Denuncian amenazas y agresiones de un cacique
Expulsan católicos de Jalisco a 70 huicholes hacia Nayarit
El problema es agrícola, no religioso: líderes comunales
Decenas de indígenas feligreses de las iglesias apostólica, adventista y bautista llegaron a Tepic, Nayarit, procedentes de la comunidad Agua Fría, municipio Mezquitic, Jalisco (ubicada en los límites de ambos estados), de donde fueron desplazados con amenazas por no tener "las costumbres" del resto de la población, que profesa la fe católica.
"A Hermelinda Vázquez de la Cruz le quemaron su casa, con ella adentro, y sufrió graves quemaduras, mientras a nosotros nos dijeron que si no nos regresábamos a sus costumbres nos iban a incendiar vivos", relató Jesús Núñez Carrillo, quien con otros 69 huicholes huyó de su poblado y se encuentra albergado en el templo de la Iglesia apostólica de la fe en Cristo Jesús.
Jesús Estrella Candelario, pastor de esa religión y encargado del templo que sirve de albergue, denunció que los 30 hombres, 25 mujeres y 15 menores decidieron huir de Agua Fría porque Aurelio Carrillo González, "el cacique del lugar", ha utilizado a los católicos para "presionar" a seguidores de otras religiones y "amenazar con matarlos", con el fin de que se marchen y quedarse con sus tierras.
"Para tal fin, el terrateniente tiene el apoyo del presidente municipal, Heleno López Ibarra, y el comisariado ejidal, quienes azuzan al pueblo católico contra los fieles de las otras tres religiones" existentes en esa región indígena, que se halla pegada al municipio nayarita La Yesca.
Carrillo González tiene a su servicio a "personas malas" que amenazan a los hombres y mujeres con quemarlos y golpearlos si no se marchan o no vuelven a sus costumbres religiosas, y ya desde el pasado fin de semana "los demás católicos del pueblo han recorrido la comunidad con palos y machetes, gritando que nos van a matar y a quemar vivos", narra Núñez Carrillo, que es uno de los pocos desplazados que hablan español.
Autoridades federales y de Jalisco se trasladaron este jueves a la zona de conflicto para buscar un arreglo, "pero no para que la gente regrese, pues ya han dicho que ninguno volverá debido al miedo a ser asesinados, sino para que, de ser posible, el gobierno del estado los indemnice por sus tierras o que el hombre que se las quiere quitar se las pague a precio justo", relató el pastor Estrella Candelario.
En la reunión participan representantes de la Dirección General de Asociaciones Religiosas de la Secretaría de Gobernación, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y de sus homólogas de Jalisco y Nayarit, de la Secretaría de Gobierno de Jalisco, de la Procuraduría General de Asuntos Indígenas y de la delegación de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. También estuvieron pastores de la Iglesia adventista del séptimo día, de la bautista y de la apostólica, acompañados de huicholes desplazados por sus creencias religiosas.
Antes de la reunión, Dagoberto Cirilo, pastor adventista, quien interpuso una queja por violación al derecho de culto, expuso que los indígenas evangélicos han recibido amenazas por intolerancia religiosa.
Los presidentes comunales de San Sebastián Teponahuaxtlán, también en Mezquitic, aseveraron que no se trata de un asunto religioso, sino agrícola. Los evangélicos, dicen, han dejado de lado sus obligaciones en el trabajo de la tierra, que es comunal, al tiempo que han abandonado los ritos wirráricas, como consumir peyote, porque contradicen sus nuevas prácticas.
Por lo pronto, el gobierno municipal de Tepic ha entregado cobijas y víveres para que los desplazados sean atendidos en la Iglesia apostólica, cuyas autoridades ya han hablado con las bautistas con el objetivo de que quienes profesan esa religión también permanezcan aquí, informó Estrella.