Usted está aquí: viernes 5 de agosto de 2005 Política Calderón, victorioso en una pasarela desairada

Cárdenas Jiménez usó la tribuna para lisonjear a Fox

Calderón, victorioso en una pasarela desairada

El michoacano se dice pecador estándar y custodio de la doctrina

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

Ampliar la imagen El jalisciense Alberto C�enas Jim�z y el michoacano Felipe Calder�inojosa, precandidatos a la Presidencia de la Rep�a, pronunciaron discursos ante militantes y l�res del PAN FOTO Mar�Mel�rez Parada Foto: Mar�Mel�rez Parada

Felipe Calderón salió victorioso de la primera "pasarela" de precandidatos panistas a la Presidencia de la República. Ausente Santiago Creel, con Alberto Cárdenas Jiménez acartonado, el michoacano aprovechó sus dotes de orador. Dijo estar preparado para "cargar" con la decepción de algunos electores por este gobierno, presumió que vivió un año "fuera del presupuesto", pero aclaró que no tiene "resentimiento" hacia Vicente Fox por su abrupta salida de la Secretaría de Eenergía y que no piensa llevar a su esposa al gabinete.

Con las tablas que le dio haber sido legislador, Calderón se adueñó de un auditorio enteramente panista, formado por funcionarios, legisladores y la estructura partidista, y aun quienes tienen abiertas diferencias con él, como el presidente del partido, Manuel Espino, tuvieron que felicitarlo después de su intervención.

Cárdenas Jiménez apenas logró defenderse evocando su pasado con frases como: "no tengo ninguna cola que me pisen" y "llego con las manos limpias". Como muestra de las dudas que genera su precandidatura entre los propios panistas, la primera pregunta que recibió fue si pensaba aliarse con Creel o con Calderón. Su respuesta fue: "Ni eme. Llego no para lastimar ni para sumarme a ninguno".

Pero la noche fue para los calderonistas, que se asumen como los defensores de los viejos principios del blanquiazul. Con la declinación a participar argumentando problemas de agenda -estaba de gira en Querétaro-, Creel le dejó el escenario libre.

Colocado en situación incómoda, porque unas horas antes aseguraba que los tres precandidatos asistirían, Espino terminó por descartar que el ex secretario de Gobernación vaya a ser sancionado o reprendido, pero dijo que en todo caso corresponderá al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) hacer un exhorto para que los aspirantes asistan a los foros a los que son invitados. Sin embargo, el organizador, el secretario de Acción de Gobierno, Juan José Rodríguez Prats, reconoció abiertamente lamentar la ausencia de Creel.

El amago de extrañamiento

Así acabó un episodio de dimes y diretes. Ofendido porque Creel de antemano rechazó participar y envió una carta al CEN panista, el equipo de Calderón había advertido que no asistiría. Pero la mañana de ayer, al conocer que Espino señaló que los aspirantes presidenciales podían recibir un "extrañamiento", el michoacano decidió suspender parte de su gira por San Luis Potosí y presentarse a la "pasarela".

A las siete y media de la noche comenzó la "pasarela" en el auditorio Manuel Gómez Morín de la sede nacional blanquiazul, que se desbordaba de dirigentes y militantes, no así de gobernadores ni de secretarios de Estado. En primera fila se encontraban calderonistas, como el comisionado para la paz en Chiapas, Luis H. Alvarez; el director del área jurídica de la Presidencia de la República, Juan de Dios Castro, y el titular de la Reforma Agraria, Florencio Salazar Adame. También estaban los coordinadores panistas en el Senado, Héctor Larios, y en la Cámara de Diputados, José González Morfín.

Acompañado por algunos de sus padrinos políticos, como el secretario de Medio Ambiente, José Luis Luege Tamargo, el jalisciense Cárdenas Jiménez fue el primero que apareció. Se escucharon gritos de "¡Alberto, Alberto!"

Lo primero que hizo el ex gobernador, quien llevaba un discurso escrito, fue manifestar su lealtad a Fox y advertir que no le queda duda que éste ha sido el mejor gobierno de la historia de México, manejado sin chantajes ni corrupción.

