La tina musical
Alberto Blanco
Estoy sentado en un estadio comiendo papas. En la bolsa viene de regalo un animalito de plástico. A mí me toca un pato. Le pregunto al tipo que está sentado junto a mí qué animal le tocó. Me dice que le tocó un piano. Ríe al ver mi desconcierto. Me pregunta que si no sé qué es lo que están tocando; yo le digo que no sé. Me comenta que siempre se confunde entre Ravel y Debussy. Escondo las papas con mucho cuidado, pero el papel suena horriblemente. Toda la gente comienza a verme, y yo estrujando la bolsa que truena cada vez más fuerte. De pronto el telón se viene abajo, cae yeso del techo y entra agua por todas partes. Al poco rato flotamos dentro del estadio. Alrededor, enormes juguetes de hule.
Tercer poema, de entre los más de quinientos que conforman La hora y la neblina