Usted está aquí: domingo 17 de julio de 2005 Cultura La tina musical

La tina musical

Alberto Blanco

Estoy sentado en un estadio comiendo papas. En la bolsa viene de regalo un animalito de plástico. A mí me toca un pato. Le pregunto al tipo que está sentado junto a mí qué animal le tocó. Me dice que le tocó un piano. Ríe al ver mi desconcierto. Me pregunta que si no sé qué es lo que están tocando; yo le digo que no sé. Me comenta que siempre se confunde entre Ravel y Debussy. Escondo las papas con mucho cuidado, pero el papel suena horriblemente. Toda la gente comienza a verme, y yo estrujando la bolsa que truena cada vez más fuerte. De pronto el telón se viene abajo, cae yeso del techo y entra agua por todas partes. Al poco rato flotamos dentro del estadio. Alrededor, enormes juguetes de hule.

Tercer poema, de entre los más de quinientos que conforman La hora y la neblina

 
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