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PAGINA DEL CONSUMIDOR / sobrecito [email protected]
RECIEN SALIDO 1° de agosto de 2005
conchas P3No es difícil entender por qué a Lorenzo Servitje ­hombre tan conservador en su visión social como dinámico en lo empresarial a la cabeza de Grupo Bimbo­ se le antojó comprar Pastelerías El Globo.

Esta es una de las muy pocas instituciones que conforman, toda proporción guardada, una especie de cerro del Cubilete para la ajetreada clase media mexicana.

La colonia Roma ya no es como antes, Santa María la Ribera mucho menos, pero El Globo sigue siendo un templo de buen gusto. No importa si, para entrar ya en algunas sucursales, hay que abrirse paso entre puestos callejeros de videos porno y cidís piratas. Adentro hay calma, asistentes serviciales e impecablamente uniformadas, pinzas rechinando de limpias... y panes y pasteles de la misma calidad que deleitaron a los abuelos.

¿Alcanzará el salario para que Alfonsito estudie dirección de empresas en el Tec, o tendrá que ser letras en la UNAM si otra vez los políticos la riegan con la transición? No importa. Todavía habrá pastel de tres leches de El Globo para su cumpleaños.

Los panes y pasteles tradicionales de México son versiones criollas de los franceses, reconocidos como los mejores del mundo. Pero son sumamente contadas las empresas nacionales que han llevado el concepto tan lejos como El Globo.

De ninguna manera el presidente Jacques Chirac estaría de acuerdo ­aunque coincidiéramos con él en que no se puede confiar en una nación que guisa tan mal como la británica­, pero los croissants y baguettes de El Globo no estarían fuera de lugar en algunas patisseries de París.

La venta de la cadena de pastelerías El Globo al Grupo Bimbo añadirá valor a una marca de por sí relevante en el mercado mexicano del pan. Si eso restringe la competencia, es algo que decidirá la autoridad reguladora. Cuando la operación esté cocinada, los consumidores verán la unión de dos marcas que hasta ahora atendían a públicos diferentes.

Parece buena compra para Servitje, quien pagará ­si la Comisión Federal de Competencia lo permite­ 1.35 miles de millones de pesos al dueño de El Globo, Grupo Sanborns, brazo minorista del imperio empresarial de Carlos Slim; máxime cuando las ventas de El Globo casi alcanzaron mil millones de pesos el año pasado.

Buena venta también para Slim. No por nada es el negociante más exitoso de América Latina. A diferencia de Grupo Alfa en los años 70 o Desc ahora, cuyas diversificaciones desmedidas condujeron a ventas de garaje cuando llegó la hora de la verdad, Slim ha sabido manejar el crecimiento. Plantó El Globo en su jardín empresarial hace poco más de cinco años pero, como buen jardinero que es, sabe que las rosas no florecen si no las podas a tiempo.

La rosa en este caso es Grupo Sanborns, donde las propias tiendas Sanborns, Mix-Up y Sears tienen volúmenes de negocio muy por encima de El Globo. Además, El Globo no es un negocio puramente minorista: también hay que fabricar panes y pasteles.

Eso es, por supuesto, lo que Servitje sabe hacer. Sin embargo, fabricar pan de caja y golosinas es una cosa, hacer panes y pasteles finos otra. Parece poco probable que meta la mano a las recetas de El Globo. ¿Por qué pagar tanto dinero por una empresa cuyo valor está en la alta calidad de sus productos ­y respectivos precios­ si nada más producirás cuernitos que saben iguales a los de Tía Rosa?

La productividad de las cuatro fábricas que forman parte de la compra es otra cosa. Servitje podría tener ideas acerca de cómo organizar las formas de producción que no concuerden, para expresarlo de alguna manera, con las de los actuales trabajadores.

Tampoco Grupo Bimbo tiene experiencia directa con el negocio minorista, aunque su capacidad para servir como proveedor es legendaria. En sus casi 60 años de historia, Bimbo ha ganado fama de ser una empresa que entrega sus productos hasta en lugares donde los servicios del gobierno no llegan. Puede que no haya luz en muchos pueblos, pero muy pocas veces faltan los Gansitos Marinela.

La capacidad logística de la empresa es impresionante. Bimbo tiene el doble de camionetas de entrega en el Distrito Federal que patrullas la policía. Esto no quiere decir que los pobladores de Tecolutla, Veracruz, próximamente desayunarán baguettes. Por una parte, el baguette es un producto perecedero, una categoría que no distribuye Bimbo. Por otra, muy pocos en Tecolutla estarían dispuestos a dejar sus michas por un pan afrancesado. El volumen de ventas no justificaría el esfuerzo.

Mucho más probable como estrategia sería el desarrollo de un sistema de puestos de El Globo dentro de los supermercados. Otra sería desplegar el concepto, aún incipiente en El Globo, de una cadena de pastelerías-cafetería. En ambos casos se podría crecer bajo un sistema de franquicias.

Son proyectos en que la gerencia de El Globo trabajaba cuando se decidió vender. Slim sabe que empresa que no crece va para atrás. Y rosa marchita no se puede vender  §

DE VUELTA A CASA

bimbo camion copyLa adquisición de El Globo revierte la tendencia de Grupo Bimbo a la mayor concentración en el mercado estadunidense, donde sus inversiones en la última década ascienden a casi mil millones de dólares.

Ya Bimbo era la empresa panadera más grande de América del Norte cuando compró George Weston ­firma canadiense cuyo negocio se concentraba en Estados Unidos (EU)­ a principios de 2002 en 610 millones de dólares.

Sin embargo, los resultados al norte de la frontera no han sido tan buenos como se esperaba. El año pasado, Bimbo tuvo en México ventas de 35.6 miles de millones de pesos, un aumento de 7.2 por ciento comparado con 2003. Mientras, en EU ascendieron a 13.4 miles de millones de pesos, casi sin crecimiento.

La rentabilidad sigue ese patrón. En el primer trimestre de este año, las utilidades operativas en México aumentaron más de 19 por ciento. En EU era cuestión de menos pérdidas, con lo que las operaciones allí "se posicionaron muy cerca de su punto de equilibrio".

Dos factores se han señalado como causas del desempeño relativamente decepcionante en EU. Uno, que Bimbo no domina el mercado como en México. El otro se refleja en el crecimiento de las panzas de los mexicanos. El mercado estadunidense, por la obsesión dietética de los consumidores, apenas crece, mientras en México aumenta cada vez más el consumo del pan blanco a costa de las tortillas y frijoles.

Precisamente donde ha habido más crecimiento para Bimbo en EU es en sus exportaciones de productos autóctonos para la población de origen mexicano  §
 

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