una segunda convocatoria, fuera de los bienes comunales de Cacahuatepec; pero rechazaron "esa asamblea, debido a que no cumple con los requisitos de ley", y aseveraron que no permitirán "otra reunión amañada".
En su declaración, los opositores a La Parota rechazaron, asimismo, "toda provocación y la intervención de la fuerza pública en la vida interna de los bienes comunales de Cacahuatepec, y en la asamblea".
Enfatizaron que el día 14, "sí hubo represión contra comuneras y comuneros. Sí cortaron cartucho contra niños y señoras. Sí compraron firmas desde semanas antes. Sí cambiaron la asamblea a Campanario porque el comisariado es minoría en su pueblo, Cacahuatepec, cabecera de los bienes comunales".
Insistieron en que la reunión sí estaba amañada, porque ya tenían impresos hasta los posibles resultados.
Nos engañaron. Nos dijeron que la asamblea era para entregar registros agrarios... Sólo había constancias de un padrón manipulado por el comisariado. Era una asamblea tramposa para quitarnos nuestras tierras y perjudicar a todo Cacahuatepec, así como expropiarlas en favor de la CFE".