El llamado caballo negro de la contienda interna panista llamó a los militantes a no echar por la borda lo ganado y evitar "a toda costa el regreso del PRI y la llegada del PRD a Palacio Nacional".

Frente a Espino, que no escatimaba aplausos y sonreía, Cárdenas Jiménez invitó a los panistas a cerrar filas y dejar atrás "ese pasivismo" que los ha caracterizado "entre elección y elección", y ante las dudas expresadas por un asistente, respondió que sí tiene redes de seguidores para "dar la batalla en la calle".

En la sesión de preguntas, los blanquiazules no escondieron su recelo por la permanencia de priístas en cargos públicos. "¿Por qué no los sacaron del gobierno? ¿Cree que faltó firmeza?", cuestionó un participante. En ese momento alguien gritó "¡No más priístas en Hacienda!"

Cárdenas Jiménez sudaba y tenía dificultades para responder con soltura. Hizo alarde de que en su paso por la Comisión Nacional Forestal y por la Semarnat repartió puestos a los militantes y todo "por orden" del presidente Fox. "Fuimos acusados de que empanizamos al sector ambiental, pero tenemos gente leal."

El jalisciense abandonó el lugar y minutos después entró Calderón, también en medio de gritos de apoyo. Conocedor de esa tribuna -fue presidente del PAN-, el michoacano no ocultó sentirse como en casa. Sonriente, abrazó a los dirigentes de primera línea y a los que alcanzaron a extenderle la mano.

A diferencia del ex gobernador de Jalisco, Calderón se mostró más seguro y dio un mensaje sin texto de por medio.

Visiblemente emocionado, se presentó como el custodio del panismo tradicional, y aprovechó para poner en claro algunos puntos. "Podré tener muchos defectos, no los quiero ocultar, pero nunca he traicionado los principios del partido", expuso.

Se declaró "pecador estándar", pero orgulloso de ser militante del blanquiazul. El ex líder de la bancada panista en la Cámara de Diputados era observado por Espino, quien tenía el gesto de desaprobación y los brazos cruzados. Era la expresión de quien ha criticado a Calderón por decir que quiere ganar el gobierno sin perder el partido.

"Ya le gané debates a López Obrador"

Interesado en mejorar su imagen ante los militantes, expresó que hay quienes se quejan de su carácter, pero lo presentó como una ventaja, porque cuando Fox termine su mandato "vamos a necesitar un liderazgo firme y con carácter". También se preció de conocer a sus adversarios y que la pelea de 2006 va a ser entre pasado y futuro, los que, dijo, representan ese autoritarismo tanto en la figura de Roberto Madrazo como en la de Arturo Montiel, los hasta ahora precandidatos del PRI. Del perredista Andrés Manuel López Obrador sólo comentó que va en picada en las encuestas y que ya le ganó debates cuando los dos eran presidentes de partido.

Admitió que a los precandidatos panistas le pueden pesar las insuficiencias o los errores de la administración, pero destacó que independientemente de su renuncia a la Secretaría de Energía, no tiene resentimiento ni agravio con Vicente Fox, "al contrario, quiero que le vaya bien, que sea recordado con cariño".

Pero insistió: "El problema de un candidato del PAN, como todo candidato de un partido que gobierna, es que también puede cargar políticamente con la decepción y la insuficiencia que vea algún tipo de elector. Tengo la ventaja. ¿Cuál es? Que yo voy a defender los logros de Fox".

Como si tratara de deslindarse de las prácticas del presidente Fox, que dio amplio espacio de decisión a su esposa, Marta Sahagún, negó que él vaya a dar algún cargo a su cónyuge, la diputada federal Margarita Zavala.

Al final del acto, los calderonistas estaban eufóricos. Juan de Dios Castro, también experto en las lides de la oratoria, abrazó a su pupilo y luego comentó a otro panista: "Lo disfruté".

Satisfechos, los seguidores del michoacaron se citaron para cenar y "festejar" el punto que consiguieron en este round de sombra.

 
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