''Shougang nos ha convertido en esclavos'', afirma una mujer del puerto de Marcona
Empresa china somete a mineros peruanos a bajos salarios y riesgos
San Juan de Marcona, Perú, 24 de julio. Los residentes de Marcona, un desolado y moribundo puerto en la costa del Pacífico en Perú, no exageran cuando afirman que se sienten atrapados sin salida.
En el pueblo rodeado por un desierto y que sólo tiene agua durante cuatro horas al día, una minera de hierro propiedad del estado de China es la única fuente de empleo y sus trabajadores se quejan de los riesgos para su salud, de los bajos sueldos y de accidentes frecuentes, algunos de ellos fatales.
China ha invertido miles de millones de dólares en América del Sur desde Bolivia hasta Brasil, pero ninguna inversión parece tan problemática como la de Shougang Group.
Funcionarios del gobierno peruano, mineros y ambientalistas acusan a la minera de no cumplir con sus compromisos de inversión, provocando el rechazo de sus trabajadores, que amenazan la reputación de China, en busca de aprovechar los recursos de una región rica de minerales.
''Shougang nos ha convertido en esclavos'', dijo Carolina Collantes, una vendedora de caramelos, cuyo esposo trabaja 15 horas en la mina por unos 13 dólares diarios. ''Marcona ha llegado a ser una fuente barata de trabajadores para la producción de hierro'', agregó.
Shougang Hierro Perú declinó una petición de entrevista.
En 1992, cuando Shougang Group pagó 118 millones de dólares para comprar la firma estatal Hierro Perú, ubicado a 325 kilómetros al sur de Lima, Marcona se llenó de expectativas sobre que la compañía reviviría la economía local.
Shougang acordó en ese tiempo invertir 150 millones de dólares en tres años, pero sólo ha destinado 35 millones de dólares y ha pagado una multa de 14 millones de dólares por no cumplir con sus obligaciones, según el gobierno peruano.
''Pensamos que iba a ser muy diferente. La inversión china es la gran esperanza para América Latina, ¿no?'', dijo el minero Antonio Ventura, señalando un viejo autobús camino a la mina.
Con la amenaza de más multas, la firma invirtió un total de 88 millones de dólares entre 1995 y 1999. Incluyendo las multas, sus inversiones crecieron a 137 millones de dólares en siete años.
El sindicato de trabajadores de Shougang comenta que la firma presenta buenos resultados -la mina elevó en 22 por ciento su producción a 4.2 millones de toneladas el año pasado-, aunque también hubo despidos, escasos niveles de seguridad y falta de inversiones en el pueblo de 13 mil habitantes.
''Shougang es responsable del agua y la luz. El resultado es que tenemos sólo cuatro horas de agua al día y apagones frecuentes'', comentó Julissa Castaneda, gerente municipal de la ciudad de Marcona.
Residentes del lugar y grupos ambientalistas peruanos acusan a Shougang de contaminar el mar con desechos químicos, provocando la muerte de peces.
Escasa seguridad
Miembros del sindicato afirman que el año pasado hubo 450 accidentes en la mina, incluyendo 22 en que los obreros quedaron inválidos. Desde fallas en los cinturones de seguridad hasta electrocutaciones, cinco mineros murieron en accidentes desde 2002.
''La empresa nos dice que lo inventamos, pero yo tengo que caminar con muletas porque el motor de un remolcador me atrapó las piernas'', declaró Constantino Contreras, de 56 años, sentado en el frío cemento de su casa de ventanas rotas.
Las relaciones de Shougang con sus mil 800 trabajadores también se han deteriorado y ha habido al menos una huelga por año desde 2001. La última se declaró a comienzos de julio de este año.
Los mineros dicen que los sueldos de Shougang son los más bajos en la millonaria industria minera de Perú, con un promedio de 14 dólares al día, pese a que la compañía elevó 60 por ciento la productividad del trabajador desde el año 2000.
Shougang dijo en un comunicado en julio del 2003 que sólo BHP Billinton y Southern Perú Copper Corp pagan más en el sector minero del país. El salario promedio de un minero de Perú es de 33 dólares por día, según la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía.
Un ejecutivo de Shougang en Pekín, quien declinó divulgar su nombre, aseguró que ''la compañía ha hecho mucho para mantener las relaciones en sus operaciones'' y se excusó de hacer más comentarios.
La aparente austeridad no se debe al desempeño económico de Shougang. Con los precios internacionales altos, las utilidades de la minera se duplicaron el año pasado a 21.6 millones de dólares comparado con 2003.
Perú envía sólo 2 por ciento de su producción de hierro a China, el mayor comprador de materias primas del mundo, pero la mina tiene unos 30 años más de vida y se espera que la producción se incremente.
Problema cultural
''Hay un problema de culturas'', opinó el ministro de Energía y Minas Glodomiro Sánchez. ''Los gerentes chinos llaman a su forma de hacer las cosas disciplina, pero los obreros lo ven diferente'', agregó el funcionario.
Negó que el gobierno peruano haya cerrado sus ojos ante la situación en Shougang. ''Les he dicho que tienen que cambiar su manera de hacer las cosas. No pueden seguir así. Si lo hacen, van a fracasar en la mina'', agregó.
La experiencia de Shougang es un balde de agua fría para América Latina, que ve en el crecimiento de China una fuente clave de inversiones, por lo que países de la región han firmado acuerdos de cooperación, comercio y turismo con Pekín.