Se estrenó en el teatro Metropolitano de Medellín ante mil 600 invitados
Rosario Tijeras no es una cinta más sobre bandoleros: Flora Martínez
Primer proyecto de nueva ley colombiana de incentivos fiscales; debe estimular el cine mexicano: Matthias Erhemberg
El riesgo fue hacer de la novela una ficción: Emilio Maillé
Ampliar la imagen Flora Mart�z y Unax Ugalde, protagonistas de la pel�la
Medellin, Colombia, 10 de agosto. "Como a Rosario le pegaron un tiro a quemarropa mientras le daban un beso, confundió el dolor del amor con el de la muerte", resume el escritor colombiano Jorge Franco en su novela Rosario Tijeras (best seller traducido a varias lenguas en Europa, Asia y América), que devino película mexicano-colombiana, primer proyecto de una nueva ley cinematográfica colombiana de incentivos fiscales, que la noche del martes se proyectó por primera vez ante mil 600 personas en el teatro Metropolitano de Medellín.
"Es un ejemplo para otros países que una nación que produce cine posea esta ley. Eso debe estimular a cinematografías como la mexicana", coincidieron los productores de la cinta Matthias Erhemberg por México, y Gustavo Angel por Colombia.
Se trata de una producción en la que participan además talentos de Argentina (la adaptación es de Marcelo Figueras, quien dijo que "no se puede decir que no a los encantos de Rosario Tijeras"), Brasil y Francia.
Mitad leyenda y mitad realidad, Rosario Tijeras, que ya está en los cines de Colombia con 80 copias, y que en México se exhibirá con cien en febrero próximo, nace de las páginas de la novela ubicada en los años 80, que traduce una historia de pasión, amor y desamor, en la que los protagonistas se juegan los sentimientos en una ciudad (Medellín) abatida por el narco. Rosario es una sicaria, una mujer lastimada por la triste vida de una clase pobre que desea sobrevivir en un país que le ha negado todo, para quien la muerte y el vértigo son éxtasis.
"No es una cinta más sobre bandoleros, sino una historia que demuestra que el amor nos hace más vulnerables. Rosario fue violada y es incapaz de perdonar y hace lo que sea por cobrar venganza, en un mundo en el que se mata para conseguir un par de tenis de moda o llenar la nevera de tu mamá", comentó la actriz colombiana Flora Martínez, protagonista del largometraje.
Dijo: "Traté muchas veces de copiar al personaje del libro, leyendo varias veces la novela, pero necesité conocer a una mujer que hubiera matado de verdad, por lo que fui varias veces a la cárceles y a las comunas (barrios bravos en las laderas, donde se dio el fenómeno de los sicarios) para saber de sus sentimientos. Absorbí cosas: sus gestos, formas de mirar, sentir, tenía que representar a una mujer de verdad. Para ese tipo de mujer el sentimiento del amor está negado. La cinta le da un espacio al amor".
El director es el documentalista (de varios trabajos sobre tauromaquia) mexicano Emilio Maillé. Señala: "El primer riesgo que tuve en esta adaptación es que era mi primer ficción. Nadie te explica cómo son las cosas. Del libro al guión, del guión al rodaje, de éste a la edición hasta lo que es la película. Parecía que ella sola, como Rosario, fue tomando vida propia y rigiendo su destino. Era algo orgánico que nos llevaba a todos cada día y cambiaba las cosas con más fuerza".
Agrega: "Quise que a partir del guión los actores crearan los personajes. No quise basarme en la realidad. Quisimos llevar a la realidad algo más íntimo. Agradezco la confianza de los productores en una cinta que fue un largo camino, porque cuando hablábamos de una cosa, luego aparecía la esencia del libro. Rosario es la vida y después la muerte; se metió en mi cabeza desde que leí un artículo sobre la novela, que posteriormente me hizo comprar el libro. Ya salió de mi cabeza y está en la de los demás. Espero que ese caos, ese torbellino que provocó ahora esté en los otros".
Respeto a la cultura
Para el protagonista, el vasco Unax Ugalde, la cinta se "hizo con respeto a la cultura de este país. Quedamos enamorados de Rosario, por eso respetamos la historia y a Medellín. Trabajamos desde integrarnos con toda la gente paisa (como se le conoce a los nacidos en Medellín, capital del departamento de Antiquia). Para trabajar con una cultura diferente hay que hacerlo sin prejuicios, sobre todo sabiendo que hay cosas que se conocen de otros países (como la violencia), como Colombia, por medio de la prensa barata, que es injusta, como lo cuando en otros sitios se habla del País Vasco".
Unax, quien filmará en tres semanas con Milos Forman, al lado de Javier Bardem y Natalie Portman en España, abunda: "Es interesante la multiculturalidad del proyecto, sirve para mostrarnos los unos a los otros nuestros capacidades y, sobre todo, una vía para coproducciones que potenciarán al cine latino".
Para Matthias Erhemberg, productor de cintas como Sexo, pudor y lágrimas, y La hija del caníbal, quien gestó este proyecto desde hace dos años, "era ideal estrenar la cinta en el lugar donde se dio la novela, una ciudad moderna, un lugar energético donde la gente es ambiciosa y noble, donde pueden aparecer estos fenómenos, como el narcotráfico".
También participan en la cinta el mexicano Rodrigo Oviedo (protagonista de Puños rosas) y los colombianos Alonso Arias y Manolo Cardona. Las productoras son Río Negro y United Angels Productions en asociación con Dulce Compañía y con el apoyo de Fidecine y el Ministerio de Cultura de Colombia.