BAJO LA LUPA
EU-India-China: ¿ménage à trois?
¿HABRA SIDO CASUALIDAD que los atentados del 7/7 en Londres, imputados a la "conexión paquistaní", se hayan escenificado 11 días antes de la trascendental visita del primer ministro de India, Manmohan Singh (MS), a la Casa Blanca? No importa que "de Leeds a Pakistán, el itinerario de los colocadores de bombas del 7 de julio, sea puesto en tela de juicio", como ha desmenuzado Le Monde (16-VII-05). Tampoco haremos leña de árbol caído, sobre el presunto montaje hollywoodense del 7/7, que ha esculcado WagNews (17-VII-05).
ES NUESTRA HIPOTESIS que la seducción irresistible para que India conforme una alianza estratégica con EU, en pérdida de aliados en el planeta y con una derrota militar en Irak, pasa por el sacrificio de Pakistán en el altar de la balcanización para ser deglutido por las fauces de Nueva Delhi. Por menos que una alianza de tal envergadura, EU ha sacrificado a otros "aliados". El nuevo pacto entre EU e India transformará significativamente la geopolítica en el mar Indico y en el subcontinente indio, con sus respectivos vasos comunicantes con Asia Central, el mar Caspio y el Medio Oriente.
NADA COMO UN Pakistán balcanizado es susceptible de aliar a EU con India para encarar la que parece constituir la peor derrota geoestratégica de Washington en Asia Central y en el mar Caspio, como consecuencia de la profundización de la alianza entre Rusia y China, después de su célebre "Declaración del nuevo orden mundial del siglo xxi" que desembocó tanto en la exigencia del bloque de la Organización de Cooperación de Shanghai de un cronograma de retiro del ejército de EU de Afganistán, como en la solicitud de los gobiernos islámicos centroasiáticos de Uzbekistán y Kirguizistán del abandono de las bases militares de EU.
EN RETROSPECTIVA Y en prospectiva, los atentados del 7/7 cobran su dimensión geoestratégica de catálisis lubricante de los movimientos en el tablero de ajedrez mundial que se han desplegado (Bajo la Lupa; 10, 13 y 17-VII-05).
EN FORMA HIPOCRITA, EU concedió lo obvio: el ascenso de India como potencia nuclear, lo cual niega a otros proliferadores, sobre todo cuando son sus aliados. El periodista indio Siddharth Srivastava (SS) comenta que la concesión bushiana constituye "un paso más hacia la consecución de alcanzar un nivel mayor en las relaciones entre India y EU, así como la promesa de EU de ayudar a India a posicionarse como futura potencia global" (Asia Times; 20-VII-05). India comprará combustible de EU para sus reactores nucleares civiles, lo que rehúsa Washington conceder a Pyongyang y a Teherán.
NADA NUEVO: CON el fin de iniciar las relaciones clandestinas con Nueva Delhi, el gobierno clintoniano se había hecho de la vista gorda con las pruebas nucleares de India que, insólitamente, nunca detectaron sus satélites.
BABY BUSH VACIO de su contenido semántico toda la nobleza contraproliferativa nuclear cuando su posición pérfida solamente ha impulsado una carrera armamentista muy peligrosa, como teme Robert McNamara ("Pronto el Apocalipsis"; Foreign Policy; V/VI-05).
SIN FORMAR PARTE del Tratado de No-Proliferación (NPT, por sus siglas en inglés), India acepta las salvaguardas consabidas de la Agencia Internacional de Energía Atómica, incluido el Régimen de Control, de Tecnología Misilística. Pero a Baby Bush le importa un comino la contraproliferación tan publicitada que aplica unilateralmente en Norcorea e Irán, en otra redición de su política de dos pesas y mil medidas. El nihilista Baby Bush aniquila de facto la filosofía inherente al NPT, y deja hecha añicos la política contraproliferativa al haber sacado al genio nuclear de la botella: se premia de modo reverente al infractor, mientras se castiga brutalmente a quien no posea armas nucleares, además de ser exorcizado como "paria". Después de la legitimación nuclear de India, ¿cómo queda la política contraproliferativa en su aplicación unilateral y discriminativa hacia Norcorea e Irán?, ya no se diga con futuros candidatos como Brasil, Turquía, Japón y Egipto.
A JUICIO DE SS, el "nuevo orden (sic) nuclear" de Bush será "reflejo" de lo conseguido por India a la que prometió "ayudar" con energía atómica y su "tecnología en el espacio", a cambio de la promesa (sic) de Nueva Delhi de su "empleo con fines pacíficos" (sic) y de su "ayuda (sic) para bloquear la diseminación (sic) de armas peligrosas". El "nuevo paradigma planteado por Bush define a grupos de naciones con base en el factor confianza" (sic). India es motivo de una "confianza" sin fianza, al no haber firmado el NPT.
NO ESTA EN la picota que India, la mayor democracia del mundo, sea una civilización admirable con atributos superiores cuando se compara su política exterior con la depredación militar y ambiental que ejerce EU en el planeta, país a todas luces barbárico de Abu Ghraib a Guantánamo.
