ASTILLERO
Amorosos
El quiacer legislativo
Mártir Sahagún
El dedito, y el A y P
EXASPERADO, el primer esposo del país se lanzó a descalificar directamente a las legisladoras que indagan con carácter oficial el costo para la nación de las faldas (y otros trapos y colguijes) de su amada dama. Caballero andante del presupuesto, el esposo de la Mancha dijo que las investigadoras pierden el tiempo, engañan a la gente y no hacen "lo que tienen que hacer" (o sea, su quiacer: lavar y planchar iniciativas presidenciales, cocinar al vapor o a fuego lento la receta que Los Pinos les envíe, tenderle la camita a los enemigos del foxismo y, al final de la extenuante jornada femenina, llorar de emoción con las telenovelas filmadas en escenarios naturales de las cabañas del amor). El enojo del amantísimo cónyuge fue tanto que recorrió el tunel del tiempo: censuró en presente a una diputada y dos senadoras, pero también viajó al pasado para darle coscorrones a ciudadanos votantes porque, dijo, "yo no sé para qué las eligieron", y terminó en el futuro al advertir a quienes habrán de sufragar que, ahora que ya saben bien lo que Fox dice de ellas, "ya no las vuelvan a elegir" como legisladoras "porque para eso no sirven". ¡Ah, amores ciegos!
EL OBJETO DE LAS PASIONES presidenciales extremas aprovechó ayer mismo el viaje para reinstalarse en el sabidísimo tono declamatorio que pretende ser heroico pero acaba siendo melodramático. "Podrán quitarme todo lo que, de acuerdo a ellos, quieran quitarme", dijo Marta cambiándose el nombre a Mártir, pero nunca podrán quitarle... el "derecho a trabajar", pues, aseguró, ella es "una ciudadana mexicana como todas las que están aquí presentes", y por ello el Congreso no puede coartarle su obsesión laboral (las damas allí presentes comenzaron de inmediato a revisar las etiquetas de sus vestidos para ver si por arte de erario se habían vuelto de diseñador neoyorquino o parisino, e incluso se negaban a dejar el lugar sin que militares vestidos de civil les cuidaran, reacias a caminar a pie o a tomar camión, pues se suponían también con derecho a aviones y autos oficiales).
EL DERECHO A TRABAJAR sería una edición actualizada de El derecho de nacer, aquella obra de Félix B. Caignet que en telenovela interpretaron en papeles principales María Rivas, Enrique Rambal, Enrique Lizalde y Eusebia Cosme (ella interpretaba a la nana negra María Dolores Limonta: ¡oh, no, señora Marta, no vaya a ordenar que hagan un timbre meminesco con Mamá Dolores!). El nuevo montaje relataría cómo algunas legisladoras pérfidas no quieren reconocer el derecho de la niña Mártir a que tenga vida política y presupuestal plena el producto de su relación personal con el señorito Chente, pero a pesar de las maniobras en contra, ese hijo necesario sobrevivirá en las butiques más caras y en las partidas secretas.
MALES DE AMOR TAMBIEN sufre el romántico del trópico que se deja llevar por lo que su dedito dice. Cada que tiene enfrente una crítica seria, firme, directa, recurre al expediente digital declinante o, sesentero de oportunidad, a la tesis jipiosa del Amor y Paz. Así sucedió con Cuauhtémoc Cárdenas, a cuyos retos de polémica contestaba con unos revires de presunto respeto profundo que en realidad eran una forma mal encubierta de desdeño o, para darle variedad al catálogo del rechazo, con la fórmula de la A y la P. Ahora ha "bateado" (forma beisbolística de llamar a lo que en otros ámbitos se denomina llanamente enviar al bote de la basura) las críticas del subcomandante Marcos de la misma manera sicodélica.
DUELO DE AMORES MAL correspondidos también mantiene ese jefe del Gobierno capitalino con la sección de cartas del lector de un diario (Reforma) al que ha reclamado, esgrimiendo análisis de contenido que según él habría realizado personalmente en sus ratos de ocio, que publican textos del público, que le son adversos, en proporción exactamente inversa a los índices reconocidos de popularidad que incluso ese rotativo ha difundido (de las cartas de lectores contra políticos que son publicadas, 80 por ciento sería desfavorable a AMLO, epistolarmente seleccionado así para aparecer como el MALO de la película).
LA DERECHA, DESDE LUEGO, también ama. Felipe Calderón (Felical: ¿sobró al tecleador una sílaba?) y Alberto Cárdenas (Alberca) han sufrido un súbito deseo de arropar y apapachar al tierno y sonrosado niño Santiaguito. Felical dice que ya no atacará más al ex secretario de Gobernación ni hablará de casas de juego ni de costos de espots, pero explicó, inteligentísimo (malpensados, absténganse), que lo hace por estrategia, pues necesitará a los creelistas cuando él gane la postulación blanquiazul. Alberca ("depósito artificial de agua, con muros de fábrica, para el riego", definió la Real Academia Española años antes de que apareciera Cárdenas Jiménez como precandidato) ha reiterado un llamado hecho semanas atrás para que los tres hermanitos blanquiazules se den una tregua.
LA ARQUIDIOCESIS PRIMADA de México lanzó desde semanario impreso críticas nada querendonas a los dos partidos recién llegados al erario, el de la tal Alternativa Socialdemócrata y el del Panal elbista. Hablando de despilfarro en campañas políticas, se pregunta ese medio informativo eclesial: "¿hasta dónde vamos a llegar en 2006?", por lo cual, antes de que a este mecanógrafo de malos chistes se le ocurra responder que hasta el 31 de diciembre, mejor aquí se cierra esta parte de la amorosa columna de hoy.
ASTILLAS: ¡Oh, sí: el doctor Rubén Aguilar Valenzuela volverá hoy a las andadas declarativas! Luego de unas merecidas vacaciones que ofreció a la sociedad en general, el vocero del esposo de su esposa estará de nuevo frente a cámaras y micrófonos, por más que varios reventadores profesionales habían augurado que no regresaría el buen Rubén a su tragicómico púlpito médiático matutino. El esposo de su esposa, por su parte, de inmediato le aportará materia de correcciones y desmentidos a Rubencito, pues hará uso de la palabra en una reunión de esclavismos neoliberales denominada "Cadenas productivas para el campo"...¡Hasta mañana!
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