Comienza una reunión para analizar las iniciativas de ley de reforma en la materia
Debe evitarse la privatización de los bienes culturales, llaman intelectuales
Ampliar la imagen Luis Hern�ez Navarro, Bolfy Cottom, Antonio Ortiz y Lourdes Arizpe, durante el encuentro FOTO Jos�arlo Gonz�z Foto: Jos�arlo Gonz�z
Una verdadera y hasta ahora inexistente radiografía de la amplia y compleja problemática de la cultura en México comenzó a gestarse ayer al arrancar el Parlamento Alterno de Cultura y Educación (PACE), organizado por unas 40 instancias académicas, culturales, artísticas y laborales y que se realizará hasta el lunes 8 en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Además, ante los Foros Regionales de Consulta Hacia un Parlamento de Cultura, que organiza el Congreso de la Unión en ciudades como Monterrey, Guadalajara y Jalapa, y que buscan avalar reformas constitucionales que contemplen aspectos como una ley general en la materia, el "derecho a la cultura" o el marco jurídico de las instituciones del sector, muchos de los participantes del PACE coincidieron en que es mejor mantener la legislación vigente.
Entre ellos figuraron Luis Hernández Navarro, coordinador de opinión de La Jornada; Lourdes Arizpe, investigadora y funcionaria de la UNESCO; y Bolfy Cottom, antropólogo y jurista.
En su intervención final, en la sesión de preguntas y respuestas, Hernández Navarro advirtió acerca de la "fiebre legislativa" en la materia y que ha generado unas 17 iniciativas sobre el tema.
Bien o mal, agregó, sin idealizarla, la legislación existente -entre la que figura la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos- permite niveles "muy razonables" para proteger el patrimonio cultural y frenar a los desamortizadores.
En este momento, argumentó en su ponencia, La desamortización de los bienes culturales, el Congreso "realmente existente" quiere legislar para desamortizar y privatizar.
Con este Congreso, insistió, no se puede discutir porque no escucha ni responde al interés público, sino privado. Y recordó casos recientes como la construcción de una tienda de la empresa Wal Mart dentro de la zona arqueológica de Teotihuacán.
Sostuvo que el Poder Legislativo se ha ganado la desconfianza ciudadana con reveses como la aprobación de la reforma constitucional sobre Derechos y Cultura Indígenas (que descartó los Acuerdos de San Andrés) o la Ley Monsanto, que da entrada al país a los organismos genéticamente modificados y sus productos.
El periodista, quien recordó que ambas leyes fueron avaladas por buena parte de los legisladores del Partido de la Revolución Democrática, concluyó:
"El Congreso no garantiza hoy la defensa de los intereses generales sobre la gestión de los intereses privados. La defensa de lo público está hoy en manos del campo popular. Sólo desde abajo, se puede hoy reformular la identidad nacional."
Nación cultural vs. nación política
Lourdes Arizpe recordó que México es un país "megacultural" y que esa debe seguir siendo su columna vertebral. Así, perfiló la conformación de un Estado cultural.
En su intervención, Arizpe, para quien los derechos culturales pueden entrar en conflicto con el Estado-nación, habló de la "libertad cultural" y dijo que ésta debía estar ligada a tres aspectos fundamentales: el desarrollo humano, la democracia y los derechos humanos.
Coincidió con Bolfy Cottom y otros participantes en que antes de legislar en la materia debe hacerse un diagnóstico del país, pues México tiene una tradición de análisis cultural, defensa de las culturas indígenas y populares, e incluso se llegó a tener una política cultural.
Arizpe llamó a continuar estudiando y reflexionando sobre la realidad de hoy, pues ha cambiado debido a los procesos de trasnacionalización y migración. "Luego de entender qué está pasando, debemos decidir qué queremos que pase y cómo, para que el Estado sirva de factor de equilibrio".
Dijo que este foro alterno debe continuar trabajando y propuso grupos de trabajo o incluso una organización que busque generar una política cultural en México.
Bolfy Cottom dijo que el asunto de fondo es cómo ser una nación en un contexto de globalización, "y aquí lo cultural juega un papel fundamental". Hay, agregó, dos ideas de nación: la "cultural", que responde a los intereses de todos, y la "política", que responde a intereses determinados.
En coincidencia con Hernández Navarro, Cottom refrendó que, pese a dificultades con legislaciones como la mencionada Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos -la cual, por ejemplo, genera tensión con los estados y municipios o no considera aspectos como los asentamientos urbanos-, por el momento es mejor no realizar reformas constitucionales en materia cultural.