A 60 años de la capitulación japonesa, Pekín y Seúl mantienen actitud crítica hacia Tokio
Japón presenta al mundo "franca disculpa" por el daño causado
Tokio, 15 de agosto. El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, reiteró hoy el pesar y las "sinceras excusas" de Japón por los "sufrimientos" ocasionados durante la Segunda Guerra Mundial, particularmente en Asia, al conmemorar hoy el 60 aniversario de la capitulación de su país.
"Japón provocó un enorme daño y sufrimiento" en muchos países, sobre todo en Asia, por lo que el país "acepta este hecho histórico y manifiesta una vez más su profundo remordimiento y su franca disculpa", sostuvo.
Koizumi ofreció la mano a los países asiáticos y prometió "forjar relaciones de cooperación orientadas hacia el futuro y fundadas en la confianza y la comprensión mutuas".
Explicó que tiene intención de mejorar las relaciones sobre todo con China y Corea del Sur, y ayudar a mantener la paz en Asia.
El emperador Akihito manifestó el deseo de que Japón nunca más entre en guerra, 60 años después que su padre, Hirohito, anunció la rendición del ejército imperial.
Pero China, mediante el vocero de la cancillería, Kong Quan, exigió que el gobierno japonés "se enfrente con hechos reales a su historia y a la invasión y no vuelva hacer nada que hiera los sentimientos de las personas en los países en aquel entonces víctimas".
Los chinos celebraron con actos conmemorativos en todo el país el 60 aniversario de la victoria sobre los japoneses. Datos oficiales de Pekín señalan que más de 35 millones de chinos perdieron la vida tras la invasión de los japoneses en 1931.
Opinión de Seúl
Sudcorea, entre tanto, llamó a Japón a fomentar las relaciones bilaterales sobre la base de una "sincera" superación del pasado y con medidas prácticas para ello.
Las nuevas excusas de Tokio están en la línea de otras, expresadas en múltiples ocasiones por los dirigentes japoneses, en particular en 1995, con ocasión del cincuentenario del final de la guerra.
En los últimos meses, las relaciones entre Japón y sus vecinos se ha degradado sobre todo a causa de las visitas frecuentes del primer ministro al santuario shintoísta de Yasukuni en Tokio.
Este santuario honra a todos los japoneses muertos por la patria, que incluye los 14 criminales de guerra condenados por los aliados después de 1945, por lo que Koizumi, que enfrenta elecciones en menos de un mes, renunció a visitar el lugar.
Pero miles de japoneses acudieron a Yasukuni para rendir homenaje a los soldados muertos, y entre los visitantes había dos ministros, decenas de diputados y personalidades de la derecha nacionalista, como el alcalde de Tokio, Shintaro Ishihara.
Para el sociólogo Kazuhiko Yatabe la falta de arrepentimiento de Japón está motivada principalmente por "los efectos perversos de las bombas atómicas, que transformaron a los japoneses en víctimas y constituyeron una especie de pantalla" en relación con el pasado.
El primer ministro de Australia, John Howard, indicó que los japoneses fueron un "enemigo cruel" cuya "barbarie" difícilmente puede ser comprensible para las jóvenes generaciones.
En las ceremonias del 60 aniversario de la capitulación japonesa, dijo que 20 mil australianos fueron capturados en el plazo de unas semanas en 1942, en referencia a la caída de Singapur en febrero de aquel año y a la invasión del sudeste asiático por el ejército japonés.
Recordó que los australianos fueron colocados en cautiverio y sufrieron años de trabajos forzosos, hambre y brutalidad en manos de un enemigo.