El material recopila los trabajos presentados en el tercer Encuentro de Creadoras
Presentan en Chiapas el disco Lluvia de sueños. Poetas y cantantes indígenas
Común, pensar que las mujeres no realizan actividades artísticas, afirma Lizette Alegre
Tuxtla Gutierrez, Chis., 11 de agosto. La poesía y la canción de las mujeres indígenas de México producto del tercer Encuentro de Creadoras de Sueños y Realidades: Mujeres Indígenas en el Arte Popular, realizado en Chihuahua, es el material del disco compacto Lluvia de sueños. Poetas y cantantes indígenas, que fue presentado en esta ciudad, en San Juan Chamula y en San Cristóbal de las Casas por Aurora Oliva, Lizette Alegre, Fernando Híjar y Antonio López Hernández.
Se presentaron en el escenario del Centro Cultural de Chiapas Jaime Sabines Angélica Ortiz, poeta wirrárica; Elizabeth Pérez, poeta puerépecha; Juana Inés Reza y Delfina Albáñez, cantantes pai pai; Enriqueta Lunez, poeta tzotzil, y Martha Toledo, cantante y fotógrafa zapoteca.
Disfrutamos la música de cada una de las lenguas, la sabiduría y la magia de las antiguas palabras, como en este poema de Enriqueta Lunez: "Soy la danza/ Soy el arpa llorando/ Soy el canto/ Soy el incienso derramado en un altar/ con olor a santos/ Soy el rezo/ Soy la vela privilegiada en este templo/ Soy la minúscula parte desconocida/ por el tiempo".
Fernando Híjar, coordinador general de la realización del disco compacto, producido por la Dirección General de Culturas Populares e Indígenas, hizo notar que hasta los años 80 la producción discográfica estuvo dedicada al rescate musical, con una visión muy tradicionalista de la difusión cultural. "A partir de los 90 -acotó-, ha cambiado radicalmente esta visión: se trata de apoyar procesos culturales vivos, en este caso de mujeres creadoras indigenas, la mayoría muy jóvenes, y que representan una de las manifestaciones más importantes en cuanto a la creación musical y poética. Además está el objetivo de que el producto cultural regrese a las comunidades, y que las creadoras tengan un porcentaje significativo de estas producciones: es parte de una visión completa".
Aurora Oliva subrayó la diversidad sonora y la diversidad de lenguas, "que es un reflejo de la diversidad cultural del país, finalmente".
Lizette Alegre afirmó que todas ellas son "mujeres muy especiales, con un talento impresionante", y refirió que en algunos lugares "es muy común creer que las mujeres no realizan actividades creativas, cuando ellas tienen una manera de ver a su familia, a su tierra y a su gente. Están impactadas por su cultura, pero al mismo tiempo uno puede sentir la frescura de una interpretación, particularmente trabajada con un gran oficio".
Escuchamos las voces de Juana Inés Reza y Delfina Albáñez, de la comunidad pai pai, de Baja California. "Cantos a la naturaleza, a los frutos de la naturaleza, que es sagrada, y que a veces se enoja porque no la cuidamos", dijeron.
"Desde tierras michoacanas, me han permitido conocer esta otra casa de las flores" expresó, por su parte, Elizabeth Pérez, quien le canta al camino: "He querido/ saber/ del camino/ ése que han andado tantos./ Viviendo en la Tierra/ los sueños/ no se consigue olvidar./ El camino sigue ahí".
Martha Toledo, de Juchitán, cantó en español La Martiniana, con letra de Andrés Henestrosa, y también algunos sones con la música del zapoteco. Angélica Ortiz nos trajo el sonido amoroso del huichol: "Que entregue mi jícara sin ningún/ temor/ dices que te gustaría que fuera tierra/ para tu semilla/ así como se entrega Nuestra Madre/ Tierra./ Y yo digo, ya no sigas hablando,/ ahora deja que tu corazón hable".
Como los mitos, las palabras antiguas son palabras nuevas, por eso se puede afirmar que estamos oyendo las voces de nuestros ancestros, y al mismo tiempo sostener, como hizo Antonio López Hernández, que "estamos en el amanecer de nuestras palabras".