No es un "ataque político": PRD; demanda mayor cooperación bilateral con EU
Estado de emergencia en Nuevo México, segundo llamado para Fox: diputados
Frente a las medidas adoptadas por el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, legisladores del Partido de la Revolución Democrática (PRD) dijeron ayer que en lugar de reaccionar como si se tratara de un ataque político, el gobierno mexicano tendría que evaluar con honestidad si el programa México Seguro está funcionando en las regiones donde se aplica, y establecer una cooperación bilateral integral que garantice la seguridad en la frontera.
Resaltaron que los problemas de violencia e inseguridad que se presentan en la línea fronteriza no sólo obedecen a fallas de la administración mexicana, sino también de la estadunidense, la cual, por ejemplo, no hace nada para impedir el tráfico de armamento.
Luego que el gobernador Richardson decidió declarar el estado de emergencia en los cuatro condados de Nuevo México que colindan con Chihuahua, por los problemas generados por la actividad del narcotráfico, el perredista Juan José García, integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, manifestó que las autoridades mexicanas no deberían reaccionar a la defensiva frente a esta medida.
Tendrían que estar tomando la iniciativa y sentarse a discutir con sus homólogas estadunidenses un plan integral de seguridad. En vez de reaccionar como si se tratara de un ataque político, deberían evaluar con honestidad si el programa México Seguro está funcionando, insistió el legislador.
Exigen estrategia conjunta para la frontera
Calificó la decisión de Richardson, un gobernador liberal, proclive a los migrantes, que ha sido promotor de una buena relación con México, como un segundo llamado al gobierno foxista para que reconsidere las estrategias que ha seguido en materia de seguridad e instrumente acciones que verdaderamente ayuden a parar la violencia. El primero fue el cierre del consulado estadunidense en Nuevo Larero, hace dos semanas.
Sumado a ello, el diputado perredista sostuvo que de manera aislada, el estado de emergencia decretado por el gobernador de Nuevo México no va a resolver el problema. Se requiere de medidas conjuntas, de estrategias diseñadas por las autoridades de seguridad de ambos países, remarcó.
Por separado, Raymundo Cárdenas, integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, dijo que la reacción de Bill Richardson al decretar el estado de emergencia en su frontera con México soslaya el compromiso bilateral para garantizar la seguridad y el progreso de los dos países.
En el fondo, el problema es que no están funcionando los mecanismos de coordinación entre ambas naciones, explicó, y destacó que Estados Unidos no debe culpar a otros países de sus ineficiencias internas, particularmente para controlar el tráfico de armas.
Por su lado, el presidente nacional del PRD, Leonel Cota Montaño, expuso que es inaceptable que el vecino país aproveche el tema de la inseguridad en la franja fronteriza para presionar a México en un asunto que está vinculado con el crimen organizado y el tráfico de drogas, en el que esta nación es parte del problema.
Entrevistado ayer en el foro Desigualdad, pobreza y calidad de vida, organizado por su partido, pidió al gobierno foxista definir con claridad su posición sobre esta crisis sin rehuir su responsabilidad.
Para el ex gobernador de Baja California Sur, la postura de la administración federal sobre la violencia en la frontera "ha sido poco clara". No puede rehuir su responsabilidad ni tampoco la realidad misma, pero estas circunstancias no pueden prestarse a presiones estadunidenses. "La crítica no resuelve nada".
Recordó que las acciones requieren de coordinación conjunta de ambos gobiernos, pues los problemas se derivan del tráfico de estupefacientes que, desde luego, involucra a Estados Unidos.