Reconocido crítico literario y albacea de la obra de Julio Cortázar
Murió Saúl Yurkievich, artífice de un horizonte en la poesía hispanoamericana
Hizo de la experiencia del lenguaje el centro de su poética, evalúa Alberto Blanco
''Tengo la sensación de que a todos los veré en París'', expresó a La Jornada en 2000
Ampliar la imagen El poeta argentino Sa�rkievich (1931-2005), en M�co, durante una entrevista del autor de Confabulaci�on la palabra con La Jornada, en 2000 FOTO Carlos Cisneros Foto: Carlos Cisneros
El poeta argentino Saúl Yurkievich, uno de los más reconocidos críticos literarios del mundo hispanoamericano, albacea de la obra del escritor Julio Cortázar, murió ayer en un accidente en una carretera de Avignon, al sureste de Francia, informaron medios de comunicación locales.
Según la policía francesa, el escritor perdió el control de su vehículo y se impactó de frente contra un camión que avanzaba en sentido contrario, falleciendo de manera instantánea.
Tenía 74 años de edad y vivía en Francia desde 1962, donde trabajaba como profesor de literatura, puesto que también desempeñó en diversas universidades de Estados Unidos.
Fue notable su labor como ensayista y crítico literario, con libros como Fundadores de la nueva poesía latinoamericana (1971) y Confabulación con la palabra (1978).
Poesía al margen o contra la historia
El poeta mexicano Alberto Blanco, amigo de Yurkievich, añade que no menos valioso es el trabajo poético del autor argentino: ''La poesía de Saúl es radical, en su insistencia en utilizar el lenguaje de otra forma, de una forma distinta. En palabras suyas, de una forma anexionista, trashumante, transcultural, transhistórica, transgeográfica.
''Es una poesía que por esto mismo se situó siempre al margen o inclusive en contra de la historia. Es, en realidad, una poesía centrada en la experiencia del lenguaje.
''Como me escribió en la dedicatoria de uno de sus libros, Rimbomba (1981), se trata de variaciones en torno de un centro que es de todos."
Otros de sus poemarios son Cuerpos (1965), Fricciones (1969) y Retener sin detener (1973).
La ciudad luz es una encrucijada
Saúl Yurkievich nació en La Plata, Argentina, en 1931, de cuna humilde, pronto supo que su destino estaba en su profundo amor a las letras. En los años 60 se mudó a la capital francesa.
Entrevistado por La Jornada en 2000, describió cómo era su vida en la ciudad luz:
''-¿Cómo es para usted un día usual en París?
-¿Un día feliz?
-Digamos.
-Escribo en casa. Soy profesor universitario pero he preferido trabajar en la casa porque soy inquieto, estoy sentado un rato frente a los papeles y luego me levanto, hago cosas, regreso. Además, trabajo mucho caminando, deambulo por la ciudad. Hace varias décadas que estoy allá y disfruto mucho la luz de la ciudad. Claro que tengo mis lugares y mis itinerarios. Hay espacios que para mí están imantados, que tienen encanto o karma. A diario camino, hago largas caminatas. París es una encrucijada, por ahí pasa todo el mundo. Tengo la sensación de que a todos los veré en París.
Fue precisamente en ese lugar donde conoció a su entrañable amigo Julio Cortázar, el Gran Cronopio.
En una entrevista concedida en 1999 al diario Página 12, Yurkievich contó la historia de su relación con el autor de Final del juego:
''-¿En qué circunstancias se conocieron?
''-Lo conocí a la semana de llegar a París. Teníamos un amigo en común. Era el año 1962, época en que había comenzado con los primeros apuntes de Rayuela. El había obtenido un premio muy importante compartido con Manuel Mújica Láinez, con ese dinero él creyó poder comprar una casa sobre la playa en el sur de Francia. Allí se dio cuenta que el dinero no le alcanzaba ni por asomo, así que empezó a retroceder y retrocedió 100 kilómetros. Al este de Avignon encontró una casa pequeña con una terraza formidable que daba a un valle sobrecogedor. Allí pasaba el verano, pero era un verano alargado. Encontraba tranquilidad en ese marco campesino, pero naturalmente necesitaba también de la ciudad. De forma tal que la otra parte del año volvía a París.
''-¿Albacea es lo mismo que apoderado?
''-No, no, Aurora, su ex mujer, es la apoderada de los textos de Cortázar. En el testamento nos nombró a Gladys, mi mujer, y a mí para que decidamos juntos acerca de los inéditos. Como albaceas literarios tenemos, por su voluntad, el derecho de conservar, editar o destruir lo que queramos. Así lo dice en el testamento. Pero nada destruimos. Habría que ser Dios para hacer una cosa así."
Creatividad neovanguardista
El poeta canario Andrés Sánchez Robayna señala: ''Saúl Yurkievich no fue sólo un poeta notable, sino también un crítico de singular importancia. Su obra poética es de signo neovanguardista, un horizonte que marca la poesía hispanoamericana surgida en los años 50 y 60 -como surgió la de Saúl- y que tiene un papel central en el panorama de la poesía hispánica de la actualidad".
Explica que la obra poética de Yurkievich ''explora las raíces más profundas del decir, aquellas en las que la palabra es sonoridad pura y, como decía Eliot, reminiscencia de tambores africanos, explosión verbal en busca de sentido".
En una nota necrológica que aparecerá este miércoles en el diario La Razón, de Madrid, y que con autorización del autor retomamos en estas líneas, Sánchez Robayna recuerda que ''Saúl confesó en más de una ocasión (la última de ellas en su ensayo del volumen Poesía hispánica contemporánea): que comenzó a escribir poesía a raíz de una lectura de Juan Ramón Jiménez, en La Plata:
''Fui fascinado por su rostro pálido y enjuto. Me pareció la ideal encarnación del poeta. Su influjo perdura en mí'', escribe.
''No puede olvidarse, tampoco, al cuidadoso traductor: a Yurkievich se deben, por ejemplo, las primeras traducciones al español del poeta Edmond Jabès."
Saúl Yurkievich vino a México muchas ocasiones para participar en encuentros literarios y en diversas versiones de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.