Artemio Rodríguez llegó como indocumentado, ahora triunfa como grabador
"La gente de EU quiere arte, no sólo es el país de las hamburguesas"
Prepara la edición del libro American Dream, que recopila 10 años de su trabajo gráfico
Ampliar la imagen Muestra del trabajo de Artemio Rodr�ez
El michoacano Artemio Rodríguez (Tacámbaro, 1972), no conforme con irse de indocumentado a Estados Unidos, se propuso destacar como grabador e impresor. Y lo ha logrado. Incluso, con el objetivo de retomar una faceta de la obra de Posada y Manilla, ha trabaja- do la hoja volante que, al desdoblarse, adquiere las dimensiones de un periódico mural o cartel contemporáneo, cuya impre-sión por miles se dispersa en la ciudad como parte del paisaje urbano.
A más de una década de su partida a EU, La Mano Press, imprenta fundada por Artemio y su compañera Silvia Capistrán en Los Angeles, California, se encuentra en la edición y publicación de American Dream (Sueño americano), libro bilingüe (español/inglés). El tomo, que cuenta con el patrocinio de la Secretaría de Cultura de Michoacán, saldrá a la venta en noviembre y su distribuidor aquí es la Editorial RM.
El volumen está pensado a la manera de una "exposición retrospectiva" de 10 años de su obra gráfica y dibujística, con la finalidad de acelerar su difusión y permitir el acercamiento del público de ambos lados de la frontera. El tomo incluye una introducción del investigador Ricardo Pérez Escamilla, una entrevista realizada por el poeta Salvador Ortiz Aguirre y una bibliografía del impresor Juan Pascoe.
Artemio tal vez resulte más conocido en EU que en México, aunque ha tenido varias exposiciones en Casa Lamm, una fue la presentación en 1996 del libro Las fábulas de Esopo. El presente año recibió un reconocimiento a artistas que están a media carrera, que da la Fundación Comunitaria de California, así como la beca Capital creativo, una iniciativa de alcance nacional con base en Nueva York.
Hijo de un albañil, campesino y trabajador migrante, Artemio de niño copiaba los dibujos animados de la televisión. Al terminar la secundaria se internó en la Universidad Autónoma de Chapingo, donde estudiaba su hermano mayor. Después de dos años fue suspendido de la universidad debido a "su activismo político, su falta de interés en la agricultura y su creciente pasión por las artes".
En 1990, durante una visita corta a su pueblo natal, participó en un concurso de dibujo, uno de cuyos jurados era Juan Pascoe, un impresor de libros que vivía en una hacienda del siglo XVII ubicada en las afueras de Tacámbaro. Juan le presentó a su hermano Dionicio, también vecino de la región, de quien Artemio aprendió fundamentos de dibujo y pintura.
Luego de ingresar al taller de Juan Pascoe, un día le proporcionó una placa de linóleo y gubias con la sugerencia de que copiara un grabado en madera de la época colonial. Fue el inicio. Aunque el grabado en linóleo no cuenta con la soltura que proporciona el pincel en la pintura o la complejidad que puede ofrecer el grabado en metal, es una técnica cuyo carácter sencillo y directo le ha proporcionado a Artemio posibilidades creativas únicas.
Tras algunos giros en su vida personal, en abril de 1994, Artemio dedicó tres días a cruzar la frontera por el lado de Tijuana, arribar a Van Nuys, donde se reunió con dos de sus hermanos. Ahí vivió y trabajó como pintor de casas. Pero la necesidad por expresar sus pensamientos lo llevó a dibujar durante los recesos del trabajo. Un par de meses después compró linóleo, gubias y se dedicó a grabar las impresiones de su nueva realidad y su añoranza por el mundo dejado al otro lado de la frontera. Y, de allí en adelante.
-¿Cómo logró imponerse en Estados Unidos?
-Sentí que había hambre o sed por ver el trabajo de personas con entusiasmo y disciplina. Dije, tengo eso, entonces, me voy a meter duro a crear obra de arte. Es fortuito siempre. Alguien llega y pregunta cuánto cuesta esto. Uno contesta, dame 20 dólares, y te los dan. De repente puedes pedir 100 o 200 dólares. Una de mis intenciones de estar en EU -ojalá que mis sobrinos no tengan que venir- es decirle a la gente que se puede, pero hay que echarle ganas, a crear arte, no necesariamente arte comercial, que diga cosas. Entre más piensas es mejor porque hay un público grande, ávido. EU no es la tierra de las hamburguesas y ya, hay un gran sector de personas cultas, profesionales, que están sedientes de buen arte.
Uno de los primeros temas que Artemio manejó fue el de la lotería, también en torno al Día de Muertos. A raíz de los atentados terroristas del 11 de septiembre, la invasión a Afganistán, el resurgimiento de EU como potencia mundial armamentista y "toda esa retórica del bien contra el mal", Artemio quiso abordarlo en su trabajo.
Su obra siempre ha tenido alusiones a la religión católica y él tiene particular fascinación por la figura de San Jorge y el dragón. El nombre, además, coincidía con el del presidente de EU. Entonces, "me pareció oportuno retratar a este individuo cruel y sanguinario que intenta matar al pobre, indefenso dragón. Lo empecé a usar en muchos dibujos y grabados, en los que incluía tanques de guerra, nombres de corporaciones estadunidenses del lado del caballero. Del otro, estaba lo desconocido, el mundo musulmán que para algunos es como un dragón".