Usted está aquí: lunes 25 de julio de 2005 Espectáculos ''Macbeth, una obra actual que refleja la lucha por el poder''

El montaje culminó su primera temporada el viernes en el teatro Libanés

''Macbeth, una obra actual que refleja la lucha por el poder''

Para el actor Sergio Acosta, uno de los protagonistas, Shakespeare fue un gran visionario

La puesta en escena estuvo cinco semanas en cartelera y podría reponerse en septiembre

ARTURO CRUZ BARCENAS

Ampliar la imagen Los actores Enrique Rocha, Jaime Garza, Raymundo Capetillo y Mariagna Prats, durante la develaci�e la placa por fin de temporada de Macbeth en el teatro del Centro Liban�FOTO Roberto Garc�Ortiz Foto: Roberto Garc�Ortiz

Las obras de William Shakespeare, según varios estudios, son como las telenovelas de hoy: el público de entonces, como el de ahora, presenciaba una parte y después regresaba para disfrutar de lo que seguía. "Cuando las veía en su totalidad preguntaba: ¿qué es esto?", expresó Leonardo Ayala, director de una de las máximas obras del vate universal, Macbeth, que concluyó su primera temporada el pasado viernes, en el Teatro Libanés.

Macbeth y su trama de asesinatos, la lucha por el poder y el remordimiento de lo cometido para poseer el trono, sólo estuvo cinco semanas en cartelera y se realizaron 18 representaciones. La vieron 2 mil 700 personas. Son tiempos electorales y la producción (Armón), a sugerencia de Mariagna Prats, quien desempeñó el papel de Lady Macbeth, realizó una encuesta, según la cual 84 por ciento de los sondeados opinaron que la puesta es "buena"; 45 por ciento consideró que lo mejor es la actuación de los histriones; 59 por ciento dijo que no cambiaría nada; 87 por ciento la recomendaría. A 15 por ciento no le gustó la música. Al final, toda encuesta tiene sus asegunes.

La obra transcurre casi en la oscuridad, en penumbras, de acuerdo con la historia, el tono que da lo siniestro a lo escrito por Shakespeare. En el primer cuadro, tres brujas se dan a una orgía para planear el ascenso de Macbeth al trono, pero lanzan la maldición de que "lo hermoso es feo y lo feo es hermoso", frase que repiten con ecos de catacumba.

La sensualidad de esta primera escena es fuerte. Muslos, caderas, jadeos. Van por Macbeth, quien de militar triunfante anhelará hasta el delirio el trono, en medio de alucinaciones, de sueños que se trocan pesadilla.

Una obra actual

En el programa de mano se reproduce un texto de León Felipe: ''Macbeth no es ni escocés ni medieval. Y más que un guerrero es un poeta. Maneja el verbo y las imágenes con más destreza que la espada. Y su sensibilidad y su conciencia no son las de un soldado bárbaro del siglo XI. Ni tampoco las de un hombre culto del Renacimiento. Macbeth es Shakespeare mismo... El poeta, o el pretexto para que el poeta prenda en su manto oscuro los diamantes más limpios de la poesía universal. Macbeth... Es el asesino del sueño".

Se escucha la maldición, la tragedia que las brujas lanzan al general Banquo: "Serás tronco de reyes, pero no serás rey". En su estrategia para lograr el poder, Macbeth perderá la cuenta de los muertos bajo su espada. Sus manos estarán por siempre manchadas de sangre.

Bosques, búhos, remordimientos... eso es lo que deja la traición. "Con su lamento, el búho presagia".

Acabados los dos actos de esta pieza clásica, el secretario de Desarrollo Social del gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, en su calidad de invitado especial, dijo: "Es interesante que el Instituto Mexicano Libanés de Cultura esté promoviendo Shakespeare. Normalmente no es la tarea del teatro privado en México, y esta es una buena señal".

-¿Alguna reflexión personal sobre esta obra, en razón del poder, de las traiciones?

-Parte de lo que quiso hacer Shakespeare es que reflexionáramos sobre la naturaleza humana. No sólo en el poder, sino en todos los campos de la vida..

El actor Enrique Rocha expresó: "Agradezco que se halla puesto esta obra, por parte de un grupo que sabe del sacrificio que implica todo esto. A mí me impactó el monólogo de Lady Macbeth, pero la obra va subiendo. Yo hice Hamlet, que es la más difícil para un actor. La hice a los 21 años, en el Convento de Acolman.

Alvaro Carcaño hijo, quien representó a Malcolm: "Es una lástima que haya durado tan poco aquí, en el Libanés, pero ocurre que no todo el público conoce a Shakespeare, y éste tiene la mala fama de que es muy pesado, muy denso. Un tiempo sí se escenificó muy a la antigua. Hay un público muy identificado que va a verlo cada vez que se presenta una obra de Shakespeare, pero los jóvenes, no".

Sergio Acosta Cervantes, quien desempeñó el papel del general Banquo: "Qué bueno que se abran los espacios para el teatro clásico, en sitios como el Libanés. El teatro no es exclusivo de ciertos foros". Banquo es uno de los personajes que sufren más en esta obra: "Matan a mis hijos. Es la familia de los Estuardo. Es una obra actual y refleja mucho de cómo se pelean hoy por el poder. Y es atemporal porque están reflejados asesinatos como el de Colosio. Shakespeare fue un gran visionario. Vemos como los políticos son desleales. Poco se habla de Shakespeare y mucho de Maquiavelo, quien fue posterior".

Alejandro Villeli, el rey Duncan, víctima de Macbeth. "Duncan sufre todo el complot, el asesinato, las envidias, la lucha por el poder. Es víctima de Macbeth, a quien considera su amigo, casi su hijo. Esta historia está y seguirá vigente por los siglos de los siglos, mientras el hombre sea tal. Mientras no haya gente honesta seguirá viva. Yo he hecho cuatro Shakespeare. Macbeth es la obra maldita de Shakespeare".

Mariagna Prats, Lady Macbeth, mujer vil que engatusa a su esposo con sus suertes de pasión: "Le cedo la batuta a cualquiera de mis compañeras que quiera hacer Lady Macbeth. Le doy gracias a Shakespeare, al cumplirse 400 años de la primera puesta en escena de Macbeth. Nosotros lo celebramos con esta puesta".

''El teatro no es un museo''

Leonardo Ayala, director de la obra: "Mi contacto con Shakespeare surge en la secundaria. Todo director tiene que dirigir una obra de Shakespeare. Lo primero en cuanto a retos es captar la atención del público. Aquí lo logramos. Fuimos mejorando el tono al agarrar cada vez más confianza.".

-Hay otras puestas en escena de obras de Shakespeare. ¿Cómo ubica esta obra en relación con las otras que están montadas en la actualidad?

-La mía es atrevida, desde el momento de que es una producción independiente. No se tiene la nómina asegurada, por ejemplo. Salvamos la inversión. En el Libanés caben 400 personas. Esperamos reponerla en septiembre. Es extraño que casi no recibí críticas. Hubo más cuando hice De la calle. Hay un público tradicional de Shakespeare, muy dedicado al modo de cómo se decía, pero el teatro no es museo; es un arte vivo y siempre está evolucionando.

"Con Shakespeare hay que ser muy irreverentes y muy respetuosos a la vez."

 
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