EU los tiene ahí porque le sale más barato: activista
Viven en Texas y Nuevo México 960 agresores sexuales "muy peligrosos"
Ciudad Juárez, Chih, 24 de julio. Más de 960 pederastas y agresores sexuales -muchos de origen mexicano-, a quienes autoridades policiacas estadunidenses consideran "muy peligrosos", viven en El Paso, Texas, y Las Cruces, Nuevo México, sin que las autoridades de México tengan control domiciliario de ellos.
El gobierno de Estados Unidos designó hace años a las ciudades mencionadas para que en ellas vivan agresores sexuales a punto de concluir sentencias, o que ya están libres y deben mantenerse en control.
El Departamento de Policía de El Paso indicó que en la localidad viven alrededor de 760 personas sometidas a juicio, acusadas de haber violado a menores de edad, aunque pueden cruzar libremente a Ciudad Juárez, Chihuahua, donde nada les impediría perpetrar nuevos delitos y regresar a su lugar de residencia.
Mientras, en Las Cruces -población ubicada a unos 32 kilómetros de la frontera entre México y Estados Unidos-, habitan alrededor de 200 agresores sexuales que pueden circular libremente, ya que la única obligación que deben cumplir con autoridades policiacas del vecino país es dar a conocer si cambian de domicilio.
Víctor Tenorio Enríquez, jefe de la oficina de Averiguaciones Previas de la Procuraduría estatal en Ciudad Juárez, anunció que ante el problema de delincuentes sexuales deportados a México sin que se conozcan sus antecedentes, el departamento a su cargo solicitará a las autoridades de El Paso que entregue la lista de personas recientemente expatriadas que han cometido delitos.
En entrevista, recordó que dos delincuentes sexuales deportados por esta ciudad son Luis García Villalbazo y Rogelio Sandoval Carrasco, ambos involucrados en la violación y el asesinato de la niña Airis Estrella Enríquez Pando, de ocho años de edad, a quien se dio muerte en mayo pasado.
Tenorio Enríquez no descartó que los ataques sexuales contra niños y mujeres cometidos en Juárez hayan sido perpetrados por criminales avecindados en El Paso, por lo cual se requiere la lista de los más de 90 delincuentes sexuales deportados este año, así como la de los que residen en la mencionada localidad texana.
Agregó que las autoridades juarenses deberían establecer un acuerdo con las de El Paso para tener control sobre agresores sexuales, quienes "cruzan a la ciudad y representan peligro para niños y niñas".
De su lado, Esther Chávez Cano, dirigente de la organización no gubernamental Casa Amiga -que ofrece apoyo sicológico y médico a víctimas de la violencia sexual-, aseguró tener registros de niños a quienes ciudadanos estadunidenses atacaron sexualmente en Juárez. Comentó que a los criminales les basta "cruzar la frontera, cometer el delito y regresar a su país de origen".
Agregó que "los pederastas viven en El Paso porque al gobierno de Estados Unidos le sale más barato tenerlos en esa ciudad".