Usted está aquí: domingo 14 de agosto de 2005 Opinión LA VIDA (BREVE) EN SAN LAZARO

LA VIDA (BREVE) EN SAN LAZARO

José Agustín Ortiz Pinchetti

Madrazo frente a Madrazo

UN AÑO ANTES de la elección arrancan las precampañas. Causan repudio popular todas (con excepción de la de AMLO), porque se gastan millones en promover a personajes sin oferta política, que confían en los impactos mediáticos. Según ellos, se necesitan unos 50 para posicionarse y 70 para que la gente vote en su favor.

ENTRE LOS ABUSOS destaca el de Roberto Madrazo: intenta convencer utilizando la imagen de su padre, Carlos Madrazo, precursor y mártir de la democracia mexicana. Probablemente engaña a algunos que no recuerdan quién fue el Huracán del Sureste. Los que trabajamos con él en la última y azarosa etapa de su vida política rechazamos que Roberto se apropie de su legado.

EL ES LA contradicción viva de su padre. Mientras que don Carlos se destacó por su valentía, padeció la cárcel por motivos políticos y salió del ostracismo por méritos propios, Roberto ha llegado a la arena política utilizando el prestigio paterno y los sentimientos de culpa que causó en la clase política su probable asesinato.

MADRAZO PADRE IMPULSO la reforma interna del PRI. Intentó democratizar los procesos para designar candidatos. Fue defenestrado por Díaz Ordaz y entonces inició una tarea de agitación nacional en favor de la democracia.

MADRAZO HIJO DESTACA como operador en diversos fraudes del PRI contra la oposición. Se roba las elecciones de Tabasco en 1994. Santiago Creel y yo fuimos invitados por el presidente Zedillo, a través de su secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma, por el PRD y por el PRI para revisar ese proceso. Rendimos nuestro informe por el que concluíamos que la elección era anulable por las extremas irregularidades cometidas. Roberto, que había aceptado el ejercicio, se negó a acatar nuestro dictamen y publicó uno apócrifo que después Creel y yo desmentimos. ¿Cómo olvidar eso?

NO CONTENTO CON robar las elecciones a la oposición, también las robó al PRI. Despojó de su triunfo a Beatriz Paredes en los últimos comicios de ese partido. Utilizó un operativo que con toda razón María de los Angeles Moreno llamó de "delincuencia organizada".

HOY, ROBERTO DECLARA que su padre fue víctima de un atentado político. No explica por qué no hizo esta denuncia durante las décadas que actuó dentro del PRI. Cuando en 1991, en Villahermosa, acudí a observar las elecciones locales invité a Roberto a poner una ofrenda en el monumento de su padre a la orilla del Grijalva. Se negó. No era políticamente correcto.

EN ESTA RONDA política ha inventado una fundación con el nombre de su padre para lavar dinero de las precampañas. El podría ostentar todos sus méritos como "operador" y constructor de fraudes electorales para convencer a los priístas de que deben elegirlo a él como abanderado. Les podría decir que está dispuesto a llegar a triunfar a como dé lugar y que no tiene principios ni lealtades más allá de ese punto.

Lo que no es lícito es utilizar el prestigio ajeno y los méritos de un precursor. Roberto debe pensar en el tipo de legado que él dejará al PRI y a México como fruto de su trayectoria.

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