Usted está aquí: domingo 24 de julio de 2005 Espectáculos ¿LA FIESTA EN PAZ?

¿LA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Otro Camino, otro petardo

PARAFRASEANDO A RUSSELL , se puede acuñar una frase históricamente avalada en el mundo de los toros: "Dime qué tan grande fue tu padre y te diré qué tan malito puedes llegar a ser". Vetada por adeudos a las cuadrillas que actuaron en la novillada del pasado 16 de julio, la Plaza Santa María, de Querétaro, inaugurada hace 42 años y con capacidad para 13 mil espectadores, parece que ya nunca volverá por sus fueros. Al menos no por aquellos que la convirtieron en repleto escenario de apoteosis, sobre todo de los ya legendarios encuentros entre el inolvidable maestro sevillano Paco Camino y el inolvidable y aún padecible, por muchos conceptos, maestro regiomontano Manolo Martínez.

OCTAVIO LARA CHAVEZ, joven cronista del Bajío, me escribe: "Qué pena ver al hijo de un torero al que aunque no vi torear siento admiración por lo que de él he leído y visto en videos. Pero también qué coraje que, ese hijo, con el pretexto de hacerse torero, venga de pachanga a México y, de paso, a escupir sobre uno de los escenarios donde su progenitor triunfó clamorosamente.

"LOS CARTELES ANUNCIABAN: 'El acontecimiento taurino. Se presenta en México Paco Camino hijo'. Y aparecía su nombre con letras más grandes que las de sus alternantes, Fermín Rivera y Jorge Delijorge, con ganado de Coroneo, si bien el debutante actuó en segundo y quinto lugares. Y no vea el petardo que ha pegado el español: pasado de años y de peso, sin sitio, torpe de piernas, sin temple ni planta de torero.

"CON SU PRIMERO, Peregrino, anduvo perdido con el capote. Si bien el viento sopló fuerte y el novillo no era boyante, Camino se vio muy mal, al grado de que a punto estuvo de ser entablerado al perder pasos del tercio a tablas. Además de no parar los pies ni por casualidad (...) El baile siguió, pero pudimos percatarnos de que el novillo antes que peregrino fue misericordioso, pues en más de una ocasión le perdonó la cornada. Y sin saber cómo restarle fuerza para meter el estoque dejó un espadazo caído. Hubo algunos gritos absurdos de ¡toro, toro!, pues el animal no fue ejemplo de bravura y nobleza, como absurdas algunas palmas por tan pésima actuación, así como pitos justos de los aficionados.

"EL ESCANDALO FUE mayor con el segundo de su lote -añade Octavio Lara- un precioso cárdeno claro, Modelito de nombre, ya que este Camino (Francisco Javier) tampoco hizo algo medianamente torero, volvió a estar a merced del novillo, toreando en cualquier parte y sin parar los pies, pero esta vez ante un animal con embestidas de dulce.

"Y AHORA SI hasta Andalucía se oyó el justificado grito de ¡toro!, ¡toro!, que no tardó en multiplicarse por toda la plaza, que registró una pobre entrada. En los tendidos algunos se morían de risa, otros se levantaron de sus asientos y regresaron al siguiente toro, la mayoría no daba crédito a tanta mediocridad", concluye indignado.

LA PREGUNTA ES: qué ganan estas y otras empresas, tan amigables e ineptas como deliberadamente perdidosas, importando estos júniors, mientras decenas de jóvenes novilleros mexicanos con cualidades observan cómo son convertidos en indeseables en su propia tierra. Averígüenlo la Malinche y Hacienda.

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