Mario Molina: ha mejorado mucho la calidad del aire
La ciudad de México ya no es la más contaminada del mundo
La ciudad de México ha dejado de ser la más contaminada del mundo. Y también la más poblada. Mario Molina, premio Nobel de Química, dijo que, si bien ya no es la urbe con mayor contaminación, eso no significa que se abandonen los esfuerzos por limpiar el aire.
Recomendó, en El Colegio Nacional, que se disminuya la norma para declarar las contingencias ambientales, como forma de seguir reduciendo la contaminación por ozono y la presencia de partículas suspendidas en la atmósfera.
Primer participante en el quinto Simposio de Contaminación Atmosférica, organizado por El Colegio Nacional y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Molina presentó los resultados de las mediciones realizadas de 2002 a 2003 junto con la UAM, y anunció la realización de la llamada Campaña Milagro, en la que se utilizarán aviones para la medición de los contaminantes, entre ellos uno de la NASA y otro de la National Sciences Foundation, ambas de Estados Unidos.
En el acto, inaugurado por el rector general de la UAM, Luis Mier y Terán, y por el investigador Leopoldo García-Colín, profesor distinguido de esa casa de estudios, Mario Molina indicó que la ciudad de México "ha mejorado mucho su calidad del aire", pero subrayó que "no hay soluciones mágicas", sino aumentar la calidad de los combustibles y reducir el azufre en ellos, además de mejorar el transporte público y las vialidades en toda la zona metropolitana.
"Los autos y camiones en esta ciudad deben tener la mejor tecnología del mundo", advirtió.
La renovación de la flota vehicular "es urgente, porque los automotores viejos contaminan entre 50 y 100 veces más que los nuevos". Así, un solo automotor nuevo equivale a retirar 100 vehículos viejos de la circulación. Por ejemplo, los vehículos a diesel producen 32 por ciento de las partículas suspendidas de 2.5 micras; los autobuses 15 por ciento, y los automóviles privados 12 por ciento, y en el caso de las partículas suspendidas de hasta 10 micras, los automotores a diesel producen 20 por ciento, la erosión de los suelos 17 por ciento y la industria manufacturera 13 por ciento.
Y si bien insistió en que la capital del país ya no es la urbe más contaminada del mundo -no mencionó cuál la sustituye-, subrayó la importancia de ajustar a la baja las normas para la declaratoria de contingencia ambiental, "para reducir aún más los niveles de contaminación", que consideró que constituye aún un problema de salud pública, al limitar el desarrollo pulmonar y originar muertes prematuras. "Hay gente que muere días, meses y años antes de lo que debía, por vivir en una ciudad contaminada".
En sus mediciones, el equipo de investigadores bajo su dirección pudo determinar que los elementos conocidos como radicales libres, que se encuentran en una cantidad similar a la existente en Nueva York, se producen y destruyen a mayor velocidad en la atmósfera del valle de México.