Usted está aquí: domingo 14 de agosto de 2005 Opinión TIEMPO DE BLUES

TIEMPO DE BLUES

RaúlDe la Rosa

El ferrocarril y el blues

Primera llamada

PRIMERO FUE ONOMATOPEYA: simplemente imitar el sonido de las viejas locomotoras de vapor. Después, durante años, la herencia de las rítmicas de sus tambores ancestrales, permitieron a los esclavos crear y adaptar innumerables cantos, ya fueran religiosos o de trabajo. En toda la creación musical de los afroamericanos el ritmo fue fundamental.

MANTENER EL RITMO y cantar al mismo tiempo es una tradición más africana que europea; ejecutar algunos instrumentos como copia o extensión de la voz es frecuente en el jazz y en el blues, inclusive, algunos cantantes de blues afinan sus guitarras imitando la tesitura de su propia voz.

CON LA APARICION de la locomotora de vapor se suscitó una influencia rítmica y musical muy importante en el blues. Los cantos de trabajo estaban marcados por el tipo de labor: pizcar algodón, abrir zanjas, romper piedras o desgranar maíz; daba cohesión a las cuadrillas, levantaba el ánimo para trabajar y evitaba accidentes en las extenuantes tareas.

Segunda llamada

LAS LOCOMOTORAS DE vapor empezaron a tener múltiples significados, desde la analogía con una larga serpiente negra que escupía fuego, hasta el llamado ferrocarril clandestino, que no era más que una metáfora, pues no había ninguna locomotora ni vagones ni vía alguna; era una ruta con caminos ocultos y atajos que recorrían los esclavos durante la noche -en el día se escondían- para alcanzar la libertad; huían hacia los estados norteños del país o a Canadá.

MUSICALMENTE HABLANDO, LA importancia del ferrocarril fue trascendental. Los sonidos y ritmos que la locomotora producía al cruzar la extensa geografía de los estados sureños se fueron integrando a la música. Entre los primeros registros discográficos que se tienen se encuentra una grabación de Leadbelly, que imita el sonido de una locomotora en la armónica.

LA LOCOMOTORA FUE un compendio maravilloso de sonidos y ritmos diferentes. Todos los elementos contaban: el silbato, la campana, el sonido de los pistones, el ritmo desde iniciar la marcha hasta el paulatino aceleramiento e inclusive el estruendo sordo de los vagones, para rematar en el traca-traca al recorrer las vías; esto se ha llegado a comparar con la estructura coral africana del llamado-respuesta, que en la iglesia se repite entre el predicador y la congregación y que existe también en los cantos de trabajo.

MYSTERY TRAIN ES el título de una pieza que ha permanecido por más de cuatro décadas: Little Junior Parker la grabó en 1953 y dos años después fue un éxito con Elvis Presley; en 1965 Paul Butterfield lanzó su versión, grabación a la que siguieron las de varios grupos, hasta 1998, que la canta Bill Wyman. Esta pieza es un buen ejemplo de cómo ambas tradiciones, la negra y la blanca, la han interpretado a través del tiempo, en el cual cada generación le agrega un vagón más a las estrofas.

Tercera llamada

LAS HISTORIAS QUE giran alrededor de una estación de ferrocarriles son innumerables, pero la más significativa, sin duda, es aquella que W.C. Handy escuchó por primera vez a un desarrapado que tocaba una extraña y fascinante música, como más tarde describió: con una mano pulsaba las cuerdas de su guitarra y con la otra deslizaba un cuchillo sobre las mismas. Handy había descubierto entonces el blues rural.

EL ESPECIAL DE Medianoche (Midnight Special) era el nombre de un tren que salía de Houston a la medianoche y que se convirtió luego en una pieza cuyas versiones son innumerables. En 1935 Leadbelly grabó una de las primeras versiones. Para los prisioneros de la Sugarland Farm, este ferrocarril y su faro eran símbolo de libertad.

EN LA DECADA de los 20 se puso de moda dar el nombre de pueblos o ciudades a las piezas de blues (San Luis Blues, Chicago blues, etcétera), pero en los años 30 cambió y los títulos hacían referencia a los nombres de empresas ferroviarias (Santa Fe blues o Rock Island blues, etcétera); esto fue consecuencia de que el tren era el medio de transporte más barato, por no decir gratuito. Inclusive hay una pieza compuesta para los hoboin, "irse de mosca" en el tren, de Big Walter Horton, quien imita a una locomotora con la armónica.

EN ESA DECADA se compusieron numerosos blues y las letras hablan siempre de pérdidas, de ausencias, de viajes sin retorno, había, inclusive, un sentido religioso, pues el tren era una esperanza de llegar a la tierra prometida.

AL IGUAL QUE la música programática se insistía en reproducir los sonidos del ferrocarril, en México el mejor ejemplo lo tenemos con el Son de la Negra, que era el nombre de una locomotora que iba de Tepic a Guadalajara y las notas al principio reproducen el avance de la locomotora y este ritmo va aumentando progresivamente.

FINALMENTE, EL BLUES se enriqueció con este intercambio, los músicos cual trovadores modernos, viajaban llevando consigo su música y, a la vez, recopilaban leyendas, canciones de amor, y no es casual que, una de las mayores figuras épicas de los afroamericanos sea John Henry, mítico héroe que trabajaba en el tendido de las vías del ferrocarril.

AVISO: EN EL programa de hoy domingo 14, el tema será el de esta columna: El ferrocarril y el blues, por Horizonte 108 FM, a las 20 horas.

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