EU NO PODIA quedarse sin sacar provecho de las imperativas necesidades energéticas de India. Anand Giridharadas y Steven R. Weisman (IHT; 20-VII-05) resaltan que "India enfrenta una carestía extrema de electricidad" cuando los "precios de petróleo han colocado la energía fuera del alcance de gran parte de la población, que supera los mil millones". El programa nuclear indio "puede representar un avance espectacular para resolver su malestar energético". De paso, EU "abre mercados para los reactores estadunidenses que incluyen el AP-1000 construido por Westinghouse" (que, por cierto, vendió su chatarra en Laguna Verde, Veracruz).
SEGUN SS, INDIA es mucho más que una potencia nuclear emergente: "vasto mercado, un poder militar en el futuro que contrarrestará (sic) a China en la región en caso necesario (sic), centro de la tecnología de la información, oficina de apoyo al procesamiento de los negocios del mundo, encrucijada de la deslocalización del software y centro de investigación y desarrollo"; pero también, "país victima del terrorismo e integrante de la guerra contra el terror, como EU" (sic).
SE DESPLIEGA ASI el escenario idóneo de la sepultura tan anunciada de Pakistán mediante su balcanización (desde Baluchistán, pasando por Waziristán-norte, hasta la frontera noroccidental), que SS maneja en forma eufemística: "India y EU solamente pueden estar juntos, mientras Pakistán, el aliado tradicional de EU durante la guerra fría, es visto cada vez más como poco confiable (sic)".
LAS DIFERENCIAS ACTUALES sobre la reforma de la ONU y el proyecto de oleoducto entre Irán, Pakistán e India son negociables y SS cita al analista C. Raja Mohan, quien echa las campanas al vuelo al comparar la visita de MS con la del líder chino Deng Xiaoping a EU en 1979: "la perspectiva de que India está emergiendo como el 'Estado péndulo' en el equilibrio de poder mundial, enmarca la visita de Singh a Washington". Sin duda, este es el mayor deseo del eje anglosajón Bush-Blair y de sus amanuenses en India, pero falta ver qué tanto MS estará dispuesto a colocarse como vulgar peón en el tablero de ajedrez para confrontar a China (y quizá a Rusia).
LA PRENSA BRITANICA ha sido generosa en fustigar el "nido de terroristas jihadistas" que representa Pakistán. C. Coughlin, del Daily Telegraph, rotativo vinculado a los neoconservadores straussianos y al partido Likud israelí, arremete contra Pakistán: "epicentro de campaña del terror incesante (sic) de Osama Bin Laden contra Occidente" (sic). El gobierno de Islamabad no se muerde la lengua y replica que Gran Bretaña representa el centro del terrorismo internacional. Ambos tienen razón.
HUSAIN HAQQANI, EX embajador paquistaní en Bangla Desh, considera que el "extremismo todavía prospera en Pakistán" (IHT; 20-VII-05) y profesa una retórica huntingtoniana similar a la dupla anglosajona Bush-Blair: los "bombazos del 7 de julio en Londres deben llevar al escrutinio del papel de Pakistán en fomentar la jihad global"; confiesa que su país "ha cultivado la ideología del odio y la militancia como política de Estado (sic) durante más de cuatro décadas (sic)", y agrega que el presidente Pervez Musharraf "ha colaborado en forma selectiva" (sic) en la erradicación de Al-Qaeda. Fustiga que las madrasas (escuelas coránicas) son "bastiones de una teología medieval que han evolucionado en centros de entrenamiento de la militancia radical antioccidental", donde "se inculca el sentimiento de víctima islámica y el odio juvenil (sic) de los no islámicos en general, y de los judíos y los hindúes (sic) en particular". Aduce que la "influencia desproporcionada de los grupos integristas es producto del padrinazgo (sic) por el Estado paquistaní, cuyos militares, debido al temor de dominación por India", buscan "la profundidad estratégica en Afganistán", por lo que "presionan a Nueva Delhi a negociar sobre el futuro del territorio de Jammu-Cachemira". De allí nace el apoyo del régimen militar de Pakistán a los jihadistas de Cachemira y a los talibanes de Afganistán.
A NUESTRO JUICIO, India tratará de mantener la equidistancia entre las grandes potencias y no comprará el delirante boleto de confrontación anglosajona contra el Islam, ya no se diga contra la nueva alianza sino-rusa, a riesgo de su implosión, cuando comporta un segmento islámico de 12 por ciento de su población que le puede orillar a cortarse la yugular energética con los chiítas y sunitas del Medio Oriente y Asia Central.
QUIZA SEA MAS juicioso el análisis de Karl F. Inderfurth y David Shambaugh sobre el ménage à trois (relación de tres) entre EU, India y China (IHT; 19-VII-05): "el cortejo actual de Washington a Nueva Delhi tiene lugar en referencia a un entendimiento similar sino-indio, así como a la profundización de los lazos entre EU y China", por lo que la "tarea de los tres es manejar sus vínculos como círculo virtuoso, más que como triángulo competitivo".
EL PROBLEMA DE este tipo de "relaciones peligrosas", siempre y cuando se mantenga inalterada la triangulación confabulada, es que deja a muchos amantes fuera, como Rusia, la Unión Europea y Japón.