Albertano Peñaloza, también distinguido con el galardón, teme nueva agresión
En prisión, el ecologista Felipe Arreaga recibió el premio Chico Mendes 2005
Lamentan la actitud del gobernador Zeferino Torreblanca de no revisar sus casos
Ampliar la imagen Felipe Arreaga tuvo la oportunidad de abrazar y besar a su nieta poco antes de recibir el premio por proteger la naturaleza en Guerrero FOTO Misael Habana Foto: Misael Habana
Zihuatanejo, Gro., 10 de agosto. Felipe Arreaga, el campesino dirigente de la Organización Ecologista de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán recluido en la prisión de esta localidad, recibió hoy el premio Chico Mendes 2005 que otorga Sierra Club, organismo ambientalista fundado en 1892 en Estados Unidos.
El premio también se otorgó a Albertano Peñaloza, otro líder de esa agrupación, pero debido a que el 19 de mayo fue emboscado junto con sus hijos (dos de ellos murieron en el atentado) y se encuentra protegido para evitar una nueva agresión, acudieron en su nombre su esposa y sus vástagos.
Durante la ceremonia, que se efectuó a la puerta de la prisión, representantes de organizaciones ambientalistas rechazaron las declaraciones del gobernador de Guerrero, el perredista Zeferino Torreblanca Galindo, en el sentido de que no aceptará presiones para liberar a quien se le acusa de haber quitado la vida a Abel Bautista Guillén, hijo de Bernardino Nino Bautista Valle, considerado cacique maderero de la región.
Felipe Arreaga, con nueve meses en la cárcel y enfermo de la columna vertebral, fue trasladado por la dirección del penal a la puerta del reclusorio, donde hizo un llamado a los partidos políticos, a las iglesias, a los habitantes de las ciudades, para cuidar los bosques y el agua, y recordó que su lucha es "de corazón por los que vienen atrás, los niños, porque uno va de paso".
Expresó que es una injusticia tenerlo encarcelado y que haya 14 órdenes de aprehensión contra líderes de la organización ecologista por el asesinato de Bernardino Bautista. "El que la deba que la pague y es importante que se esclarezcan las cosas. Yo no soy nadie para aplicar la justicia", dijo.
Celsa Valdovinos, esposa de Felipe Arreaga y presidenta de la Organización de Mujeres Ecologistas de la Sierra de Petatlán -quien también recibió el martes el premio Chico Mendes en la ciudad de México-, dijo que el premio a su cónyuge es muy significativo, pero sería mejor obtener su libertad. A pregunta expresa, dijo que cuando esto ocurra no piensan salir de la región y continuarán su lucha por los bosques y para reforestar la región.
Alejandro Calvillo, de Greenpeace México y comisionado para entregar los diplomas a los ambientalistas, descalificó las declaraciones de Zeferino Torreblanca. "No aceptamos los términos en que habla el gobernador, nuestra presión es para que se respete la ley. Si hay alguna presión desde hace siete años a la fecha es la que ha sufrido el gobierno del estado y los agentes del Ministerio Público, es la de los asesinos, de los ecocidas que han estado atrás de todo esto", dijo después de entregar el diploma otorgado por Sierra Club.
No se puede "hablar de presiones después de que en siete años no se ha aplicado la ley en el caso de los ecologistas. Hay asesinatos de activistas. Por todo lo que sucedió con ellos y el vínculo del Ejército en este caso, esperábamos que el gobierno diera un poco atención al asunto, pero ha sido todo lo contrario.
"Hemos pasado de la tortura y el encarcelamiento al asesinato de menores", concluyó refiriéndose a Armando y Abatuel, los hijos del campesino ecologista Albertano Peñaloza asesinados el 19 de mayo en una emboscada, hecho que dejó otros tres heridos, el mismo Albertano y sus hijos Isaac y Adalid, quienes hoy, acompañados por su madre, Reyna Mojica, recibieron el reconocimiento al mérito ambientalista en nombre de su padre, quien se encuentra oculto por temor a otra agresión.
Abel Barrera, de la Organización de Derechos Humanos de la Montaña-Tlachinollan, encargada de la defensa del ambientalista, dijo que los señalamientos de parte de las autoridades estatales hacia las organizaciones no gubernamentales encargadas de defender a Felipe Arreaga parten de un falso supuesto.
"Lo que nos ha distinguido es que se respeta la ley. Lo que está atrás de este movimiento es que hay una detención injusta porque se le fabricó un delito a Felipe. Eso está en el expediente, la defensa ha presentado más de 20 pruebas que demuestran su inocencia y que el Ministerio Público se prestó para fabricar el delito. Hay un vicio de origen en el inicio de la investigación, por eso pedimos a la Procuraduría General de Justicia del estado de Guerrero que se desista de esta acusación que fue fabricada", dijo Abel Barrera, quien también estuvo en la sencilla ceremonia en que se entregó el reconocimiento al campesino de la sierra de Petatlán.
Dijo que hay una actitud dilatoria de parte de las autoridades judiciales, y que el procurador Eduardo Murueta "no ha querido asumir su responsabilidad por querer proteger a la institución: está vulnerando el estado derecho. Y el movimiento internacional que exige la libertad de Felipe Arreaga es para que no se viole la ley y que se preserven los derechos humanos del ecologista".
Greenpeace dijo que está pasando información a sus 3 millones de socios y a los 700 mil de Sierra Club acerca de que en el estado de Guerrero no se respetan los derechos humanos de los ambientalistas y que inclusive por defender el medio ambiente pueden perder hasta la vida. Alejandro Calvillo, dijo que esto no es un llamado al boicot sobre estos destinos turísticos, pero el mensaje a sus socios es para que reflexionen acerca de si ellos quieren ir a un lugar donde ocurren violaciones a esas garantías.